La caravana de migrantes, en su mayoría hondureños, partió la madrugada de este sábado del poblado mexicano de Arriaga rumbo a Ciudad de México, mientras el gobierno de Enrique Peña Nieto reiteró su ofrecimiento de ayuda para convencerlos de no seguir hasta Estados Unidos.
Historias brutales de pobreza, violencia y "represión" por la crisis política hondureña son las que cargan a cuestas varios de los migrantes centroamericanos que viajan en una caravana que recorre México y que ha enfurecido al presidente estadounidense Donald Trump.
Aunque algunos de los migrantes centroamericanos esbozan una ligera sonrisa a la cámara, han tenido pocas razones para sonreír en su camino por México rumbo a los Estados Unidos.
Unos 1.500 migrantes centroamericanos iniciaron este domingo un simbólico viacrucis en la ciudad mexicana de Tapachula, fronteriza con Guatemala y desde donde esperan llegar hasta la frontera noroeste de México con Estados Unidos.
El "Viacrucis Migrante" que desató el enojo del presidente estadounidense, Donald Trump, empezaba a dispersarse este jueves en el sur de México, donde los centroamericanos se preparaban para irse por su cuenta en autobuses o incluso a pie hacia el centro de México.