¿Por qué a muchos gatos no les gusta el agua?
Especialistas señalan que su aversión al agua se debe a los olores y a través del olfato, pueden oler los químicos en el agua y los gatos se espantan
Por qué los gatos detestan el agua
Por un lado, existen quienes afirman que se debe a la evolución; los gatos habrían desarrollado la aversión al agua con el correr de los años como un mecanismo de defensa.
Generalmente, la especie vivía en climas secos, por lo que no acostumbraban a meterse al agua. Entonces, el agua era más un peligro que un beneficio.
Por otra parte, hay especialistas que señalan que su aversión al agua se debe a los olores. La teoría dice que, a través del olfato, pueden oler los químicos en el agua, y estos los espanta. Aunque, en ese caso, habría qué ver por que disfrutan tanto beber el agua del inodoro.
Además, como señalan los veterinarios, el pelaje de los gatos es resistente al agua solo hasta cierto grado. Si haces que tu gato se sumerja completamente en una tina, harás que el pelo absorba el agua. Por este motivo, este quedará húmedo y más pesado durante mucho tiempo, una experiencia que nuestras pobres mascotas no valorarán positivamente.
Y, por si fuera poco, los gatos cuentan con mecanismos naturales para bañarse. En la naturaleza, en donde los humanos no están para bañarlos, ellos realizan su aseo diario con la lengua. ¿Por qué querrían bañarse en el agua si pueden bañarse naturalmente, de una forma mucho menos peligrosa?
Pero, ¿realmente detestan el agua?
En muchas ocasiones, los gatos domésticos han demostrado disfrutar de un baño tibio. Por otro lado, muchos gatos en la naturaleza disfrutan de sumergirse en un río o en un lago, como una forma de refrescarse cuando hace calor o para cazar peces. Entonces, cabe preguntarnos: ¿realmente el miedo de los gatos al agua es un miedo intrínseco a su especie o se trata de un condicionamiento de la vida doméstica?
Para encontrar una respuesta, puede ser bueno pensar como un gato. Ponte en su lugar: estás descansando tranquilamente cuando tu dueño o tu dueña te levanta en el aire y te lleva hacia un tina llena de agua, sin ningún tipo de explicación. Y, además, no puedes hacer preguntas porque, bueno, los gatos no hablan. ¿Disfrutarías de esa experiencia o reaccionarías agresivamente?
Pensándolo de este modo, es más sencillo entender que es posible que un gato no tenga un miedo natural al agua, sino a la forma en la que intentamos hacer que interactúen con ella. Sí, alguien tenía que decirlo: el miedo de los gatos al agua, se debe en gran parte a la brusquedad de los humanos.
La realidad es que los gatos, aunque pueden parecer rudos, son animales miedosos, sobre todo frente a nuevas experiencias. Y, si nunca han estado en un tina llena de agua o nunca han visto llover, es probable que su primera experiencia sea traumática si lo haces de una forma forzada. Y ese trauma puede marcarlos para siempre.
No obstante, aunque no necesitan el agua, pueden haber casos especiales en donde no quede otra opción que un baño.
Para ello, lo recomendable es humedecerlos de a poco, quizás con una toalla húmeda, mientras intentamos sumergir sus patas en la tina o en la pileta. Luego, el gato se irá metiendo por sí mismo (o te rasguñará el rostro si no tuviste suficiente cuidado).