Una ceremonia de más de 1.000 años cargada de ritos, símbolos y pompa tendrá lugar este 6 de mayo en la Abadía de Westminster en Londres para coronar al rey Carlos III.
La última coronación que se vivió en Reino Unido fue la de Isabel II hace 70 años.
Su hijo Carlos, entonces un niño de 4 años, estuvo visiblemente aburrido en la ceremonia, la primera en ser transmitida por televisión.
Su coronación no será tan extensa como la de su madre, pero sí igual de fastuosa. Mientras que la coronación de Isabel II duró tres horas, se prevé que la de Carlos III se prolongue durante 90 minutos.
Se espera que asistan unas 2.000 personas a la ceremonia, entre ellas 100 jefes de Estado, miembros del gobierno británico e invitados de otras casas reales.
El costo total de la celebración se desconoce por el momento, pero críticos de la monarquía apuntan a que serán destinados millones de dólares.
El día comenzará con una procesión en la que Carlos III y la reina consorte, Camila, se trasladarán desde el Palacio de Buckingham a la Abadía de Westminster en una majestuosa carroza tirada por seis caballos, de apariencia antigua pero con comodidades modernas como calefacción, aire acondicionado y ventanillas eléctricas.
El rey y la reina estarán acompañados por el heredero de la corona, el príncipe William, su esposa, Kate, y sus hijos.
La procesión, que pasará por puntos emblemáticos de Londres como la Plaza de Trafalgar y la Plaza del Parlamento, será escoltada por varios regimientos de la guardia real vestidos con uniformes de gala.
Cuando lleguen a la puerta oeste de la abadía, los reyes se dirigirán en procesión solemne hacia sus tronos, frente al altar mayor.
Allí Carlos III y Camila serán precedidos de dignatarios que portarán las insignias reales, símbolos de la monarquía.
Varios objetos valiosos figurarán durante la ceremonia de coronación de Carlos III. Estos son algunos de los más icónicos.
La corona de San Eduardo: una rica obra de orfebrería de más de 300 años, que es símbolo del poder y la dignidad del monarca como jefe de Estado.
Las espuelas de oro: símbolos de honor y valor, virtudes asociadas a los caballeros medievales.
El anillo del soberano: emblema de dignidad real.
Entre los símbolos del monarca figuran además seis espadas:
Entre las insignias de Camila se encuentran el cetro y la vara de la reina consorte, el anillo y una corona de plata y oro con incrustaciones de 2.200 diamantes.
Una vez que el monarca y su consorte lleguen al escenario de la coronación, situado frente al altar mayor, comenzarán los ritos de la ceremonia que consta de 5 partes: el reconocimiento, el juramento, la unción, la investidura (que incluye la coronación) y la entronización y el homenaje.
El arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby, y otros tres dignatarios preguntan a los asistentes si reconocen a Carlos como su monarca.
Será entonces cuando el público responda la célebre frase “Dios salve al rey Carlos”.
El rey jura respetar las leyes de Reino Unido y los dominios y territorios de los que es soberano, así como mantener el estatus de la Iglesia de Inglaterra como religión del Estado.
Esta es la parte más sagrada de la ceremonia en la que se corona a Carlos III como jefe de la Iglesia de Inglaterra.
Al rey se le quita el manto ceremonial y se sienta en la Silla de la Coronación, un trono de madera fabricado en el año 1300 por orden del rey Eduardo I.
Bajo la silla estará la Piedra del Destino, una roca sobre la que se sentaban los reyes de Escocia.
Se coloca una mampara alrededor del monarca para que nadie pueda verlo, pues el momento de la unción se considera tan sagrado que no debe tener testigos.
El deán de Westminster verterá aceite de crisma, o aceite sagrado, de la ampolla, un recipiente en forma de águila dorada, a la cuchara de la coronación, que data del siglo XII.
Un dato curioso sobre esta cuchara es que es la única de las principales insignias reales que sobrevivió la destrucción ordenada por el gobierno de Oliver Cromwell en 1649.
El arzobispo ungirá a Carlos III, haciéndole el signo de la cruz en las manos, el pecho y la cabeza.
El aceite de la unción se extrajo de aceitunas del Monte de los Olivos en Jerusalén y fue consagrado por el patriarca de Jerusalén y el arzobispo anglicano de esa ciudad en la Iglesia del Santo Sepulcro.
El aceite se suele perfumar con ajonjolí, rosas, jazmín, canela, neroli (que se obtiene de las flores del azahar), benjuí, ámbar y flor de naranja.
