América Latina está luchando contra algunos de los brotes de coronavirus más devastadores del mundo, al tiempo que sufre el azote de las curas falsas y los tratamientos no probados que promueven las redes sociales en toda la región.
En la semana en que el presidente de Brasil Jair Bolsonaro dio positivo por covid-19, BBC desmintió algunas de estas engañosas afirmaciones.
Un video del mandatario brasileño tomando hidroxicloroquina como tratamiento para el nuevo coronavirus ha registrado seis millones de visitas en Facebook.
Ya antes la BBC indagó en los riesgos de este fármaco contra la malaria y el lupus que algunos usan contra la covid-19 y la falta de pruebas de su efectividad en el tratamiento de pacientes.
Aunque en el video Bolsonaro admitía que la droga no había sido probada científicamente, dijo que “con toda certeza” le estaba funcionando y que se sentía mejor.
Este medicamento recibió atención mundial cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo tomó por un tiempo.
Su administración además le dio visto bueno como medida preventiva y tratamiento para la enfermedad.
Esta semana, Facebook eliminó lo que describió como una red de cuentas falsas vinculadas a empleados del gobierno del presidente Bolsonaro, así como a los hijos del presidente, Eduardo y Flávio.
Estas cuentas habían promovido noticias engañosas y falsas sobre el coronavirus.
También afirmaban la efectividad de la hidroxicloroquina como tratamiento y que la pandemia de Covid-19 estaba siendo exagerada, entre otras cosas.
Flávio Bolsonaro, que es senador brasileño, dijo que era posible encontrar miles de perfiles que apoyaban al gobierno de Bolsonaro y que él sabía “todos eran libres e independientes”.
Una de las cuentas de Instagram eliminadas, llamada @bolsonaronewsss, actuaba de forma anónima.
Sin embargo, los investigadores del grupo internacional de expertos Atlantic Council encontraron información de registro en la página que confirmaba que estaba vinculada al asesor especial de Bolsonaro, Tercio Arnaud.
BBC ha intentado ponerse en contacto con Tercio Arnaud para conocer su versión, pero hasta ahora no ha obtenido ninguna respuesta.
“La polarización política en Brasil ha llegado hasta el debate sobre la pandemia”, dice Sérgio Lüdtke, editor de Comprova, un proyecto brasileño de verificación de noticias.
Explica que los partidarios del presidente Bolsonaro defienden ciegamente algunos temas en internet entre los que se incluye la defensa de la efectividad de medicamentos no probados, como la hidroxicloroquina.
Comprova ha estado verificando noticias sobre la pandemia que han sido ampliamente compartidas en las redes sociales y aplicaciones de mensajería en los últimos tiempos.
Desde finales de marzo, cuatro de cada diez de estos controles estaban relacionados de alguna manera con tratamientos farmacológicos no probados.
A fines de junio, una publicación de Facebook afirmó que “el Ministerio de Salud de Bolivia aprobó el uso de dióxido de cloro”.
La publicación se ha compartido miles de veces no solo en Bolivia sino en toda América Latina.
Pero el mensaje es falso y el gobierno boliviano ha tenido que negarlo oficialmente.
El dióxido de cloro es un agente blanqueador que se encuentra en una sustancia conocida como “Suplemento Mineral Milagroso”(MMS por sus siglas en inglés).
El MMS lleva años publicitándose como un remedio para muchas afecciones y enfermedades que van desde malaria, a la diabetes y asma, el autismo o incluso el cáncer.
Sin embargo, no hay pruebas de su eficacia y las autoridades sanitarias en varios países dicen que su uso es potencialmente dañino para la salud de las personas.
No hay que buscar demasiado en internet para encontrar decenas de sitios que lo promocionan.
La BBC encontró grupos de Facebook creados en los últimos dos o tres meses en Perú, Bolivia, Colombia y Argentina, con miles de seguidores que promocionan o incluso afirman vender MMS.
Las autoridades regionales han visto un número cada vez mayor de intoxicaciones debido al uso indebido de productos químicos utilizados como desinfectantes, dice la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La institución dice que incluso hay profesionales de la salud que promueven el uso de la solución de dióxido de cloro.
En junio, un médico en Perú que luchaba contra la pandemia de covid-19 en primera línea fue despedido luego de pedir que se distribuyera dióxido de cloro a todas las personas con síntomas de coronavirus.
En América Latina ha aumentado el interés por un medicamento llamado ivermectina.
Pese a que está aprobado para el uso contra gusanos parásitos, se oye cada vez más como medicina para tratar o prevenir el coronavirus, y de nuevo, no hay evidencias de su efectividad.
Un video publicado por una cuenta boliviana con la etiqueta “Ivermectina puede salvarlo de Covid-19” en el que aparece un pastor mexicano, se ha compartido 285.000 veces y continúa circulando en Facebook.
Junto con muchos otros medicamentos, varios ensayos clínicos analizan si la ivermectina podría servir para luchar contra el covid-19.
Pero la OPS ha dicho que hasta el momento los estudios “tenían un alto riesgo de sesgo, muy poca certeza de la evidencia y que las pruebas existentes son insuficientes para llegar a una conclusión sobre los beneficios y los daños”.
La ivermectina “se está utilizando incorrectamente para el tratamiento del nuevo coronavirus”, dice la OPS, “sin que haya ninguna evidencia científica de su eficacia y seguridad para el tratamiento de esta enfermedad”.
A pesar de esto, las autoridades sanitarias en Perú, Bolivia y partes de Brasil han respaldado y administrado el medicamento, y se ha vendido ampliamente.
“El caso de la ivermectina ha sido un desastre”, dice el Dr. Carlos Chaccour, profesor asistente de investigación en el Instituto de Salud Global de Barcelona.
“Los médicos y los gobiernos legítimamente desesperados por ayudar junto con la abundancia de ivermectina en América Latina explican por qué la droga ha sido tan popular”.
También se han emitido advertencias sobre los riesgos de una versión del medicamento diseñada para animales, no para los humanos.
Esta versión podría causar daños graves en la salud de las personas y que se vende en el mercado negro.
Por Luis Fajardo, BBC Monitoring
Para las autoridades de América Latina, la automedicación es una fuente constante de preocupación.
Las redes sociales, pero también los canales tradicionales de comunicación están plagados de malos consejos al público al que animan a automedicarse con tratamientos no probados.
Poblaciones de toda la región también se enfrentan a mensajes aparentemente contradictorios de fuentes oficiales.
A medida que los países latinoamericanos se enfrentan a una creciente amenaza de la pandemia y con la desesperación cada vez mayor por el creciente número de muertos, tal vez no sea sorprendente que la demanda de “curas milagrosas” y remedios “caseros” simples haya sido tan alta.
Estas afirmaciones aparecen no solo en grupos marginales de redes sociales sino también, en algunos casos, en los principales medios de comunicación nacionales.
Juliana Gragnani, Olga Robinson y Shayan Sardarizadeh ayudaron en la investigación para este artículo.