"El impacto del covid-19 ha sido devastador y sin precedentes", le dice a BBC News Mundo Gloria Guevara, presidenta y directora ejecutiva de WTTC en Londres.
Uno de los sectores más afectados por la pandemia del coronavirus es el del turismo y todas las industrias que lo conforman, desde las empresas de transporte aéreo, terrestre y marítimo, a hoteles, restaurantes y comercios locales, hasta la economía informal.
Un informe emitido en 2019 señaló que el año anterior dicho sector había contribuido a la economía mundial con una cifra récord de US$8,8 billones (US$8.800.000.000.000) y 319 millones de empleos, en una tasa de crecimiento superior a la del PIB global.
El informe es producto de la investigación anual que realiza el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés) sobre el impacto económico y social de esa industria.
El WTTC, que representa al sector global privado de viajes y turismo, ve con preocupación el deterioro de los negocios como consecuencia de confinamientos locales, las restricciones de salida e ingreso a países y otras medidas para controlar la propagación de la covid-19.
Ante la “catastrófica” situación, en junio el WTTC creó un Sello de Viajes Seguros —una especie de visto bueno en seguridad e higiene— con el objetivo de “restaurar la confianza de los viajeros y reactivar” la alicaída industria.
“El impacto de la covid-19 ha sido devastador y sin precedentes”, le dice a BBC News Mundo Gloria Guevara, presidenta y directora ejecutiva de WTTC en Londres.
“Para algunos países el sector turístico representa el 10% de su economía. Y hay algunas islas en el Caribe donde contribuye con más del 50%”.
Según los análisis realizados por el WTTC de la evolución de la crisis actual y algunas del pasado —desde el 11 de septiembre, hasta el desplome bancario de 2008, pasando por los brotes de ébola y SARS— proyectan que para finales de año la pandemia habrá afectado a 197 millones de empleos en el sector de viajes y turismo y generado unas pérdidas de US$5,5 billones (US$5.000.0000.000.000).
Pero de estas crisis pasadas se aprendieron ciertas lecciones, una de ellas la necesidad de generar protocolos internacionales para recuperar la confianza del viajero, señala Guevera. Y en eso se enmarca el Sello de Viajes Seguros, apunta.
“Estos protocolos tienen que ser los mismo en todas partes. Que si yo me quedo en un hotel en Londres, en México o en Miami, la experiencia sea la misma”, indica Guevara.
Así, cuenta, el WTTC decidió no esperar a los gobiernos y definir los protocolos desde el sector privado, siguiendo las guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y las recomendaciones de expertos y universidades.
Y le sumó el conocimiento adquirido de sus propias experiencias, subraya.
“Nuestros hoteles —más de 200— ofrecieron cuartos a enfermeras y doctores que atendían casos de covid-19 en Madrid, Milán y otros lugares. A pesar de estar expuestos al virus, esas instalaciones se mantuvieron libres de la enfermedad”, aseguró la directora ejecutiva.
“Estándares rigurosos”
Con la suma de toda esa información se elaboraron protocolos para 11 industrias, entre ellas las de aeropuertos, aviación, hotelería, alquiler de autos, operadores de viajes, comercio al aire libre y convenciones, para que se ciñan a una serie de estándares de seguridad e higiene.
Estas incluyen desde directrices sobre el uso de mascarillas y rastreo de los consumidores, hasta el distanciamiento público y la disponibilidad de geles antivirales.
Según explica la representante del WTTC, el sello permite a los viajeros a reconocer los establecimientos alrededor del mundo que hayan adoptado los protocolos estandarizados “más rigurosos” de salud e higiene para evitar el contagio.
La idea original era ofrecérselo a los establecimientos del sector privado y no a los destinos, relata Guevara, hasta que fueron contactados desde varios países y destinos pidiendo el sello.
“Decidimos hacer una evaluación de estos países y comparar sus protocolos con los nuestros. A los que se encuentran al nivel del sector privado local y no contradicen nuestros protocolos, les entregamos el sello”.
El WTTC ha otorgado el distintivo a más de 120 destinos y países.
En América Latina y el Caribe lo han recibido 16 países, entre ellos Argentina, Perú, Colombia, Panamá, Costa Rica y más recientemente Guatemala.
Son las autoridades locales las que determinan qué establecimientos y sitios de interés turístico cumplen los protocolos de bioseguridad y se los remiten al WTTC para que los otorgue.
Un ejemplo destacable es el santuario histórico inca de Machu Picchu, en Perú, que acaba de recibirlo.
En otros países como México y Brasil, el WTTC distribuye su sello a nivel estatal o regional, como en el caso del balneario de Cancún, en el estado de Quintana Roo.
Aunque México es uno de los países de la región con mayor número de casos de coronavirus y Brasil el de mayor contagio en toda América Latina, Guevara afirma que la tasa de infección no condiciona la entrega de sellos.
“Hay muchos casos en lo que los contagios no tienen nada que ver con los viajeros”, explica, indicando que la propagación en ciertos países sucede “de comunidad en comunidad, de casa en casa”.
