Los partos pueden ser procesos prolongados y dolorosos que pueden durar hasta días.
¿A qué se debe entonces que nuestros parientes más cercano entre los primates, los chimpancés, den a luz a solas y mucho más fácilmente?
Unos científicos en Sudáfrica buscaron una respuesta a ese enigma y reconstruyeron los partos de nuestros antepasados lejanos en el árbol evolutivo.
Los homínidos que vivieron hace dos millones de años daban a luz en una forma “bastante fácil”, de acuerdo a los investigadores, que reconstruyeron el proceso del alumbramiento en base a huesos fósiles.
En el caso de Australopithecus sediba, que vivió hace 1,95 millones de años en Sudáfrica, el alumbramiento era un proceso bastante sencillo, según Natalie Ludicina, antropóloga de la Universidad de Boston en Estados Unidos y una de las autoras del nuevo estudio.
“La cabeza del feto y sus hombros tenían mucho espacio para pasar incluso por las zonas más estrechas del canal de parto”, agregó la investigadora.
Pero la situación en la actualidad es muy diferente.
La forma y el tamaño de la pelvis cambió para hacer posible que nuestros antepasados comenzaran a caminar erguidos.
Y el cráneo del bebé creció para acomodar un cerebro más grande.
Al nacer, los bebés humanos no pueden simplemente salir, sino que deben realizar varias rotaciones durante su pasaje por el canal de parto.
Entre todos los fósiles de antepasados humanos generados a lo largo de más de tres millones de años, solamente existen seis pelvis femeninas.
Los investigadores se basaron en esos huesos para recomponer la evolución del parto.
El proceso de adaptaciones no fue linear y sencillo, con partos que se volvían cada vez más difíciles.
En el caso de Lucy, como se denominan los famosos restos de Australopithecus afarensis hallados en 1974 en Etiopía, el espacio para el bebé en el canal de parto era menor que en el caso de A. sediba.
Pero Lucy vivió un millón de años antes que A. sediba.
“Hay una tendencia a pensar que la evolución del parto humano fue una transición de un alumbramiento fácil a otro difícil” , señaló Laudicina.
“Pero nosotros constatamos que ése no es el caso”.
Cada fósil es indicativo de diferentes desafíos, afirmó la investigadora.
Y aún actualmente, existe una extraordinaria variedad en los partos humanos.
Algunos pueden ser rápidos y sin complicaciones, mientras que otros pueden ser partos de más de 20 horas y extremadamente dolorosos.
La investigación se publicó en la revista Plos One.