El director general de prisiones de El Salvador, Osiris Luna, es una de las personas de la que más se habla en su país y parte de la región desde el pasado jueves.
Ese día, el diario digital El Faro publicó un explosivo reportaje en el que Luna era señalado como uno de los representantes del gobierno en supuestas negociaciones mantenidas con líderes de pandillas en las cárceles desde hace más de un año.
Según un gran número de documentos oficiales publicados por El Faro, el objetivo de las reuniones fue pactar con las maras la drástica reducción actual de homicidios y su apoyo en las próximas elecciones a cambio de otorgarles beneficios en las prisiones y otras promesas.
El reportaje dio lugar incluso a que la Fiscalía General de El Salvador iniciara una investigación y allanara oficinas de centros penales y cárceles para ser registradas y requisar documentación.
Entrevistado por la BBC, sin embargo, Luna calificó de “totalmente falso” el contenido del reportaje y negó de manera tajante que existieran los citados encuentros con líderes de pandillas.
“Desmiento totalmente ese tipo de reuniones. No he participado y no participaré”, aseguró, por lo que dijo estar “sumamente tranquillo y convencido de que la Fiscalía no encontrará ninguna actuación irregular por su parte.
El Faro, sin embargo, mantiene la veracidad de su publicación e incluso, de manera voluntaria, puso sus documentos a disposición de la Fiscalía este miércoles para contribuir a la investigación.
“El Faro sostiene y sostendrá que (lo publicado) son copias de los documentos originales que dan cuenta de la negociación entre la MS-13 (Mara Salvatrucha) y el gobierno. Son legítimos y obtenidos a través de fuentes que no nos dejan ninguna duda sobre su autenticidad”, le dijo a BBC Mundo Carlos Martínez, uno de los autores del artículo.
Dichos documentos, según el medio salvadoreño, son copias de cientos de reportes del sistema penitenciario e informes de inteligencia sobre diversas reuniones mantenidas en cárceles entre funcionarios como Luna y líderes pandilleros desde que Nayib Bukele llegó a la presidencia en junio de 2019.
En ellos se deja registro de los supuestos pactos alcanzados, que van desde pequeños beneficios para las maras, como permitir la venta de pizza o pupusas en las cárceles, hasta dar marcha atrás a la polémica medida instaurada en abril de juntar en las mismas celdas a miembros de pandillas rivales.
A cambio, la MS-13 se comprometería a “apoyar” al gobierno en las elecciones legislativas de 2021 para renovar el Congreso -donde el partido de Bukele, Nuevas Ideas, no tiene actualmente representación- y a cerrar “las válvulas” de asesinatos.
Hasta ahora, Bukele ha atribuido a su política de seguridad y “mano dura” la drástica reducción de homicidios en el país.
Según datos oficiales citados por El Faro, fueron 519 los asesinatos registrados entre enero y mayo de este año frente a los 1.345 del mismo período de 2019, justo antes de que asumiera el nuevo gobierno.
Y aunque el Ejecutivo salvadoreño fue rápido en criticar el reportaje y el propio Bukele tuiteó que era una de las notas “más ridículas” que había visto, los periodistas de El Faro destacan cómo ninguno de los documentos publicados ha sido hasta ahora desmentido de manera clara por el gobierno.
El corresponsal en Centroamérica de BBC News, Will Grant, preguntó a Luna hasta en tres ocasiones si podía afirmar que dichos documentos eran falsos.
“Más allá de esa noticia falsa, de cualquier tipo de documentación que puedan decir que exista, aquí se trata de hechos concretos. Si la nota dice que existe una tregua entre el gobierno y las pandillas, que hay beneficios, pudieron ver que todo aquello era falso”, respondió.
“Si dicen que están sucediendo ciertos hechos y no lo son, evidentemente es falso (…). El contenido en general y total de la nota, no está sucediendo en los centros penitenciarios”, insistió.
También subrayó que la información recolectada en los centros penitenciarios se procesa siempre “para ver su autenticidad”, dado que los internos pueden intentar hacer llegar mensajes falsos al exterior con la esperanza de que sean interceptados por las autoridades “para hacer ver mal” al Ejecutivo.
“Hay que tener cuidado, son delincuentes, son criminales y no están con este gobierno”, dijo.
Luna fue más tajante a la hora de desmentir haber participado en reuniones con pandilleros en cárceles, supuestamente acompañado de hombres encapuchados.
Según El Faro, otro de los interlocutores del gobierno habría sido el director de Tejido Social, Carlos Marroquín, señalado en un requerimiento de la Fiscalía por reunirse con miembros de la MS-13 en 2015 mientras trabajaba en el equipo de Bukele cuando era alcalde de San Salvador.
“Lo asevero, pongo mi palabra que no hubo ninguna reunión. Por el permiso que tengo en la Asamblea Legislativa, yo renunciaría al fuero (como diputado) y a todo para que se me investigue”, remarcó Luna.
