Con la flexibilización de las cuarentenas han empezado a usarse en numerosos espacios públicos cámaras o escáneres térmicos para evaluar el estado de salud de la gente.
En esta guía exploramos qué detectan exactamente y cuán útiles pueden ser para evitar la propagación de la covid-19.
Mediante tecnología infrarroja, las cámaras térmicas detectan el calor que irradia un cuerpo —generalmente de la frente— para estimar la temperatura corporal.
Estas cámaras son una herramienta extremadamente poderosa, utilizada con frecuencia por los bomberos para rastrear brasas y por la policía para buscar sospechosos en un entorno en el que no son visibles.
Pero estas cámaras no están diseñadas como instrumentos médicos. Entonces ¿cuán útiles son en la actual pandemia?
Los escáneres térmicos miden la temperatura de la piel, con una variación de medio grado. Sin embargo, esta no es igual a la temperatura corporal.
“Estos dispositivos, en general, son menos precisos que los termómetros médicos como los que uno se pone en el oído”, explica Derek Hill, profesor del University College de Londres y especialista en temas de imágenes médicas.
Alrededor de 37ºC. Se considera alta cuando es de 38ºC o superior.
No obstante, la temperatura puede variar de persona a persona y cambiar a lo largo del día.
También puede variar en las mujeres durante el ciclo menstrual.
Tomar la temperatura corporal exacta no es fácil. Si bien puede medirse en la frente, en la boca, el oído y la axila, el método más preciso de medirla es tomándola en el recto.
No, solo miden la temperatura. La temperatura alta, o fiebre, es solo un síntoma común del virus.
Otros incluyen náuseas, dolores de cabeza, fatiga y pérdida del sentido del gusto o el olfato.
Pero no todas las personas con coronavirus tienen fiebre, y no todas las personas con fiebre tienen coronavirus.
Por esta razón, las cámaras térmicas por sí solas no detectarán personas infectadas pero con otros síntomas o asintomáticas (lo que se conoce como falsos negativos).
También identificarán personas que no están bien y tienen fiebre por otros motivos (falsos positivos).
Por sí solos, los escáneres de temperatura “pueden no ser muy efectivos“, dice la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las cámaras deben programarse correctamente y tomar en cuenta la temperatura ambiental.
El riesgo es que puedan darle a quienes las operan una falsa sensación de seguridad.
“Son solo una herramienta entre muchas otras”, dice James Ferryman, de la Universidad de Reading, en Reino Unido.
“El calor que irradia la piel se verá afectado probablemente por el uso del tapabocas”, señala Ferryman.
Por eso, generalmente se mide la temperatura de la frente, que por lo general está expuesta.
No necesariamente. De hecho, la temperatura de la piel baja durante el ejercicio, cuando aparece la transpiración.
El cuerpo es muy bueno para regular su temperatura incluso después de hacer ejercicio, así que la temperatura tiene que ser muy alta para que sea detectada por la cámara.
Con termómetros portátiles enfocados a la frente. No hace falta que toquen la piel, pero tienen que estar a pocos centímetros de ella.
Si bien son precisos (con una diferencia de una fracción grado sobre la temperatura de la piel), detectan correctamente la fiebre en cerca del 90% de los casos, dice Hill.