Más pobres, vulnerables y ansiosos que unos meses atrás, millones de latinoamericanos buscarán responder en 2021 algo urgente: ¿quién puede sacarlos del pozo en que se encuentran?
La pregunta dominará las elecciones que varios países de América Latina prevén celebrar en el transcurso del año, tras la muerte y devastación causada por la pandemia de covid-19.
Los datos estremecen: la región sufre la que ha sido llamada supeor contracción económica en un siglo, cercana a 8% en 2020, con unos 40 millones de personas entrando en la pobreza.
Los expertos anticipan que en este contexto puede acentuarse un fenómeno que ya se veía en Latinoamérica antes de la pandemia: la tendencia a cambiar de gobernantes, que pagarán el costo de la crisis ya sean de izquierda o derecha.
“Las elecciones van a ser un soberano voto de castigo para los gobiernos“, le dice Carlos Malamud, investigador principal para la región del Real Instituto Elcano, a BBC Mundo.
Otros advierten que la situación puede propiciar incluso el surgimiento de líderes populistas y de nuevas protestas callejeras: el rumbo político de la región puede definirse en 2021 tanto en las urnas como en las calles.
El calendario electoral latinoamericano 2021 tiene una primera entrada en Ecuador el 7 de febrero.
En la disputa están el banquero y empresario Guillermo Lasso, el líder indígena Yaku Pérez y el economista Andrés Arauz, un delfín del expresidente izquierdista Rafael Correa (2007-2017), cuya condena por un caso de corrupción le impidió ser candidato a vicepresidente.
Con opciones tan diferentes en medio de la crisis económica y un gran descrédito de las instituciones, la elección ecuatoriana puede ser un anticipo de lo que ocurrirá luego en otros países de la región.
En el vecino Perú, sacudido por la pandemia y una fuerte inestabilidad política que le ha llevado a tener tres presidentes distintos durante 2020, las elecciones generales están marcadas para el 11 de abril.
La crisis de liderazgo peruana ha derivado en la preparación de más de una veintena de candidaturas presidenciales, ninguna con una mayoría clara en las encuestas, que marcan una amplia indecisión o apatía de los votantes.
Otro país con un complejo panorama es Chile, que tiene elecciones previstas para el 21 de noviembre, tras la gigantesca ola de protestas callejeras de 2019 y la elección por voto popular de una convención constituyente en abril próximo.
Las encuestas marcan como principales precandidatos chilenos al alcalde comunista Daniel Jadue, al alcalde conservador Joaquín Lavín y a la diputada Pamela Jiles, aunque el escenario puede variar en los próximos meses.
En noviembre también hay elecciones previstas en Honduras y Nicaragua, donde analistas anticipan que el presidente Daniel Ortega buscará pasar a su esposa Rosario Murillo el poder que ejerce desde 2007, según sus opositores en base a fraudes electorales.
Además, los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador en México y de Alberto Fernández en Argentina tendrán tests de popularidad en junio y octubre respectivamente, con elecciones legislativas de mitad de mandato previstas en sus países.
La crisis de América Latina plantea en algunos países una necesidad de reformular el contrato social, lo cual es “una buena oportunidad para evitar el surgimiento de opciones populistas, que las va a haber de todos los colores”, sostiene Malamud.
El malestar social a lo largo de la región quedó de manifiesto en noviembre con las protestas masivas en Perú, que causaron la caída de un presidente, y en Guatemala, que acabaron con el Congreso en llamas y la suspensión de un proyecto de presupuesto para 2021.
Marta Lagos, directora de la encuesta regional Latinobarómetro, cree que las protestas en la región van a resurgir cuando los gobiernos decidan acabar con las ayudas sociales que implementaron ante la pandemia.
“Se pueden producir inestabilidades si los gobiernos no logran entender, y los nuestros claramente no han entendido todavía, en qué consiste la demanda (de ayudas sociales): ellos creen que es una demanda pasajera y la pandemia la ha transformado en una demanda permanente“, le dice Lagos a BBC Mundo.
A su juicio, esto puede llevar al ascenso de líderes populistas en la región.
“Los pueblos van a privilegiar el presente, que nunca ha sido tan importante como en la pandemia“, señala. “Y el populismo es el presente: tratar de parchar lo inmediato sin ninguna visión de futuro”.
“Por lo tanto”, agrega, “la probabilidad de que surjan candidatos populistas es muy alta”.
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