Aseguró estar convencido de que todo lo hecho por él y el actual gobierno en el interior de las cárceles “es en legal forma en cuanto a instaurar orden, control y disciplina dentro de las cárceles”.
“¿Entonces por qué voy a estar amenazado yo y mi familia por estos grupos terroristas? Eso es porque saben que soy enemigo de ellos”, se preguntó.
El también viceministro de Seguridad restó importancia a que personas encapuchadas pudieran haber entrado a las cárceles salvadoreñas, pese a que, según los documentos de El Faro, una de ellas habría sido un líder de las pandillas en libertad que también participó en las reuniones.
“Cuando llega cualquier policía, personal de inteligencia, medios de comunicación… (llegan) Encapuchados también. Yo he entrado a los recintos y mi seguridad también va así, porque son policías y temen por su vida”, le aseguró a la BBC.
Martínez, que negó haber tenido que ingresar nunca con capucha a una cárcel para ejercer su trabajo de periodista, aseguró que el problema no es que ocultaran su identidad ante los internos por su propia seguridad, sino que también lo hicieran ante los funcionarios de las cárceles.
“Si quieres que no te reconozcan los pandilleros, ¿a cuenta de qué evitas identificarte con los custodios de centros penitenciarios? (…) Ocultar la identidad de los agentes de la ley es para protegerse de los criminales, no del Estado”.
Pocas horas después de la publicación de El Faro, el presidente Bukele ordenó organizar visitas a varios centros penales para que periodistas pudieran comprobar cómo los miembros de diferentes pandillas siguen compartiendo celdas. Algunos pandilleros negaron a los medios tener ningún tipo de privilegio.
Según Luna, en estas visitas se demostró que la información publicada por El Faro acerca de beneficios era falsa y que “hay un evidente control” en las cárceles gracias a las duras medidas impuestas por el gobierno, las cuales recibieron duras críticas por parte de organismos de derechos humanos.
“Yo creo fielmente en que todas las medidas y este tipo de acciones que hemos tomado dentro de la prisión deben de seguirse dando, porque si no, el actuar delictivo va a explotar”, volvió a defender el director de prisiones.
https://www.youtube.com/watch?v=nqcPD2pmxJw
Martínez aseguró no poder opinar sobre estas visitas dado que El Faro no fue invitado por el gobierno, pero a raíz de cómo vio en otros medios la manera en que los pandilleros se comportaban y respondían preguntas, no dudó a la hora de calificarlo de “puesta en escena”.
“Me parece una estrategia que raya lo ridículo intentar desacreditar documentos oficiales a través de lo que dice un pandillero preso. No me parece que valga igual la palabra de un preso al que el Estado controla que los documentos que nosotros publicamos”, afirmó.
Las imágenes que acompañan este artículo fueron tomadas por las agencias en las visitas organizadas por el gobierno el pasado viernes.
Luna subrayó que su dependencia está colaborando activamente con la investigación abierta por la Fiscalía y confía plenamente en que respaldará su actuación.
“Estoy sumamente tranquilo, confiando en Dios. Esto va a terminar rápido (…) y vamos a mostrar a la población que todo se está haciendo de la forma correcta”.
Martínez se mostró igualmente convencido de que la investigación dará con las versiones originales de los documentos publicados por El Faro y acreditarán que hubo negociaciones, algo que, recuerda, no es ninguna novedad en la historia de El Salvador.
“Cada vez que hemos señalado que un gobierno o que un partido político ha negociado con pandillas nos han llamado mentirosos. Pero todos los casos están actualmente procesados en tribunales. Todos, sin excepción”, remarcó.
La más conocida fue la tregua alcanzada en secreto en 2012 por el gobierno de Mauricio Funes, del FMLN, y que también se tradujo en una drástica reducción de asesinatos. La ruptura del proceso, sin embargo, hizo que 2015 se convirtiera en el año más violento de la historia del país centroamericano.
Martínez recordó cómo políticos negociaron en el pasado con las pandillas para que movilizaran a su base social a la hora de votar y amedrentaran a los simpatizantes del partido contrario para que no acudieran a las urnas.
Cree que esto podría ser también el eventual “apoyo” electoral pactado con el actual gobierno para las elecciones de 2021.
“Todo parece indicar que hay al menos un consenso entre nuestra clase política: que para poder gobernar el país hoy es necesario sentarse con estas fuerzas criminales”, afirma.
Pero lo que también parece claro es que cualquier tipo de acuerdo debe hacerse de forma oculta para no enfrentarse al amplio rechazo que esta idea suscita entre la mayoría de salvadoreños.
“Se quieren obtener los beneficios y los resultados en términos de reducción de homicidios sin pagar las consecuencias en términos de popularidad, y eso es lo que lleva a tener negociaciones por debajo de la mesa”, concluyó Martínez.