Era la 1:20 de la mañana del miércoles cuando dos bases con militares estadounidenses en Irak fueron atacadas por misiles procedentes de Irán.
Era la respuesta “proporcional” al asesinato de Qasem Soleimani, el poderoso y popular general de la Guardia Revolucionaria Islámica iraní.
Fue justo a la misma hora, a la 1:20 de la mañana, que un dron estadounidense mató a Soleimani cuando salía del aeropuerto de Bagdad el viernes.
El gobierno de Donald Trump dijo que el asesinato buscaba frenar los planes de agresión de Irán, que por su parte lo denunció como un “acto de terrorismo internacional“.
Como respuesta, Irán lanzó un ataque que sin embargo no causó muertes, y fue descrito por el ayatolá Jamenei como “una bofetada” a Estados Unidos.
“Irán atacó la base desde la cual Estados Unidos atacó al general Soleimani. Tomamos una acción legítima. La única venganza es la retirada de Estados Unidos de la región”, dijo el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif.
Trump, por su parte, respondió el miércoles anunciando nuevas sanciones económicas al país, pero no habló de acción militar.
“Irán parece estar cediendo“, dijo, en una frase que los expertos interpretaron como una mano tendida a la desescalada de la tensión entre dos países que, según ellos, no quieren una guerra abierta y parecen sentirse empatados.
Según las autoridades iraníes, en la llamada Operación Mártir Soleimani se dispararon 22 misiles a dos de las bases que albergan militares de EE. UU. en Irak: Irbil y Al Asad.
Aunque el ejército iraní es reconocido por su desarrollado programa de misiles, la información sobre cuántos golpearon el objetivo se contradice entre las fuentes.
Pero, según las autoridades iraquíes, 17 misiles impactaron en el área de la base de Al Asad, dos de los cuales no explotaron, y cinco misiles cayeron en Irbil.
Teherán dijo que los misiles utilizados tienen un alcance de entre 300 km y 750 km, lo que les permite cubrir todo Irak.
Un tipo de misil que se disparó es el Fateh-110, que ha sido descrito como uno de los sistemas más precisos del país y es operado por Irán, sobre todo, así como por Siria y el grupo armado Hezbolá, en Líbano.
El otro tipo de misil es el Qiam-1, que según la prensa local tiene un alcance de 800 km.
“No se perdieron vidas estadounidenses o iraquíes debido a las precauciones tomadas, la dispersión de fuerzas y un sistema de alerta temprana que funcionó muy bien”, dijo Trump en su declaración del miércoles.
En efecto, las autoridades iraníes confirmaron haber alertado a las tropas acuarteladas que el ataque venía en camino, un gesto que según especialistas fue un intento de bajar las aguas sin dejar de cumplir la demanda de retaliación de muchos iraníes.
“Enviamos nuestro mensaje a Washington a través de enviados que representan los intereses estadounidenses en Teherán”, dijo el ministro Javad Zarif.
Y funcionarios de otros países con soldados en las bases, como Lituania y Reino Unido, retiraron a sus hombres horas antes del atentado porque, según dijeron, fueron alertados del bombardeo.
Fuentes del gobierno de EE. UU. y de Europa familiarizadas con las evaluaciones de inteligencia y citadas por varios medios estadounidenses e israelíes aseguran que Irán trató deliberadamente de evitar bajas militares estadounidenses para no aumentar la tensión.
Fotos satelitales tomadas el miércoles por la empresa comercial Planet, facilitadas a NPR a través del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales en Monterey, muestran hangares y edificios impactados por los misiles iraníes.
Al menos cinco estructuras fueron dañadas en el ataque a la base de Al Asad, según se ve en las imágenes, pero en Irbil no es claro cuáles fueron los daños.
“Parece que los misiles impactaron en puntos muertos”, le dijo David Schmerler, analista del Instituto Middlebury, a NPR.
Pero, como dice el corresponsal de Asuntos Diplomáticos de la BBC, Jonathan Marcus, “si esto fue por diseño, o simplemente debido a deficiencias en la fabricación y precisión de sus misiles, aún no está claro”.
“Lanzar misiles de largo alcance contra bases estadounidenses es una forma arriesgada de enfatizar una idea” de retaliación, afirmó.
“La falta de víctimas podría ser tanto por suerte como por diseño“, concluyó.