Este viernes 3 de julio se celebra el Día Internacional libre de bolsas de plástico. Pero lugares como la Guajira colombiana demuestran que es mucho lo que falta por hacerse.
Estas imágenes de Esteban Vega recuerdan que la basura tiene efectos dañinos sobre el hábitat y las personas.
Esteban Vega, fotógrafo colombiano que trabaja para la revista Semana, estaba realizando un reportaje en la zona sobre migración cuando creyó encontrarse con “un campo del algodón”.
Este es el vertedero de basura a cielo abierto más grande de Colombia, situado en una región afectada por la corrupción, la pobreza y la violencia: la Guajira. Miles de personas, la mayoría indígenas wayuu, viven ahí. Varias veces las autoridades han encontrados niños comiendo de la basura.
“Pero cuando lo vimos de cerca notamos que no era algodón, sino bolsas de basura que están enredadas en las cercas de un inmenso territorio”, le dice a BBC Mundo. “Andamos y andamos por kilómetros y la misma imagen se repetía y se repetía”.
Es difícil estimar cuán grande es este vertedero de basura, porque es informal. Pero los vertederos de basura rodean Maicao, una ciudad fronteriza impactada por el contrabando y el comercio informal, y se esparcen por kilómetros a la redonda.
Según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inlgés) y cifras oficiales, Colombia recicla el 8,6% de los residuos que genera, una tasa promedio en América Latina.
El WWF reporta que la suma de todo el plástico producido en el mundo antes del año 2000 es igual a la cantidad producida entre 2000 y 2016. El 75% del plástico producido hasta hoy en el mundo es basura.
Para 2030, de acuerdo a WWF, la producción de plástico puede aumentar 40%. En este Día Internacional libre de bolsas de plástico quizá sea buen momento para recordar que el tratamiento inadecuado del plástico tiene implicaciones concretas: estrangulamiento e ingesta de especies y daños en suelos, ríos y océanos.