“Si un país tiene índices de covid-19 altos, pero tiene los protocolos establecidos, nosotros le podemos dar el sello porque no está relacionado a los casos de infección, expresa.
El sello se ofrece completamente gratis, pero el país o el destino deben hacer una solicitud, llenar un formulario y demostrar que tienen protocolos compatibles.
Según Guevara, la recepción del sello ha sido “abrumadora“, gracias a las agencias de viaje que lo promueven y la respuesta de los viajeros.
“El sello a venido a reducir la incertidumbre hacia los destinos que lo han obtenido y los prestadores de servicio que lo adquieren”, asegura.
Sin embargo, no todos en el gremio sienten tanto optimismo por esta estrategia.
Uno de ellos es Juergen Steinmetz, empresario en el gremio de viajes basado en Hawái, cofundador de la red Rebuilding.travel, compuesta por líderes del turismo en 120 países y que tiene su propia iniciativa para relanzar la industria.
El empresario considera que todavía no se puede saber si los viajes internacionales deben ser promovidoso no como seguros.
“Pienso que tiene más sentido concentrarse en viajes regionales, destinos que se pueden alcanzar por automóvil, por ejemplo, donde no tienes que subirte a un vuelo de seis horas y cruzar fronteras internacionales. Ese sería un primer paso”, le dice a BBC News Mundo.
“Esto, para mí, es más un ejercicio de estímulo y relaciones públicas que cualquier otra cosa”, afirma.
Considera que declarar que un destino es seguro es un riesgo y que puede desembocar en un problema legal.
“Se puede tratar de mantener prácticas de sanidad, pero no se puede decir que un hotel, una aerolínea o un restaurante es seguro con un sello”.
Por su parte, Guevara aclara que el sello del WTTC “no es una certificación”. La certificación la hace cada país localmente con sus autoridades de sanidad.
“Este sello es un reconocimiento que el destino o país sigue los protocolos más estrictos, a nivel de sector privado o global, y está alineado con nosotros”.
Resalta que el WTTC revisa una por una las solicitudes de los destinos, las compara y luego les pide que firmen un compromiso para seguir los protocolos y advierte que, si los cambian, pueden perder el reconocimiento.
Steinmetz aclara que no tiene ninguna objeción sobre las guías y los protocolos.
“Las leí, son excelentes, hicieron una gran investigación”, reconoce.
“El WTTC comprende a los más grandes de la industria y todos tienen un interés en reabrir el turismo para salvar sus negocios. Naturalmente, esa es una parte importante”.
Sus dudas vienen del control y auditoría de los destinos que tienen el Sello de Viajes Seguros.
“Ese sello está basado en el cumplimiento de una lista, pero esa lista está cambiando constantemente”, subraya.
También indica que la cuestión del seguimiento también es problemático, pues el control no se lleva a cabo in situ sino con una autoevaluación del mismo destino.
Cuenta que forma parte de una organización que solicitó el sello del WTTC, que lo recibió, pero no hubo seguimiento.
“Nadie nos llamó para saber lo que estábamos haciendo para merecer el sello. Lo único que haces es llenar un formulario diciendo que estás haciendo lo que ellos consideran que está bien y te lo otorgan”.
“El consumidor debe saber que estos sellos están basados en autoevaluación. A no ser que reciban un certificado de las agencias del propio gobierno, como aquí en Hawái, donde hay un personal cuya única tarea es visitar los lugares para controlar que se están cumpliendo los estándares ordenados. Lo otro no es garantía”, indica Steinmetz.
Gloria Guevara insiste en que su organización puede enterarse si un país o destino modifica sus protocolos porque tienen miembros en todo el mundo. La otra fuente de vigilancia es la del propio viajero, dice, que pueden comentar en redes sociales y plataformas de turismo como Tripadvisor si los protocolos fueron adecuados o no. “Lo peor que los destinos pueden hacer es no seguir los protocolos porque las malas reseñas impactan su reputación e imagen”.
Aunque no le han retirado el sello a nadie todavía, Guevara cuenta que sí se lo han negado a solicitantes que decidieron a último momento a modificar los protocolos e implementar la cuarentena, como un país en Latinoamérica que no quiso identificar para no perjudicar su imagen.
La directora ejecutiva del WTTC señala que “nadie puede garantizar un 100% de seguridad”. Recuerda que ni siquiera después del 11-S hubo ese nivel de seguridad. “Ni en tu casa, ni en tu auto estás 100% seguro. Lo importante es identificar el riesgo y saber qué nivel de riesgo estás dispuesto a aceptar”.
No obstante lo que sí garantiza de su estrategia es que están haciendo todo lo posible por reducir al máximo la posibilidad de contagio. “Si pudimos mantener los hoteles con médicos y enfermeras libres de covid-19 -aquellos que estaban tan expuestos- yo creo que podemos mantener seguras las instalaciones (que reciben el sello)”.