En la Baixada Santista no tardó en correrse la voz sobre el potencial de este chico delgado, de orejas grandes y regates eléctricos. El rumor llegaba a veces hasta sus jóvenes rivales, que recibían con curiosidad al nuevo fenómeno.
Falta de experiencia, decisiones equivocadas, desconcentraciones, destellos del rival son algunas de las circunstancias que han determinado la constante eliminación mexicana en octavos de final.
A su lado estuvo, con gesto resignado y voz apagada, el presidente del club Florentino Pérez que apostó por ficharlo como jugador y subirlo del banquillo del filial al primer equipo a principios de 2016 aunque no tenía experiencia en la élite.
Y al cabo de este tiempo el amor de Colombia por Pekerman está intacto: el técnico bonachón de 68 años y cabellera blanca está en el corazón de un equipo que le agradece su disciplina y acierto para enderezar a una selección que simplemente no estaba acostumbrada a ganar.
Tras unos días en su tierra natal, el astro rosarino vuelve a su ciudad de residencia para una estancia de nueve días con su combinado nacional.
Entre las claves de la clasificación están la motivación que imprimió a los jugadores y a la unión del vestuario, con algunos jugadores que acumulan hasta cuatro eliminatorias mundialistas.