Josef Schütz, el nazi de más edad condenado por crímenes cometidos durante la Segunda Guerra Mundial, falleció a los 102 años.
El pasado junio, Josef Schütz, un exguardia del campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín, fue condenado a cinco años de cárcel por ayudar en el asesinato de miles de prisioneros.
A pesar de haber negado siempre que fuera guardia de las SS en ese campo, el hombre fue encontrado culpable de instigación y complicidad en las muertes de 3.518 personas.
Fue cómplice en el fusilamiento de prisioneros de guerra soviéticos y en el asesinato de otros con el gas venenoso Zyklon B.
Decenas de miles de personas murieron en Sachsenhausen durante la Segunda Guerra Mundial, víctimas de hambruna, trabajos forzados, experimentos médicos y asesinato a manos de las SS.
Más de 200.000 personas fueron recluidas allí, incluyendo prisioneros políticos, judíos, romaníes y sintis (pueblos gitanos de Europa).
“No entiendo por qué estoy sentado en el banquillo del pecado. Realmente no tuve nada que ver con eso”, dijo Josef Schütz en su declaración final antes de conocerse el veredicto de culpabilidad en una corte alemana.
Los juicios de guardias de campos de concentración nazis solo fueron posibles a partir de 2011, cuando el exguardia de las SS John Demjanjuk fue encontrado culpable. El veredicto impulsó la búsqueda de otros individuos implicados que siguieran vivos.
Cuatro años más tarde, el llamado “contador de Auschwitz”, Oskar Gröning, recibió una pena de cuatro años de cárcel.
Y una antigua secretaria de un campo de concentración fue condenada a dos años en diciembre pasado.