Ya sea que trabajes en el sector público o privado, tener una conversación sobre un aumento salarial con el jefe muchas veces no garantiza la obtención de más dinero.
Si sientes que tu trabajo no está bien remunerado, probablemente no estás solo.
Aunque puedes recibir algunos aumentos de salario conforme avanza tu antigüedad en un empleo, probablemente no se mantienen al día con el incremento del costo de vida.
Eso se traduce en que a muchas personas les resulta difícil cubrir sus necesidades.
Ya sea que trabajes en el sector público o privado, tener una conversación sobre un aumento salarial con el jefe muchas veces no garantiza la obtención de más dinero.
Pero quizás debas replantearte cuáles son las mejores estrategias para hacerlo.
Hablamos con reclutadores, un gerente y un psicólogo laboral para poder darte cinco consejos sobre cómo negociar mejor para obtener un aumento.
Jill Cotton, experta en tendencias profesionales en el sitio de empleo Glassdoor, dice que programar una charla con anticipación os permitirá a ti y a tu jefe tener tiempo para prepararla. Así es más probable que tengas una conversación productiva.
“No le sueltes esto a tu jefe de inmediato”, dice Cotton. “Sé sincero y di que quieres agendar una conversación que sea específicamente para hablar sobre el sueldo“.
Como gerente de un local de comida en Reino Unido, Rowsonara Begum dice que la petición de un aumento también debe darse en el momento adecuado para el negocio.
Si los empleados eligen un momento en el que el negocio está funcionando bien, tendrán más posibilidades de negociar con éxito más dinero.
2. Trae pruebas de tu buen desempeño
Si estás pidiendo un aumento de sueldo, debes tener muchas pruebas de por qué te lo mereces.
“Debes saber lo que has logrado o lo que has hecho para desarrollarte profesionalmente. Haz una lista de todas las ventajas de lo que has hecho”, dice Shan Saba, director en la empresa de contratación británica Brightwork.
Esta evidencia también ayuda a tu jefe a racionalizar por qué debería pagarte más, según Stephanie Davies, psicóloga laboral.
“El cerebro necesita un ‘por qué’: ¿por qué debería pagarte esa cantidad?”, dice.
Sin embargo, no se trata solo de traer una lista de todas las cosas que has hecho. También debes tener claro lo que quieres alcanzar.
“Si tienes aspiraciones de ascender en tu organización, ten un plan de lo que estás buscando hacer durante el próximo año”.
Cuando le pides más dinero a tu jefe, es útil tener confianza y saber lo que vales.
Eso es algo que Begum ha notado, a partir de tener estas conversaciones con empleados.
“Aquí en Salisbury (Inglaterra), es bastante difícil conseguir el personal que necesitamos”, dice.
“También se ha vuelto más difícil reclutar en el extranjero. Así que los trabajadores tienen poder de negociación porque saben que hay escasez”.
A menudo, las personas no se sienten seguras porque existe un “estigma” en torno a hablar de salarios, dice Jill Cotton, pero es “una parte importante del trabajo”.
A las mujeres y las personas pertenecientes a minorías a menudo les puede resultar especialmente difícil pedir aumentos, añade la psicóloga Stephanie Davies.
Su consejo para ellos es que tengan un mentor o modelo a seguir, alguien que pueda guiarlos a través de esas conversaciones.
La mayoría de los expertos están de acuerdo en que es mejor tener en mente una cifra exacta antes de embarcarse en una conversación sobre sueldo.
Investiga, aconseja James Reed, presidente de la firma de reclutamiento Reed.
“Puedes entrar a internet y mirar anuncios de trabajo y ver qué ofertas hay de trabajos similares y cuáles son los salarios”, dice.
Cotton advierte que la cifra debe ser realista.
“A todos nos encantaría que nos pagaran millones cada año. Pero nos pagan para cumplir un rol con el conjunto de habilidades que tenemos”, dice.
Si los pasos anteriores no resultan en un aumento de sueldo, no te desanimes.
“A veces, estas conversaciones pueden llevar un tiempo, incluso meses, pero es importante mantener abierta la comunicación”, señala Begum.
El sueldo tampoco es el principio y el fin, añade Reed.
“No se trata necesariamente solo de dinero. Es posible que puedas obtener más vacaciones o más flexibilidad en las horas de trabajo”, y agrega que también podrías negociar más capacitación y desarrollo de aptitudes.
Y si sientes que no estás obteniendo lo que quieres de tu empleador, recuerda que existen otras oportunidades.
“Siempre puedes buscar en otra parte, esa es la gran lección”, subraya Davies.