Pero esta vez, para Carlos III, un monarca que ha dedicado parte de su trabajo a la defensa del medio ambiente, la mezcla será diferente.
No se ha usado la fórmula tradicional que incluye productos de origen animal como el ámbar gris, que se obtiene de las vísceras del cachalote y un extracto de las glándulas de la civeta.
Tras la unción, el rey será vestido con el colobium sindonis, túnica del sudario en latín, una pieza de lino blanco sin mangas que simboliza la presentación del soberano en toda simplicidad ante Dios.
Sobre el colobium sindonis, le será colocado un manto en brocado dorado conocido como supertúnica. Es una forma de manto sacerdotal que simboliza que el monarca ha sido consagrado ante Dios y a su servicio.
Este es el momento culminante de la ceremonia, cuando el rey será coronado.
Primero, el monarca recibe las insignias reales.
Y luego el arzobispo de Canterbury trae la corona de San Eduardo desde el altar y la coloca sobre la cabeza del monarca.
La corona es de oro macizo de 22 quilates con incrustaciones de piedras preciosas. Data de 1661 y pesa más de dos kilogramos.
En esta parte final, el rey se sienta en su trono para recibir un juramento de fidelidad conocido como homenaje.
Tradicionalmente este juramento correspondía al alto clero, al heredero de la corona, los duques de la casa real y los pares principales de cada título nobiliario.
Para la coronación de Carlos III, el rito fue modificado. Solo harán el homenaje el arzobispo de Canterbury, el príncipe William y el público presente en la abadía.
En la coronación de Isabel II en 1953, su esposo, el príncipe Felipe, no fue coronado.
Pero este sábado, Camila, la esposa del rey Carlos, sí recibirá su corona como reina consorte.
Y es que la tradición de la realeza británica establece que las esposas de los monarcas sean coronadas, pero no así los hombres casados con las reinas.
Camila será ungida por el arzobispo de Canterbury solo en la frente y, a diferencia del rey Carlos, esto sí será a la vista de todos.
Tras la unción, recibirá el anillo de la reina, símbolo de dignidad real, y dos cetros que simbolizan la equidad y la misericordia.
Seguidamente, el primado de la Iglesia de Inglaterra le pondrá la corona de la reina María, hecha en 1911 para la abuela de la reina Isabel II.
A principios de este año, la casa real comunicó que no se coronará a Camila con la corona de la reina madre de Isabel II que ha sido objeto de polémica por estar asociada a la historia colonial de Reino Unido.
Una de sus joyas más valiosas, el diamante Koh-i-Noor, es reclamado en India.
Terminados los ritos, el rey y la reina se retirarán brevemente a la Capilla de San Eduardo, detrás del altar mayor.
Allí, Carlos III cambiará sus vestiduras y se colocará la Corona Imperial del Estado, que tiene un valor sentimental para el monarca pues es la misma corona que se colocó sobre el féretro de su madre, la reina Isabel II, en septiembre de 2022.
Carlos III ha dicho que quiere que su coronación represente los valores del Reino Unido actual, un país de diferentes etnias y religiones, muy diferente al de 1952, el año en que su madre ascendió al trono.
Para ello se ha modificado la ceremonia, en la que tradicionalmente los roles principales corresponden a la aristocracia.
Estos son algunos de los cambios:
Mujeres, personas de minorías étnicas y líderes de religiones no cristianas tendrán algunos de los papeles ceremoniales que antes tenían los nobles, la mayoría de los cuales no fueron invitados.
Dado el espacio limitado de la abadía, se dio prioridad a individuos que han sido condecorados por la monarquía por su beneficio para la sociedad.
El rito del juramento: se modificó para incluir la promesa de la Iglesia anglicana de fomentar un ambiente en el que personas de todas las confesiones y creencias puedan vivir libremente.
La música: por primera vez en una coronación se escuchará un gospel y un canto en lengua galesa.
La vestimenta del rey: no se espera ver a un rey vestido como en coronaciones anteriores con pantalones cortos sino que llevará un uniforme militar.
Al finalizar la ceremonia en la abadía, los reyes coronados regresarán al Palacio de Buckingham en una segunda procesión en la tradicional carroza dorada que usan los monarcas británicos en las coronaciones.
El carruaje, fabricado en el siglo XVIII, está recubierto de pan de oro o delgadas láminas de este metal.
Los reyes serán recibidos con honras militares en el Palacio de Buckingham y luego saldrán al balcón central con miembros de su familia para ver un desfile aéreo.
Terminarán con el tradicional saludo que cerrará un día histórico en Reino Unido.