Redacción / BBC News Mundo
Barricadas de adoquines, casas quemadas, luto, dolor y pánico: la combativa ciudad de Masaya, en el sur de Nicaragua, resiste este miércoles al asedio de las fuerzas del gobierno de Daniel Ortega, en una escalada de violentas protestas que dejan 187 muertos en dos meses.
El diálogo para pacificar Nicaragua tras dos meses de protestas con 180 muertos, quedó este lunes en entredicho cuando la oposición condicionó su participación a la presencia de organismos internacionales de derechos humanos.
La policía nicaragüense informó que las marchas opositoras son "ilegales" y que perseguirá a quienes continúen "violentando la paz", de cara a la protesta que la oposición convocó para este sábado en la capital.
El luto envolvió a Nicaragua por la atroz muerte de seis miembros de una familia la víspera en un ataque contra su casa, como parte de la violencia que vive el país desde que iniciaron las protestas hace dos meses contra el gobierno de Daniel Ortega, que dejan 178 muertos.
Dos muertos y una veintena de heridos dejaron el viernes ataques de fuerzas del gobierno nicaragüense en la ciudad de Masaya y en una universidad e iglesia de Managua, en una jornada de paro laboral en la que el presidente Daniel Ortega habló de paz.