Miami se debate entre el desconcierto, el dolor y la incredulidad.
El Champlain Towers South, un edificio de 100 apartamentos junto a la playa, colapsó el jueves en la madrugada, lo que ha generado una de las mayores operaciones de rescate y salvamento en la historia reciente del condado de Miami-Dade.
Mientras familiares de más de un centenar de personas aún esperan noticias de los suyos y otros viven el duelo por las pérdidas, muchos también se preguntan cómo se explica que la construcción de 12 plantas se desplomara.
Las autoridades insisten que es muy pronto para determinar las causas y que tomará meses llegar a conclusiones.
La mayoría de los expertos, sin embargo, apunta a una conjunción de factores, que podrían ir desde problemas estructurales en el edificio (que acababa de cumplir 40 años) a posibles socavones hasta construcciones en la zona o factores asociados al cambio climático.
Tras el derrumbe, medios locales se hicieron eco de un estudio realizado en 2020 por la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés) en el que el geólogo Shimon Wdowinski detectó un hundimiento de hasta 2 milímetros (mm) por año en el área donde se encuentra el Champlain Towers South.
Según explica Wdowinski, el edificio fue el único lugar en la zona donde se detectó este fenómeno entre 1993 y 1999, periodo en que se basó el estudio.
Sin embargo, el experto aclara que esto por sí solo no explica la tragedia de la madrugada del jueves.
En BBC Mundo conversamos con Wdowinski para conocer más sobre su estudio, lo que puede implicar para otras zonas afectadas por hundimientos y para el futuro de Miami.
¿Por qué estudió esta área del edificio que colapsó?
El estudio que hicimos buscaba determinar los niveles de hundimiento como parte de una investigación sobre el impacto y los costos de las inundaciones costeras por el cambio climático.
Estudiamos toda la isla de Miami Beach durante un período de seis años (1993-1999) y lo usamos para detectar movimientos en estas comunidades que sufren el impacto de las inundaciones.
Entonces el propósito era ver cuánto impactan los hundimientos, cómo contribuyen a las inundaciones e identificar las áreas donde son más frecuentes.
¿Qué encontraron en particular sobre el Champlain Towers South?
El estudio no se centró en ese edificio en particular, pero el Champlain sobresalió como uno de los lugares que mostraba más hundimiento, de aproximadamente dos milímetros al año.
Esto no es mucho, pero no sabemos qué pasó después de 1999, a qué nivel se siguió hundiendo, si se siguió hundiendo, y cómo esto pudo haber afectado sus cimientos y estructura.
En algunos lugares como la Ciudad de México, el nivel de hundimiento del suelo es mucho mayor que el que ustedes detectaron en esa área. Sin embargo, hay construcciones, desde mansiones coloniales hasta catedrales, que tienen más de tres siglos y siguen en pie. ¿Cómo entonces este hundimiento pueda haber contribuido al derrumbe?
No es tan común que los edificios donde se da una subsidencia se derrumben. De hecho, es muy inusual.
Lo que sugerimos con el estudio es que el movimiento del edificio no comenzó justo antes del colapso.
Hubo algunos procesos que afectaron la estructura por un largo período de tiempo. Y tal vez se llegó a un punto en el que la estructura no pudo sostener la carga y colapsó. Pero este es un problema estructural. No son cosas que yo estudio.
Lo que sí sabemos es que el edificio que se desplomó en Miami se estaba hundiendo desde hacía décadas, pero eso solo no explica el derrumbe.
Tras el colapso, y también al conocerse los resultados de su investigación sobre el hundimiento, muchas personas que viven en Miami se preguntan si otros edificios cercanos también podrían estar en peligro.
Mirando el mapa que publicamos en nuestra investigación, hay otros puntos que aparecen como de riesgo de hundimiento, pero no en ese lugar. Ese era un punto muy localizado.
También quiero recordar que con esta investigación estamos hablando de algo que ocurrió hace 20 o 30 años. No contamos con datos para saber qué ha pasado después.
Sin embargo, yo diría que lo que vimos aquí fue un movimiento muy peculiar en ese edificio que no vimos en otros.
Hablemos un poco de las tecnologías que utilizó, ¿cómo se puede detectar que un edificio se está hundiendo?
