A partir del lunes 25 de enero, en Austria será obligatorio el uso de las mascarillas FFP2 en tiendas, supermercados y transporte público.
La medida forma parte de una estrategia más estricta en ese país europeo, que incluye la extensión del confinamiento hasta el 17 de febrero.
El canciller de Austria, Sebastián Kurz, declaró haber tomado la decisión en vista de la variante más contagiosa descubierta en Reino Unido a finales de 2020 y de la necesidad de frenar el aumento de casos de covid-19 en el país.
Hasta ahora Austria es el único país que aplica a nivel nacional el uso obligatorio de las FFP2 -en lugar de las mascarillas de tela o algodón- aunque en la región de Baviera, Alemania, también se exige a nivel local mientras que el gobierno en Berlín considera adoptarlo en todo el territorio.
Se informa además que en Francia las autoridades discuten si imponer el uso obligatorio de las FFP2 o las menos protectoras FFP1.
Las FFP2 se consideran más efectivas en la reducción de la propagación del coronavirus que los tapabocas de algodón o las mascarillas quirúrgicas desechables que son de uso común.
“Cualquier protección de boca y nariz es buena, pero la mascarilla FFP2 es tremendamente superior”, declaró el ministro de Salud de Austria, Rudolf Anschober, del Partido Verde.
Los tapabocas comunes de algodón o tela actúan más como dispositivos para evitar la propagación de partículas de aerosol por exhalación, pero no protegen al usuario de inhalar aire contaminado.
Por su parte, las FFP -o mascarillas filtrantes parciales- están hechas de varias capas de tejido y papel con filtros incorporados y se ajustan mejor, creando un sello alrededor de la cara que protegen al usuario del entorno.
Se dividen en categorías dependiendo del diámetro de partículas que dejan pasar. Las FFP2 filtran partículas hasta de 0,4 micrómetros de diámetro, o sea el 94% de las partículas en el aire.
No ofrecen una protección de 100%, de manera que los usuarios todavía deben observar el distanciamiento social y reglas de higiene.
Las FFP2 se pueden usar varias veces, pero no se deben lavar para no destruir la función del filtro.
Las mascarillas FFP2 son más costosas. Su precio unitario varía entre unos 2 euros (US$2,5) y 5 euros (US$6) dependiendo del distribuidor y de si se compran por unidad o decenas.
El ministro de Salud, Rudolf Anschober, declaró en una rueda de prensa este jueves que grandes cantidades de las mascarillas obligatorias se estarían repartiendo gratis la próxima semana a personas de bajos ingresos.
No obstante, Anschober reconoció que el programa de distribución de mascarillas gratis a ciudadanos mayores de 65 iniciado en diciembre ha enfrentado graves retrasos.
Pero el ministro aseguró que la entrega de las FFP2 a esta población se resolverá la semana que viene.
El gobierno también instó a los vendedores a ofrecer la mascarilla a costo de producción.
El medio austríaco Vienna On Line informó que los supermercados tendrán las mascarillas en oferta a más tardar el próximo lunes a un precio de 0,59 euros (US$0,72).
Una noticia que el ministro Anschober recibió con beneplácito, diciendo que el precio está “bastante por debajo de lo que estimamos”.
Los distribuidores de ese dispositivo protector afirman que, a pesar de la alta demanda generada por la nueva ley, no habrá problemas con el suministro por lo que exhortan a los consumidores a no entrar en pánico.
Según medios locales, los supermercados tienen “millones” en inventario. El diario Kurier informó que la firma Hygiene Austria puede producir hasta diez millones de mascarillas FFP2 al mes.
En Viena, un grupo de manifestantes montó una protesta simbólica el miércoles contra lo que consideraron una imposición exagerada del gobierno.
El domingo anterior, unas 10.000 personas se movilizaron por la capital asutríaca protestando contra el confinamiento.
Aunque el cambio a una mascarilla más “profesional” es bienvenido, algunos virólogos en Alemania -donde la región de Baviera ya ordena el uso obligatorio de FFP2 y el gobierno considera hacer la medida efectiva en todo el país- advierten cautela.
Uno señalan que las mascarillas FFP2 no son efectivas si no se llevan ajustadas, siguiendo las guías de un profesional.
“La gente terminará respirando a través del espacio entre la cara y la mascarilla en lugar de a través del filtro”, declaró Jonas Schmidt-Chanasit, profesor de arbovirología de la Universidad de Hamburgo, al diario The Guardian.
Otros virólogos también indicaron que las barbas evitan que la mascarilla logre sellarse efectivamente alrededor de la cara.
Schmidt-Chanasit reconoció que la FFP2 podría ser útil en casos urgentes donde no hay suficiente garantía de ventilación pero manifestó su escepticismo para el uso en el transporte público donde hay otras maneras de evitar el riesgo de aerosoles y los pasajeros estarían obligados a usar la mascarilla más de los 75 minutos recomendados.