La industria de la aviación ha tenido que reinventarse durante la actual pandemia mundial. Algunas aerolíneas, con serias dificultades económicas, ofrecen vuelos sin abandonar el aeropuerto o comidas a bordo para llevar.
La mayoría de los pasajeros que viajan en avión por negocios. así como los trotamundos, están obligados a quedarse en tierra desde marzo de 2020. La pandemia ha acabado con la mayor parte del tráfico aéreo mundial, y, después de casi medio año, muchos amantes de los vuelos sienten claros síntomas de abstinencia.
Al mismo tiempo, muchos proveedores de aviación, como los cáterin de a bordo, se enfrentan a enormes pérdidas e incluso a la quiebra. Sin embargo, de pronto han descubierto nuevos caminos para cumplir con los deseos de los pasajeros y, al mismo tiempo, encontrar una solución a las dificultades económicas.
Despegue de “vuelos falsos”
Desde marzo no ha habido más tráfico aéreo internacional a Taiwán, pero actualmente hay ofertas en auge para satisfacer el anhelo de viajar en avión, a pesar de las restricciones vigentes.
En julio, ya hubo tres “vuelos falsos” reservados desde el aeropuerto de la ciudad de Taipei, la capital. Se postularon un total de 7.000 personas. En un sorteo se eligió a 60 personas por “vuelo”, a los que se les permitió entrar a un Airbus A330.
“Los participantes pasaron por controles de seguridad, de identificación y otros procedimientos de autorización de inmigración. Luego entraron al avión para experimentar la diversión de estar dentro”, explicó Ting Hsu, un miembro del personal del aeropuerto, a los medios locales. Todos estaban entusiasmados.
Vuelos reales “a ninguna parte”
Mientras, los vuelos reales a ninguna parte satisfacen el anhelo de muchos taiwaneses de volver a volar. EVA Airways realizó uno especial en agosto, cuando se celebró el Día del Padre en Taiwán. Se le asignó el número de vuelo 5288, cifra que, aparentemente, se pronuncia como “Amo a papá” en chino.
Los pasajes para los 309 asientos del Airbus A330, con colores típicos de Hello Kitty, se agotaron en minutos. La nave despegó del Aeropuerto Internacional Taoyuan, en Taipei, embarcándose en un vuelo panorámico circular alrededor de la isla y hacia el espacio aéreo japonés, antes de regresar, casi tres horas después del despegue. Los pasajeros pagaron entre 150 y 180 euros, con menú a bordo del chef de tres estrellas Michelin, Motoke Nakamura.
El mismo día, China Airlines también lllevó a cabo una experiencia bastante inusual: 50 niños, con uno de los padres, entrenaron inicialmente en una cabina de simulación en el aeropuerto cómo servir a bordo y recibieron uniformes en miniatura reales, antes de embarcarse en un vuelo panorámico de dos horas.
“Queremos revivir esa vieja sensación de viajar, hemos estado aburridos durante demasiado tiempo”, dijo el padre de un niño de 6 años.
Comidas a bordo para llevar a casa
Las empresas de cáterin a bordo también han creado nuevas inciativas comerciales, obligadas por las circunstancias. Una da ellas fue inventada por Gate Gourmet, con sede en Suiza, la empresa de comidas para aerolíneas más grande del mundo en sus sucursales australianas.
Esta comenzó en junio a vender comidas en clase económica a clientes privados en línea. 10 raciones de diferentes platos de desayuno por unos 12 euros, o 10 almuerzos por 15 euros. Para congelar o calentar en el microondas en casa: desde ternera al curry con arroz al jazmín hasta pollo a la parmesana con papa fritas.
De manera similar, con una venta de comidas a bordo originada en la necesidad, una compañía llamada Tamam Kitchen, que generalmente suministra comidas a la aerolínea israelí El Al en Tel Aviv, trabaja ahora para la gente en tierra.
“Tenemos que repensar y reinventarnos”, dice Nimrod Damajo, vicepresidente de operaciones de Tamam. Actualmente la empresa prepara alrededor de un centenar de pedidos diarios de comidas por no más de 3 euros por ración.
GNS Foods, en Texas (EE. UU.), también enfrentó un serio problema. La empresa suele vender 6.000 toneladas de frutos secos al año a American y United Airlines. Debido a la pandemia, se quedaron con casi 43 toneladas de mezcla de frutos secos, empaquetadas en 70.000 bolsas. Finalmente, las vendieron en línea a personas privadas.
Para las aerolíneas, todas las ideas, que ayuden a generar algunos ingresos con sus aviones estacionados, son bienvenidas. Y el público está más que dispuesto a volver a volar, al menos en Taiwán, incluso sin destino concreto.