Contamos con una tecnología que se llama radar interferométrico de apertura sintética (o InSAR) que se basa en un radar que envía señales desde el espacio que luego se comparan con otras observaciones que el satélite toma desde el mismo lugar en el espacio.
Se envían señales que impactan el suelo, árboles o edificios, cualquier objeto en la superficie y luego algunas de las señales regresan al satélite.
Así puedes detectar pequeños movimientos del orden de centímetros y milímetros. Es así como se pueden identificar edificios que estén experimentando subsidencia y que en el futuro pueden verse comprometidos.
Pero ¿de qué forma podría verse comprometido por estos pequeños hundimientos? Si volvemos al ejemplo de México, el nivel de hundimiento de la capital es de varios centímetros al año y solo hemos visto caerse edificios así durante los terremotos.
Es sorprendente que Ciudad de México se hunda a ese ritmo y todavía millones de personas vivan allí.
Sus ingenieros están acostumbrados a eso y están construyendo edificios que responden a esas circunstancias. Deben asegurarse de que el edificio no esté construido en bases suficientemente fuertes para que se pueda hundir junto con la superficie.
Sin embargo, pasa que algunas de las líneas del metro se construyeron con una base muy sólida y eso se está volviendo un problema. Tenemos otro estudio que ahora está en revisión sobre el sistema de metro y cómo algunas de las líneas de Ciudad de México están en condiciones muy críticas debido al hundimiento.
De hecho, la línea que colapsó el mes pasado estaba entre unos de los lugares que detectamos como los más peligrosos del sistema del metro de la ciudad. Desafortunadamente, no pudo ser publicado antes de que ocurriera ese accidente.
Sin embargo, el artículo donde alertaba sobre el hundimiento del edificio de Surfside sí fue publicado antes de que colapsara. ¿Hubo alguna reacción de las autoridades tras su estudio? ¿Se tomó alguna medida o se hizo otro tipo de investigación para determinar el impacto o el peligro del hundimiento detectado?
La investigación que hicimos trataba sobre el peligro de las inundaciones costeras. Entonces, el enfoque de ese estudio era comprender cuánto contribuía el hundimiento de la tierra a la inundación.
Así fue cómo lo presentamos y cómo lo discutimos en foros científicos.
Es ahora, tras el accidente, que el estudio ha cobrado esa otra dimensión que no fue la que originalmente nos propusimos.
Pero sí creemos que la tecnología que utilizamos podría servir para detectar situaciones similares.
Miami Beach es una de las zonas más afectadas por este problema, según su estudio ¿por qué pasa eso en una isla que esuna de las zonas más caras del sur de Florida?
Miami Beach está construida sobre una isla-barrera que es tierra natural. La parte este de la ciudad, que es una elevación más alta, está construida sobre rocas de piedra caliza.
La parte occidental de la ciudad está construida sobre humedales recuperados. Es decir, cuando la ciudad se expandió, arrasaron con el manglar. Pusieron tierra y construyeron otros barrios allí.
Entonces, esta parte de la ciudad no se asienta sobre rocas muy fuertes y es por eso que tenemos cada vez más hundimientos e inundaciones en la parte occidental de la ciudad.
Además, está el hecho de que esa área donde se encuentran Surfside, Miami Beach y otras comunidades están en una elevación muy baja y la piedra caliza es muy porosa.
Eso significa que no podemos usar el modelo de Países Bajos, donde levantan diques, porque el agua puede venir de abajo.
Es necesario diseñar otras estructuras, como barreras, estaciones de bombeo y sistemas de drenaje.
¿Qué podría pasar en los próximos años con el cambio climático, la subida del nivel del mar y la situación de hundimiento en esa zona?
Esa es la razón por la que hicimos el estudio, porque estamos preocupados por la ciudad y otras comunidades en Florida y a lo largo de la costa atlántica.
Ahora enfrentamos lo que llaman la situación intermedia, en la que se prevé que vaya aumentando el nivel del mar al ritmo actual durante los próximos 20 o 30 años.
A largo plazo, depende de la rapidez con que suba el nivel.
Todo depende de cómo la gente responda al llamado para reducir la cantidad de emisiones de carbono.
Tenemos diferentes escenarios sobre cómo impactará el cambio climático y el derretimiento que vendrá de las regiones polares, pero casi todos implican una amenaza muy grande tanto para Miami Beach como para muchas otras comunidades.
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