La locura se desató después de que el Archivo Nacional de Países Bajos publicara un croquis del escondite, de unos 80 años de antigüedad, con todo el expediente del curioso caso.
La publicación de un antiguo mapa ha llevado a numerosos neerlandeses a buscar un tesoro nazi supuestamente escondido cerca de la frontera con Alemania al final de la Segunda Guerra Mundial.
En el pequeño pueblo de Ommeren, en el sureste de Países Bajos, buscadores de tesoros de todo el país llevan desde el pasado fin de semana excavando en busca del tesoro supuestamente escondido allí. Se dice que soldados alemanes enterraron en ese lugar, al final de la Segunda Guerra Mundial, cuatro cajas llenas de joyas, monedas y alhajas al pie de tres álamos.
La locura se desató después de que el Archivo Nacional dePaíses Bajos publicara la semana pasada el croquis del escondite, de unos 80 años de antigüedad, con todo el expediente del curioso caso. El mapa rápidamente se propagó entre los cazadores de tesoros.
“Se trata de un auténtico mapa del tesoro, procedente de los archivos del Instituto de Gestión de los Países Bajos, que contiene las pistas de un tesoro nazi nunca encontrado y supuestamente enterrado cerca de Ommeren. Se ha buscado varias veces en vano”, escribieron a principios de enero sus responsables al dar a conocer los nuevos documentos que podrían consultarse a partir de ahora de manera totalmente libre.
Se cree que el “tesoro” procede de un banco de Arnhem, en el este de los Países Bajos
El alemán Helmut Sonder declaró en 1946 que había encontrado las joyas con tres camaradas después de que una sucursal de un banco de Arnhem sufriera un ataque aéreo en 1944 en el que también se destruyó una caja fuerte. El contenido: oro, diamantes, joyas, cajas de música, monedas. Posiblemente por valor de varios millones de euros, sospecha el Archivo Nacional.
Se cree que el tesoro valía al menos 2 ó 3 millones de florines holandeses en 1945, el equivalente a unos US$ 18,4 millones.
Sonder, que en aquella época estaba destinado en Arnhem, dijo que él y sus compañeros se llevaron el valioso botín y luego lo escondieron en cajas de munición, para después enterrarlas en la primavera de 1945 cuando los Aliados estaban a punto de liberar la ciudad.
El valioso cargamento fue enterrado en las raíces de un álamo, a 70-80 cm de profundidad, a las afueras del pueblo de Ommeren, a unos 40 km de Arnhem.
Varias búsquedas realizadas por las autoridades holandesas en 1946 y 1947 fueron infructuosas, según declaró Anne-Marieke Samson, portavoz de los Archivos Nacionales holandeses, a la agencia de noticias Reuters.
En esa época Sonder fue contratado para dirigir la búsqueda, ya que dos de sus compañeros no sobrevivieron y no hay rastro del tercero. El 22 de junio de 1947, él mismo clavó la pala en la tierra cerca de los álamos, pero no encontró más que tierra.
Él mismo sospechaba que su antiguo sargento primero había regresado en secreto y desenterrado el tesoro. Pero la búsqueda internacional fue infructuosa.
Los expertos del archivo no están seguros de quién hizo el mapa, pero creen que fue uno de los soldados alemanes. Después de que Sonder lo entregara, el mapa pasó al archivo del Beheersinstituut, con la condición de que no se publicara hasta pasados muchos años para proteger los intereses financieros de los propietarios.
Los historiadores y también las autoridades dudan de que las joyas estén en Ommeren. Sobre todo, porque nadie había denunciado la pérdida de joyas en casi 80 años.
No se pueden usar detectores de metales por seguridad, pero eso no detiene a los buscadores de tesoros aficionados. Y ni siquiera el hecho de que el paisaje tenga ahora un aspecto completamente distinto. Los tres álamos ya no están allí.
La policía ya ha advertido de que está prohibido excavar y buscar con detectores de metales en este municipio neerlandés. Los buscadores de tesoros podrían toparse con algo completamente distinto como antiguas bombas o minas terrestres que fueron enterradas por los alemanes en Ommeren durante la Segunda Guerra Mundial.
Los expertos también han señalado que la zona está cerca de la línea del frente de la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, la búsqueda en este lugar es extremadamente peligrosa debido a posibles artefactos explosivos sin detonar. Además, la Ley de Monumentos prohíbe las excavaciones arqueológicas. Para ello se aplican normas estrictas.
Según un portavoz municipal, los cazatesoros han realizado excavaciones en propiedad privada, aunque la policía no ha emitido ninguna multa, solo advertencias de que abandonaran la zona. El propietario de un terreno privado localizó a un hombre metido hasta el pecho en un agujero que había excavado él mismo en busca del tesoro, según la prensa local.
No es la primera vez que un nuevo documento desata la fiebre de los cazatesoros por encontrar alguno de los tesoros escondidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Es conocido que durante el conflicto bélico el ejército nazi no solo consiguió hacerse con grandes cantidades de oro, sino que también robó un gran número de piezas de arte. Muchas de las cuales aún no han aparecido.
Se calcula que el ejército nazi fue capaz de robar unas 5 millones de obras de arte, obtenidas tanto de museos como de colecciones privadas, especialmente de aquellas en poder de judíos.
En 2020, se dio a conocer un diario nazi escrito por un oficial de las SS de Adolf Hitler, que había permanecido secreto durante más de 75 años, en el que se enumeraba hasta 11 lugares dentro de Polonia en los que los nazis habrían escondido tesoros obtenidos durante sus saqueos y robos.
El diario estuvo en manos de una logia masónica a la que pertenecía el oficial hasta que fue entregado en 2019 a una fundación polaca como disculpa por lo sucedido durante la Segunda Guerra Mundial.