El Tribunal Supremo de España avaló este martes que el gobierno exhume los restos del general Francisco Franco del Valle de los Caídos, un monumento situado a las afueras de Madrid que resulta polémico por haber sido construido por miles de presos republicanos.
La corte dictó que el cadáver sea trasladado al cementerio de Mingorrubio, en la capital, donde descansan los restos de su mujer, Carmen Polo; en vez de a la catedral de La Almudena, como pedía la familia.
Retirar los restos de Franco del Valle de los Caídos es una de las medidas estrella promovidas por el gobierno del socialista Pedro Sánchez, que llevaba un año litigando con la familia Franco y la Iglesia católica para poder conseguirlo.
El Valle de los Caídos se encuentra en la localidad de El Escorial, dentro de la Comunidad de Madrid pero a 55 kilómetros de la capital.
Francisco Franco siempre defendió que se trataba de un monumento para todos los que habían perecido luchando en la Guerra Civil (1936-1939), por lo que combatientes de ambos bandos fueron enterrados allí: 15.000 del nacional (el de Franco) y 18.000 del republicano.
También yacen allí los restos del mismo Franco y de José Antonio Primo de Rivera, el fundador de Falange Española, el único partido admitido durante el franquismo.
Sus detractores, sin embargo, consideran este lugar un mausoleo desproporcionado dedicado al franquismo e incluso una gran fosa común, ya que muchos de los cadáveres fueron depositados sin ser identificados ni señalados.
La familia Franco se niega a que el cuerpo del exgobernante de facto abandone el Valle, pero en caso de que la ley le obligase a mover los restos, quería trasladarlos a la cripta que posee dentro de La Almudena, en pleno centro de la ciudad de Madrid y al lado del Palacio Real.
El gobierno alegó motivos de seguridad para que esto no sucediera y no tener que soportar que una figura tan divisoria como la de Franco acabara reposando en uno de los edificios más simbólicos de la capital.