Al Qaeda y Estado Islámico (EI) han perdido dos sus grandes líderes en el último "nido emergente" del "terror global": el Sahel, en el norte de África.
O al menos, menos eso dice el gobierno de Francia.
Según informó este viernes la ministra de Defensa de ese país, Florence Parly, tropas de su país en colaboración con fuerzas locales mataron esta semana en una operación en Mali a Abdelmalek Droukdel, el jefe en el norte de África de la organización extremista que dirigiera Osama bin Laden.
Mientras, otro alto comandante de EI en Mali, Mohamed Mrabat, fue capturado en otra operación en mayo.
Ninguna de las dos organizaciones extremistas confirmó aún el anuncio de Francia.
De acuerdo a Parly, “audaces operaciones” de las tropas habían dado “golpes severos a los grupos terroristas” en las últimas semanas.
“Nuestras fuerzas, en cooperación con sus socios en el Sahel, continuarán cazándolos sin descanso”, dijo.
Como jefe de Al-Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Droukdel estaba a cargo de todos los afiliados de la organización en el norte de África y también comandaba al afiliado del Sahel de al-Qaeda, Jamaat Nusrat al-Islam wal-Muslimin (JNIM).
Mrabat, por su parte, era un yihadista veterano y tenía un papel importante en el grupo Estado Islámico en el Gran Sahara (ISGS).
La región del Sahel se ha convertido en el último reducto de combate entre grupos yihadistas y tanto Al Qaeda como EI han intensificado significativamente los ataques allí desde el año pasado en busca de influencia, reclutas y recursos.
Los expertos en terrorismo internacional lo definen como el “gran refugio del terrorismo global” dado el alto número de seguidores que tienen en el área y los escasos recursos de los Estados donde se encuentran para controlarlos.
A sus más de cuarenta años, Droukdel luchó contra las tropas soviéticas en Afganistán y se cree que consideraba al exlíder de Al Qaeda en Irak, Abu Musab al-Zarqawi, como su inspiración.
Bajo su liderazgo, AQMI llevó a cabo numerosos ataques mortales, incluido un asalto en 2016 a un hotel en la capital de Burkina Faso, Uagadugú, que dejó 30 muertos y 150 heridos.
En 2012, un tribunal de Argelia lo condenó a muerte tras ser declarado en ausencia culpable de asesinato, pertenencia a una organización terrorista y ataques con explosivos.
Los cargos estaban relacionados con tres ataques con bomba en la capital, Argel, en abril de 2007, que mataron a 22 personas e hirieron a más de 200.
Este veterano yihadista argelino fue uno de los comandantes más notorios en la región del norte de África y el Sahara, donde libró campañas violentas primero en Argelia y luego contra las fuerzas francesas y de otros países en Mali.
Según el Consejo de Seguridad de la ONU, que lo sancionó en 2007, Droukdel era un experto en explosivos que construyó dispositivos que mataron a cientos de civiles en lugares públicos.
Miles de tropas francesas han sido desplegadas en Mali desde 2013.
Francia, la antigua potencia colonial, se involucró después de que militantes islamistas invadieron partes del norte.
Con la ayuda de Francia, el ejército de Mali ha recuperado el territorio, pero la inseguridad continúa y la violencia se ha extendido a los países vecinos.
Más de 5.000 tropas francesas han estado sirviendo como parte de la Operación Barkhane en apoyo de las fuerzas de Mali, Mauritania, Níger, Burkina Faso y Chad.
Sin embargo, enfrentan una creciente insurgencia por parte de grupos yihadistas, que han intensificado significativamente sus ataques en los países del Sahel desde el año pasado.
El 7 de mayo, EI reveló que sus militantes habían participado en enfrentamientos feroces con Al-Qaeda en Mali y Burkina Faso y acusó a JNIM de atacar sus posiciones, bloquear los suministros de combustible y detener a sus partidarios.
ISGS ha establecido rápidamente un punto de apoyo en los países del Sahel después de anunciar su presencia en marzo del año pasado.