Es la mayor deserción -al menos pública- de un diplomático ruso tras la invasión de Putin a Ucrania.
En una insólita carta, Boris Bondarev, un veterano representante de Rusia ante Naciones Unidas, renunció este lunes a su cargo en protesta contra la guerra.
“Durante 20 años de mi carrera diplomática he visto diferentes giros de nuestra política exterior, pero nunca me he sentido tan avergonzado de mi país como el 24 de febrero de este año (el día que comenzó la invasión)”, escribió.
En la renuncia, el exdiplomático describió la guerra como “un crimen contra el pueblo ucraniano” y “el pueblo de Rusia” y dirigió un fuerte mensaje hacia las personas que justifican la intervención armada.
En su criterio, quienes concibieron la guerra “solo quieren una cosa: permanecer en el poder para siempre, vivir en palacios pomposos y de mal gusto, navegar en yates comparables en tonelaje y costo a toda la Armada rusa y disfrutar de un poder ilimitado y total impunidad”.
La cancillería y el gobierno ruso no han respondido de momento a la renuncia de Bondarev o sus señalamientos.
Sin embargo, el Kremlin ha mantenido una política de mano dura contra los que critican la guerra dentro de Rusia y muchos periodistas y activistas han tenido que exiliarse desde que empezó la invasión.
En la carta publicada en las redes sociales y compartida con otros diplomáticos, Bondarev explicó que había elegido poner fin a su carrera de 20 años porque ya no podía “compartir esta ignominia sangrienta, tonta y absolutamente innecesaria”.
Bondarev criticó también al Ministerio de Relaciones Exteriores y a su actual canciller, Serguéi Lavrov.
Según dijo, el Ministerio se ha convertido en un lugar donde impera “la mentira y la falta de profesionalismo” y señaló a Lavrov de pasar de ser “un intelectual profesional y educado” a una persona que “constantemente transmite declaraciones contradictorias y amenaza al mundo [es decir, a Rusia también] ¡con armas nucleares!”.
“Hoy en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia no se trata de diplomacia. Se trata de belicismo, mentiras y odio”.
En declaraciones a la BBC, Bondarev dijo que “no había visto otra alternativa” que renunciar.
“Francamente, no creo que cambie mucho, pero creo que puede ser un pequeño ladrillo en el muro más grande que finalmente será construido. Eso espero”, afirmó
Bondarev reveló que, al interior del Ministerio, la invasión inicialmente había sido recibida por colegas con “felicidad, deleite, euforia” por el hecho de que Rusia había “dado algunos pasos radicales”.
“Ahora están menos contentos con eso, porque estamos enfrentando algunos problemas, primero con la economía. Pero no veo que muchos de ellos se arrepientan y cambien de opinión.
Bondarev afirmó que es consciente de que ahora Moscú lo verá como un “traidor”, pero señala que no ha “hecho nada ilegal”.
“Simplemente renuncié y dije lo que pensaba. Pero creo que debo preocuparme por mi seguridad, por supuesto”, afirmó.
Con anterioridad, críticos del gobierno, opositores o personas que sirvieron al Kremlin y luego lo criticaron han muerto en extrañas circunstancias o han sido envenados tanto en Rusia como en diferentes países, incluidos Alemania y Reino Unido.
Análisis de Steve Rosenberg, editor de Rusia de la BBC
El diplomático Boris Bondarev no se contuvo en sus críticas al presidente Putin, al ministro de Relaciones Exteriores Lavrov y a la ofensiva rusa en Ucrania.
“Guerra de agresión… el crimen más grave… el belicismo, la mentira y el odio…”: es raro escuchar tales palabras de un funcionario ruso.
En los tres meses transcurridos desde que Vladimir Putin lanzó lo que todavía llama su “Operación Militar Especial” en Ucrania (lo que gran parte del mundo llama la guerra de Rusia), ha habido pocas señales de disidencia abierta en las instituciones estatales rusas.
¿Es esto vergonzoso para las autoridades rusas? Absolutamente. Les gusta dar a entender que la maquinaria estatal aquí en Rusia está completamente detrás de la decisión del presidente Putin de invadir Ucrania.
Pero una renuncia no significa automáticamente que vendrán muchas más.
Bondarev me confesó que está en minoría.
Cree que, por ahora, la mayoría de los funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia respaldan la línea oficial y apoyan la “operación especial” del Kremlin.
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