La pregunta llevaba semanas dando vueltas: ¿cuáles son los reales riesgos de formación de coágulos tras inocularse con la vacuna Oxford-AstraZeneca?
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) finalmente dio algunas luces al respecto este miércoles: los trombos —concluyó— deben incluirse como un efecto secundario raro que puede aparecer en algunos receptores de esta vacuna contra la covid-19.
La probabilidad de morir por una afección como esta es tan baja como una entre un millón. Por el contrario, la covid-19 mata a una de cada ocho personas infectadas mayores de 75 años, y uno de cada 1.000 infectados sintomáticos con alrededor de 40 años.
Por lo mismo, las autoridades y científicos han insistido en que los beneficios de AstraZeneca superan los riesgos.
Pero ¿cuál es la explicación detrás de la aparición de estos trombos? ¿Qué causa este líquido inmunizante en algunas pocas personas que les hace desarrollar coágulos de sangre?
Aunque la respuesta aún no está del todo clara pues se sigue investigando, la propia agencia europea entregó algunas pistas: una explicación plausible —dijeron— es que la vacuna pueda desencadenar una respuesta inmune que conduzca a un trastorno atípico similar a la trombocitopenia inducida por heparina(TIH).
La heparina es un anticoagulante y el trastorno TIH, impulsado por el sistema inmunológico, consiste en una reacción adversa al fármaco que activa las plaquetas y la coagulación, produciendo un aumento en la formación de trombos.
En la comunidad científica, esta teoría venía discutiéndose hace algunas semanas luego de que un equipo de médicos en Alemania la sugiriera el 19 de marzo pasado, denominándola “trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por vacuna”, abreviado como VITT, por sus siglas en inglés (o VIPIT, según el primer estudio del equipo alemán).
Ahora, ¿cómo se llegó a esta conclusión?
En las investigaciones detrás de estos casos de trombos se descubrió que todos los pacientes afectados tenían un número bajo de plaquetas, las células sanguíneas que normalmente ayudan a reparar el sangrado en el cuerpo.
También se concluyó que los pacientes tenían este anticuerpo particular, similar al TIH, en la sangre que activa las plaquetas.
Los científicos alemanes —liderados por el especialista en coagulación de la Universidad de Greifswald Andreas Greinache—, publicaron los resultados finales de su investigación el 9 de abril en el New England Journal of Medecine.
En este estudio analizaron las características de 11 pacientes en Alemania y Australia, que desarrollaron uno o varios eventos de trombosis o trombocitopenia después de la vacunación con AstraZeneca.
De estos pacientes, nueve eran mujeres, con una edad media de 36 años.
Entre 5 y 16 días después de la vacunación, todos los pacientes presentaron uno o varios eventos de trombosis, con excepción de uno, que presentó una hemorragia intracraneana que le causó la muerte.
Entre los pacientes que tuvieron más de un evento de trombosis, nueve tuvieron trombosis venosa; tres tuvieron trombosis en el abdomen (trombosis de la vena esplácnica); tres tuvieron embolia pulmonar; y otros cuatro tuvieron otro tipo de trombosis.
De los 11 pacientes estudiados, seis fallecieron.
Ninguno de ellos había recibido heparina antes del inicio de los síntomas pero sí produjeron el anticuerpo similar al de TIH.
Este anticuerpo, que se activaría con la vacuna AstraZeneca, hace que las plaquetas se agrupen por error y formen coágulos.
De acuerdo con la investigación del equipo alemán, el VITT es una reacción “muy rara” y, si se identifica con prontitud, es “tratable”.
“Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo”, dijo Greinacher. “Y entre antes se haga el tratamiento, mejor”, agregó.
En una conferencia de prensa este viernes, el científico alemán afirmó además que, si bien todavía faltan estudios, es probable haya factores individuales en las personas afectadas que desencadenen este efecto adverso.
“De lo contrario, veríamos este problema en muchas más personas, lo que afortunadamente no es el caso (…). Es una noticia fantástica para el programa de vacunación porque de lo contrario este habría sido el riesgo de muchas otras vacunas inmunizantes”, aseguró.
Sin embargo, a pesar de que la agencia europea dijo que la mayoría de los casos notificados de trombos han ocurrido en mujeres menores de 60 años, no se ha podido concluir si es que la edad, el género o los historiales médicos puedan ser factores adicionales de riesgo.
Pero este riesgo parece aumentar en las personas más jóvenes.
De hecho, las autoridades británicas decidieron que, dado que las personas sanas menores de 30 años tienen menos riesgo de enfermarse gravemente a causa de covid-19, el equilibrio de riesgos y beneficios significa que se les debe ofrecer una vacuna diferente a la de AstraZeneca.
Sobre la píldora anticonceptiva -que, en general, aumenta seis veces la probablidad de desarrollar un trombo- el doctor Greinacher afirmó que lo más probable es que no sea un atenuante para la aparición de trombos.
La agencia reguladora europea afirmó que los profesionales de la salud pueden ayudar a los afectados en su recuperación y evitar complicaciones. Así, llamó a las personas a buscar asistencia médica en caso de desarrollar síntomas.
Algunos de estos síntomas son: dificultad para respirar, visión borrosa, dolor de cabeza severo y persistente, dolor de pecho, hinchazón en la pierna, dolor abdominal persistente y pequeñas manchas de sangre debajo de la piel, entre otros.
Por otro lado, la mayoría de los casos investigados muestran que la aparición de coágulos puede darse entre cuatro días y unas pocas semanas después de que una persona recibe la vacuna.
Los expertos médicos en el Reino Unido, en todo caso, sugieren que esta rara condición debe ser considerada en cualquier persona que tenga síntomas similares hasta un mes después de haber sido inoculada.
El hallazgo de este trastorno y su tratamiento pueden ser de gran utilidad para el desarrollo de la campaña de vacunación masiva contra la covid-19 a nivel mundial.
Actualmente, varios países en el mundo dependen en gran medida de AstraZeneca.
En Reino Unido, por ejemplo, 31 millones de personas han sido vacunadas con la primera dosis y, en su gran mayoría, se ha utilizado AstraZeneca.
Otras naciones europeas, como Alemania, Francia, Italia y España, han experimentado retrasos en sus campañas de inoculación y una de las razones es justamente la suspensión de AstraZeneca después de que se decidiera aplicar sólo a los menores de 59 años y aparecieran los primeros registros de coágulos de sangre.
Esto ha provocado que varios de cientos de miles de dosis de AstraZeneca no se estén utilizando. Es el caso de Alemania, donde el propio ministro de Salud, Jens Spahn, reconoció en marzo que se habían administrado solo el 15% de las dosis disponibles.
Con todo, en las próximas semanas la agencia reguladora europea planea entregar más información respecto a los trombos causados por la vacuna.
Autoridades y científicos esperan que con esto se vislumbren las dudas y se siga adelante con la más difícil de las campañas de vacunación masiva de la historia.