Una niña de 7 años murió por disparos de las fuerzas de seguridad en Myanmar, convirtiéndose en la víctima más joven hasta ahora de la represión tras el golpe militar del mes pasado.
La policía le disparó aKhin Myo Chit mientras corría hacia su padre durante una redada en su casa, en la ciudad de Mandalay, le contó su familia a la BBC
El ejército de Myanmar ha aumentado el uso de la fuerza, mientras las protestas continúan.
Las fuerzas de seguridad han utilizado balas reales contra los manifestantes, y hay varios informes de testigos presenciales de personas siendo golpeadas y, a veces, recibiendo disparos mientras el ejército realiza redadas domiciliarias para arrestar a activistas y manifestantes.
En total, el ejército dice que 164 personas han muerto en las protestas, mientras que el grupo activista Asociación de Asistencia a Prisioneros Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés) eleva esa cifra a al menos 261.
La ONG Save the Children dice que hay más de 20 niños entre las docenas de muertos.
El martes, los militares expresaron su tristeza por la muerte de los manifestantes, al tiempo que los culparon de traer anarquía y violencia al país.
La hermana mayor de Khin Myo Chit le dijo a la BBC que la policía registró todas las casas en su vecindario en Mandalay el martes por la tarde, y entraron a su domicilio para buscar armas y hacer arrestos.
“Le dieron una patada a la puerta para abrirla”, relató May Thu Sumaya, de 25 años. “Cuando se abrió la puerta, le preguntaron a mi padre si había más personas en la casa”.
Cuando dijo que no, lo acusaron de mentir y comenzaron a registrar la casa, dijo.
Ese fue el momento en que Khin Myo Chit corrió hacia su padre. “Entonces dispararon y le dieron”.
En una entrevista separada con el medio de comunicación comunitario Myanmar Muslim Media, su padre, U Maung Ko Hashin Bai, recordó cuáles fueron las últimas palabras de su hija. “Ella dijo: ‘No puedo padre, duele demasiado'”.
Agregó que murió media hora después, mientras la llevaban en un automóvil en busca de atención médica. La policía también golpeó y arrestó a su hijo de 19 años.
El ejército aún no realizó comentarios sobre lo sucedido.
En un comunicado, la organización Save the Children se mostró “horrorizada” por la muerte de la niña, que se produjo un día después de que, según reportes, otro niño de 14 años también muriera por disparos en Mandalay.
“La muerte de estos niños es especialmente preocupante dado que, según los informes, fueron asesinados mientras estaban en casa, donde deberían haber estado a salvo de cualquier daño. El hecho de que tantos niños sean asesinados casi a diario ahora muestra un total desprecio hacia la vida por parte de las fuerzas de seguridad”, dijo la ONG.
Mientras tanto, este miércoles, las autoridades liberaron a unos 600 detenidos en la prisión de Insein, en Rangún, muchos de ellos estudiantes universitarios.
El periodista de Associated Press Thein Zaw estaba entre los liberados. Él y otros periodistas fueron detenidos cuando estaban cubriendo una protesta el mes pasado.
La AAPP dice que hasta ahora al menos 2.000 personas han sido arrestadas.
Los manifestantes han planeado una huelga silenciosa, con el cierre de muchos negocios y la gente quedándose en casa. También están planificadas más vigilias con velas para la noche en varias ciudades del país.