De la Amazonia a Madagascar, el cambio climático podría amenazar hasta 50% de las especies
Las plantas deberían verse particularmente afectadas, debido a que se adaptan más lentamente y se desplazan con menos facilidad. Esto, por consecuencia, podría perjudicar a los animales que dependen de ellas.
De la Amazonia a Madagascar pasando por las Grandes Llanuras norteamericanas, en 2080 el cambio climático podría amenazar entre un cuarto y la mitad de las especias en 33 de las regiones más ricas en biodiversidad, según un informe publicado el miércoles.
Si la temperatura media del planeta aumentase 4,5°C respeto a la era preindustrial -el escenario previsto por los científicos si no se hace nada para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero-, un 48% de especies podrían desaparecer en ciertas regiones.
Pero este riesgo se dividiría por dos si el aumento de la temperatura media se limitase a 2°C, objetivo fijado en el acuerdo de París adoptado en 2015 bajo la égida de la ONU, señala este análisis publicado por la revista Climatic Change.
“La biodiversidad mundial sufrirá terriblemente durante el próximo siglo, a menos que hagamos todo lo que esté en nuestras manos” para evitarlo, advierte el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF), que coprodujo el estudio.
Presentado como el más completo sobre esta treintena de zonas del mundo, este estudio aparece antes de la apertura el sábado en la ciudad colombiana de Medellín de una importante conferencia sobre el estado de la biodiversidad en el mundo.
Zonas ‘refugio’
En todas partes, el clima se suma a las amenazas que ya existen sobre la fauna y la flora: urbanización, pérdida de hábitats, caza ilegal, agricultura no sostenible…
Los investigadores de las universidades de East Anglia (Reino Unido) y James-Cook (Australia) estudiaron la situación climática de 80.000 especies en 33 regiones consideradas “prioritarias”, tan únicas y diversas como la Amazonia, el desierto de Namibia, el Himalaya, Borneo, el lago Baikal o el sur de Chile.
Las temporadas de temperaturas excepcionalmente altas deberían convertirse en la norma, en algunos casos a partir de 2030, e incluso con un calentamiento limitado a 2°C.
También se prevén en muchos lugares picos de calor muy importantes, menos precipitaciones y largas sequías.
En estas zonas, más de la mitad de la superficie (56%) sería apta para la vida con +2°C. Pero con +4,5°C, esa parte podría caer hasta 18%. Es lo que WWF llama zonas “refugio”.
Las plantas deberían verse particularmente afectadas, debido a que se adaptan más lentamente y se desplazan con menos facilidad. Esto, por consecuencia, podría perjudicar a los animales que dependen de ellas.
Con un aumento del 4,5°C, el 69% de las especies de flora podrían desaparecer en la Amazonia.
En el mundo animal, reptiles y anfibios son los que tienen el mayor riesgo de verse “superados” por delante de aves o mamíferos, que tienen mayor movilidad.
Capacidad para adaptarse
Muchas especies dependerán efectivamente de su capacidad para moverse siguiendo su clima de predilección. ¿Podrán seguirlo? ¿Se verán bloqueadas por ejemplo por ciudades, montañas? ¿Tendrán, a su llegada, un lugar donde vivir?
En el peor de los escenarios, el suroeste de Australia vería cerca del 80% de sus especies de mamíferos amenazadas de extinción localmente. Esta pérdida sería solo de un tercio si el aumento es de +2°C y las especies disponen de capacidades de adaptación adecuadas.
Conclusión: “habrá que hacer esfuerzos mucho más importantes para mantener el aumento de las temperaturas en su mínimo absoluto”, insiste WWF.
En este estadio, los compromisos de reducción de emisiones adquiridos en París conducen al planeta a un calentamiento de más de 3°C.
Y a +3,2°C, un 37% de especies corren el riesgo de desaparecer localmente en las regiones estudiadas.
Además, como los gases ya emitidos van a continuar calentando el planeta, habrá que prever también medidas de protección locales: corredores biológicos para favorecer el desplazamiento de especies, identificación de zonas “refugio” de último recurso, restauración de hábitats…
El Mediterráneo, que tiene por ejemplo tres especies emblemáticas de tortugas marinas, vería cerca de un tercio de sus plantas, mamíferos y anfibios amenazados a +2°C si no se les deja ninguna posibilidad de adaptación.
Extinción no significa únicamente desaparición de especies, subraya WWF, “sino profundos cambios para los ecosistemas que proporcionan servicios vitales para cientos de millones de personas”, ya sea alimentación, respaldo al turismo o la investigación sobre futuros medicamentos.