"Solo balazos se oían, fue un ambiente de terror, era como que estábamos en guerra", recuerda aterrada Julieth Hernández, habitante de Managua, que vivió esta semana una de las batallas callejeras más sangrientas desde que estallaron las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega.
Salvar el suspendido diálogo entre gobierno y la oposición aparece como la opción inmediata en Nicaragua para evitar en una espiral de violencia que profundice la crisis política y económica, según analistas y actores políticos.
El presidente de Nicaragua Daniel Ortega sigue resistiendo a la presión de manifestaciones callejeras que exigen una restauración de la democracia plena y su salida anticipada del gobierno tras más de 40 días de protestas que dejaron 78 muertos.
La empresa privada en Nicaragua, uno de los soportes del gobierno del presidente Daniel Ortega, cerró filas este miércoles en torno a sectores que piden su salida del poder en medio de masivas protestas que dejan 88 muertos.
Al menos cuatro personas murieron entre jueves y viernes en Nicaragua como consecuencia de actos de violencia en las protestas que dejan 83 fallecidos en 40 días, según la policía y familiares.
Las acusaciones de serias violaciones de derechos humanos por parte del Estado nicaragüense en el marco de las protestas que desde hace 42 días sacuden al país centroamericano siguen acumulándose.