Al lado de la heladería italiana hay una pizzería. Luego está el supermercado y unos metros más allá, el restaurante de sushi. Al visitante desprevenido, las cuatro calles que conforman la zona comercial de Surfside le pueden parecer iguales a las de cualquier otra localidad en Estados Unidos. Pero no lo son.
Los familiares de quienes que estaban en el edificio que colapsó en Miami batallan contra largas horas de dolor, desesperación e incertidumbre.