Desde un punto antropológico, se les llama "sobras evolutivas": son esas parte de nuestro cuerpo que no tienen ninguna utilidad para las funciones que desarrollamos en una vida moderna. Pero no siempre ha sido así.
Es difícil meterse en la cama y casi no hay espacio para moverse. La puerta del baño no cierra y se queda justo en el medio cuando te estiras para alcanzar el papel higiénico.
En cierto momento, los médicos decidieron que el agotamiento tenía que ver, no con sangre, sino con nervios.
Esta nueva práctica no es recomendada por cosmetólogos quienes advierten que puede provocar daños irreversibles.
Marcar a los alimentos con "ejercicio por calorías" hace que sea más fácil entender qué estamos comiendo y nos estimula a elegir mejor.
Hasta donde alcanzan nuestros conocimientos en historia, la pornografía siempre ha existido y se ha transformado con la evolución de los medios de expresión.