Será su sexta misión y la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, en inglés) sostiene que será la más importante.
El X-37B, también llamado Vehículo de Prueba Orbital, despegará el 16 de mayo desde la estación de Cabo Cañaveral (Florida) y autoridades estadounidenses depositan su confianza en que este nuevo lanzamiento permita al país afianzar “la superioridad en el dominio espacial”.
“El equipo X-37B continúa ejemplificando el tipo de desarrollo tecnológico ágil y avanzado que necesitamos como nación en el dominio espacial”, dijo el Jefe de Operaciones Espaciales de la Fuerza Espacial de Estados Unidos (USSF, en inglés), John Raymond, el miércoles.
Esta vez, el despegue y la operación entera estarán a cargo de la USSF, mientras que la Fuerza Aérea (propietaria del avión orbital) y socios del gobierno participarán de forma activa en la etapa de experimentación.
Desde su primera misión, en 2010, tanto el gobierno como las entidades militares estadounidenses han sido bastante escuetos a la hora de informar respecto a las pruebas que son realizadas por la aeronave espacial, y su programa es clasificado.
En esta ocasión, se sabe que el vehículo llevará por primera vez un módulo integrado con el que se realizarán “numerosos” experimentos en el espacio.
La aeronave, que no es muy grande (menos de nueve metros de largo), utiliza energía solar y no es tripulada.
Tiene el récord de más días consecutivos de vuelo alrededor de la Tierra alcanzados en su anterior misión, finalizada en octubre de 2019, en la que se mantuvo 780 días en órbita.
El X-37B acumula un total de 2.865 días orbitando, lo que equivale a siete años y 10 meses.
Randy Walden, director de programas del Departamento de la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea, señala que esta sexta misión será “un gran paso” para el programa del vehículo orbital.
“Esta será la primera misión del X-37B en usar un módulo de servicio para albergar experimentos. Nos permite continuar expandiendo las capacidades de la nave espacial y albergar más experimentos que en cualquiera de las misiones anteriores”, señaló la autoridad.
De acuerdo a la información brindada por la Fuerza Aérea, que no entra en mayores detalles, uno de los objetivos de la operación es “probar nuevos sistemas en el espacio y devolverlos a la Tierra”.
“Serán numerosos experimentos en órbita tanto para la Fuerza Aérea como para sus socios de misión”, se limitó a señalar el gerente del programa, Jonathan Keen.
Lo que sí se dio a conocer es que el módulo especial estará adjunto a la popa del vehículo y permitirá aumentar la capacidad de traslado de carga útil y de programas experimentales para ser llevados a la órbita.
Además de la implementación del módulo especial, la sexta misión el X-37B será desplegar el FalconSat-8.
Se trata de un pequeño satélite desarrollado por la Academia de la Fuerza Aérea estadounidense con el que también se desarrollarán experimentos en órbita.
El FalconSat-8, según la USAF, es una plataforma educativa que llevará cinco pruebas experimentales para ser operadas por la entidad militar.
Además, se incluirán dos experimentos de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) para estudiar los resultados de la radiación y otros efectos espaciales en una placa de muestra de diferentes materiales y en semillas utilizadas para cultivar alimentos.
Por último, el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. probará la transformación de energía solar en energía de microondas de radiofrecuencia que luego podría transmitirse a la Tierra.
Para la USAF, el X-37B no ha dejado de “romper barreras” en el desarrollo de tecnología de vehículos espaciales reutilizables y es considerado una inversión importante para el avance de las capacidades espaciales futuras de Estados Unidos.
El programa de la aeronave orbital empezó en 1999 y después de 11 años se produjo la primera misión de las cinco realizadas hasta ahora.
Como se trata de una operación clasificada, no se divulga en detalle qué tareas cumple el vehículo cuando se encuentra en órbita ni qué se logró en los anteriores vuelos.
El año pasado, funcionarios de la Fuerza Aérea explicaron en un comunicado que los objetivos primordiales del X-37B son dos: “Las tecnologías de naves espaciales reutilizables para el futuro de Estados Unidos en el espacio y la realización de experimentos que se puedan repetir y examinar en la Tierra”.
En 2017, tras el cierre de una anterior misión, la USAF indicó que el vehículo fue utilizado para probar sistemas de navegación, control y guía avanzada en el espacio.
Además se evaluaron tecnologías de protección térmica, sistemas de propulsión avanzados y sistemas de vuelo electromecánico y vuelo orbital autónomo.
Han sido repetidas las ocasiones en que se señaló a este vehículo de ser un dispositivo de espionaje diseñado para llevar a bordo sensores experimentales como cámaras de alta tecnología y radares de mapeo terrestre; sin embargo tales afirmaciones no se llegaron a probar.
También llamó la atención que pase más días en órbita en cada misión.
El vehículo es conocido también como Boeing X37, debido a que la división de defensa y seguridad de esa empresa multinacional fue la que diseñó y desarrolló la aeronave.
La compañía, una de las principales fabricantes de aviones en el mundo, es también una de las mayores contratistas de defensa globalmente.