El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló durante la cumbre internacional que inició este jueves que estamos en una "década decisiva" para hacer frente al cambio climático.
Y se comprometió a recortar las emisiones de dióxido de carbono de Estados Unidos entre el 50% y el 52% con respecto a los niveles de 2005 para finales de esta década.
Esta nueva meta, que fue presentada durante el encuentro virtual de 40 líderes globales, representa un giro importante en las políticas implementadas sobre el tema por su antecesor Donald Trump.
Con ello, Biden espera que el ambicioso nuevo plan aliente a China, India y otros países a ir un poco más lejos antes del crucial encuentro COP26 que se llevará a cabo en Glasgow, Reino Unido, en noviembre.
Pero existe cierto escepticismo sobre la capacidad de EE.UU. de cumplir con el compromiso, dada la dividida naturaleza de la política estadounidense.
“Los científicos nos dicen que esta es una década decisiva: esta es la década en la que debemos tomar decisiones que evitarán unas consecuencias de la crisis climática aún peores”, señaló el presidente durante el discurso de apertura de la reunión de alto nivel, que se extiende hasta este viernes.
“Debemos tratar de mantener un aumento de la temperatura de la Tierra de 1,5º C. Un aumento de más de 1,5º C implica incendios más frecuentes e intensos, inundaciones, sequías y huracanes que destruyen ciudades, destrozan vidas (…)”.
La vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, añadió: “Como comunidad global, es imperativo que actuemos rápidamente y juntos para confrontar esta crisis”.
“Esto requerirá innovación y colaboración alrededor del mundo”.
El clima ha sido el foco central de los primeros meses del gobierno de Biden.
Además de sumarse de nuevo al Acuerdo de París y organizar la cumbre de este jueves, el equipo de Biden ha estado trabajando en una propuesta fuerte para convencer al mundo de que su administración está dispuesta a actuar.
Muchos comentaristas habían presionado a EE.UU. para que acordara una reducción del 50% en las emisiones como una muestra contundente de sus intenciones.
El hecho de que el presidente Biden esté preparado para ir más allá será una grata sorpresa para muchos científicos y activistas.
“Al anunciar un objetivo de reducción tan audaz, de entre un 50% y un 52% con respecto a los niveles de 2005 para fines de la década, el presidente Biden ha respondido con la urgencia que esta crisis climática exige”, señaló Nathaniel Keohane, del Fondo de Defensa Ambiental de EE.UU.
“Este objetivo está en consonancia con lo que la ciencia dice que es necesario para encaminarnos hacia un clima más seguro y coloca a EE.UU en la cima de la ambición climática de los líderes mundiales”.
El 29% de los gases de efecto invernadero de este país vienen actualmente del sector del transporte, el principal emisor. Le siguen la generación de electricidad (25%) y la industria (23%). Por eso, las acciones del plan climático que debe poner en marcha Biden ahora se deben centrar en estos tres campos en los que el peso del poderoso sector de los combustibles fósiles es muy grande en EE UU.
Y la nueva promesa significará un cambio enorme en el estilo de vida estadounidense.
Pero anunciar una meta ambiciosa es una cosa, hacerla realidad es otra.
Mientras que los demócratas tienen mayoría en la Cámara de Representantes, que el Senado apruebe una legislación de este tipo va a ser bastante más complicado.
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