La celebración de Halloween en Itaewon, en el centro de la capital surcoreana, se salió de control debido a lo estrecho de las calles y a los miles de jóvenes que llegaron
Al menos 150 personas murieron la noche del sábado en una estampida de miles de jóvenes que celebraban Halloween en las estrechas calles de un popular barrio del centro de Seúl. La BBC analiza cómo se desarrolló la tragedia.
A primera hora de la tarde del sábado, miles de personas, en su mayoría jóvenes, se habían reunido en Itaewon, en el centro de la capital surcoreana, un animado lugar de fiesta cuyas calles y callejones de aspecto bélico están llenos de bares y restaurantes.
Según algunos testimonios, 100.000 personas acudieron a la zona para celebrar Halloween, entusiasmadas por la perspectiva de volver a salir de fiesta tras dos años de estrictas restricciones por el covid en el país.
Nuhyil Ahammed, de 32 años, estaba entre la multitud. Este trabajador informático de India vive cerca y lleva cinco años consecutivos asistiendo a las fiestas de Halloween en Itaewon.
El año pasado las celebraciones habían sido animadas, pero bajo control, con la policía impidiendo que la gente entrara en zonas concurridas. Este año las cosas fueron muy diferentes, afirmó.
“Fue una locura”, dijo a la BBC. “Desde las 5 de la tarde había demasiada gente en las calles. Así que pensé, ¿cómo será a partir de las siete u ocho?”
En torno a esa hora, se publicaron mensajes en las redes sociales con personas que decían que las calles del distrito estaban tan abarrotadas que se sentían inseguras.
Ahammed y un grupo de amigos pasaron la tarde en Itaewon, cerca de un callejón estrecho y en cuesta, junto a la calle principal del distrito que estaba a punto de convertirse en el foco principal de la tragedia.
“Siempre vamos a este callejón”, comentó. “No sé por qué, pero siempre hay buenos bares y gente disfrazada”.
A las 11 de la noche estaba claro que algo iba mal, y un preocupado Ahammed se vio envuelto en una enorme multitud de gente.
“La gente empezó a empujar por detrás, era como una ola, no se podía hacer nada”, recordó. “Aunque estuvieras parado, alguien te empujaba por detrás y por delante”.
Ahammed cayó al suelo, pero consiguió trepar por encima de la multitud por unos escalones situados en el lateral del callejón.
Eran alrededor de las 22:20 hora local (13:20 GMT) cuando la situación se volvió desesperada. Varias personas que se encontraban en la cuesta se cayeron, provocando un aplastamiento masivo. La multitud que presionaba desde ambos extremos de la estrecha calle hizo que nadie pudiera salir.
“La gente se asfixiaba, gritaba… se apretujaba… se caía… había demasiada gente”, dijo el joven de 32 años.
“Yo estaba en el escalón viendo cómo sucedía todo, la gente dando sus últimos respiros… Me sentí impotente al ver a esas personas asfixiándose”.
Ana, una española de 24 años, también estaba en la zona, con su amiga Melissa, una alemana de 19 años. La pareja estaba en un bar e intentaba salir a las 23:00 hora local (14:00 GMT) cuando vieron que las ambulancias entraban en el callejón y que la policía pedía a la gente que se moviera para dejar paso a los cadáveres y a los heridos.
“Había tanta gente que necesitaban personas normales para hacer la reanimación cardiopulmonar. Así que todo el mundo salió a ayudar“, relató Ana a la BBC.
Asimismo, contó cómo dos amigos suyos que sabían hacer RCP acudieron a ayudar, pero algunas personas murieron en sus manos.
Ana acudió también a ayudar, siguiendo las instrucciones que le daban.
“Me decían cómo sujetarles la cabeza y abrirles la boca, y cosas así. Yo intentaba ayudar pero ellos también estaban muertos. Tengo que decir que toda la gente que traían para hacer la RCP, la mayoría ya no respiraba, así que no se podía hacer nada.”
“No pudimos hacer nada, ese fue el principal trauma”, agregó.
Sus palabras coinciden con los numerosos videos grabados en el lugar de los hechos en los que se ve a decenas de personas intentando practicar la reanimación cardiopulmonar a los cadáveres que se alinean en la calle.
Un reportero de la BBC que se encontraba en el lugar de los hechos dijo que vio varias ambulancias, miles de personas y muchos cuerpos cubiertos con sábanas azules. Las ambulancias se esforzaban por atravesar la multitud de personas.
Como suele ocurrir en una tragedia tan rápida como esta, las noticias sobre lo sucedido fueron apareciendo poco a poco.
Los primeros informes decían que unas 50 personas habían sufrido paros cardíacos -una causa común de muerte durante una aglomeración-, pero las sombrías fotografías de las bolsas de cadáveres que cubrían las calles dejaban claro que se trataba de una tragedia mayor.
La primera cifra de muertos confirmada se emitió a las 02:30 hora local (17:30 GMT). Las autoridades dijeron que 59 personas habían muerto y otras 150 estaban heridas. Una hora más tarde, la cifra se elevó a 120 muertos y 100 heridos, y aumentó aún más a medida que avanzaba la noche, superando pronto los 150.
Ahammed declaró que incluso horas después de que se produjera la tragedia, la gente de la zona seguía de fiesta, y se seguía escuchando música en algunos bares y clubes de la zona. No está claro si estos locales y sus clientes eran conscientes de la gravedad de lo que estaba ocurriendo a su alrededor.
A las pocas horas de producirse la tragedia, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, organizó una reunión de emergencia y anunció una investigación sobre la causa del accidente. El domingo por la mañana anunció un período de luto nacional.
“Mi corazón está apesadumbrado y me cuesta sobrellevar mi dolor”, declaró, añadiendo que se sentía “responsable de la vida y la seguridad de la gente”.
Los domingos por la tarde, los alrededores de Itaewon suelen ser un hervidero de actividad, pero al día siguiente de la tragedia muchas tiendas, restaurantes y cafés estaban cerrados, y la calle principal de la zona estaba acordonada. Una residente de la zona dijo a la BBC que estaba conmocionada al ver las bolsas de cadáveres a lo largo de la calle.
Mientras el país se enfrenta a la tragedia, la atención se centrará inevitablemente en las normas de seguridad y las medidas de control de multitudes. La gente se preguntará si se podría haber hecho más para evitar esta tragedia.