Esta vez es personal. Profundamente personal.
La muerte de Isabel II pone fin a una era. El mundo ha cambiado de arriba abajo desde que una joven reina de 25 años asumiera el trono en 1952, pero una constante se mantiene: el apoyo mayoritario de los británicos a la monarquía.
Los duques de Sussex se han ofrecido a volar para ver a Su Majestad.
Sobre el papel, pocas transiciones han sido tan fluidas como esta sucesión de la monarquía británica: menos de 48 horas después de la muerte de la reina Isabel II, el rey Carlos III había sido proclamado oficialmente como el nuevo soberano de Reino Unido.
La familia real británica posee propiedades en todo el país que emplean a cientos de trabajadores, desde ingenieros hasta chefs, pasando por múltiples agentes que se encargan de la seguridad de sus miembros.
Camila logró que Isabel II aceptara que pudiera convertirse en "reina consorte".