Este artículo contiene relatos que pueden resultar perturbadores.
Una familia que intentaba escapar del ejército ruso fue deliberadamente atacada por soldados en un punto de control, según denuncian sus parientes. Cinco personas murieron.
El 24 de febrero, cuando las fuerzas rusas comenzaron la invasión de Ucrania, la familia Fedko hizo un intento desesperado de huir de su hogar en la ciudad de Jersón, en el sur del país, para reunirse con otros seres queridos en un pueblo en el que pensaron estarían seguros.
Oleg, que es agente de policía, tenía que permanecer en Jersón porque en su departamento estaban en alerta de guerra.
Su esposa, Irina, fue rescatada por el padre de Oleg junto a los hijos de la pareja: Sofía de 6 años e Iván, que aún no cumplía 2 meses de vida. Se dirigieron a la localidad de Vesele.
Poco después de su llegada, las fuerzas rusas entraron en dicho pueblo. Los soldados llegaron desde Crimea, la región que Rusia invadió y anexó con poca resistencia en 2014.
Cortaron los servicios de agua y electricidad.
Preocupada por la posibilidad de verse atrapada en los combates, la familia decidió huir nuevamente, esta vez al pueblo de Nova Kajovka, donde vivían otros parientes.
Ahora era un grupo más grande, dividido en dos autos. En uno viajaban la tía, el tío y los primos de Oleg. En el segundo estaban sus padres, esposa e hijos.
Durante su viaje condujeron a lo largo de una presa (que ya estaba bajo control ruso) para cruzar el río Dniéper, que atraviesa Ucrania y divide el país en dos.
El primer automóvil pasó por un puesto de control atendido por soldados rusos y la familia perdió de vista el segundo auto.
Denis, el hermano de Oleg, estaba monitoreando sus movimientos por teléfono desde Cherkasy, en el centro de Ucrania. A las 17:13 hora local, llamó a su madre.
“Estaba tratando de convencer a mi madre de que no fuera a Nova Kajovka y que no se quedara en Vesele”, dijo. “Les dije: ‘Váyanse a Odesa, allí tengo un piso para ustedes”’.
En ese momento, dijo, escuchó a su madre gritar: “Dios mío, es un niño, cómo puedes hacer eso“. Su cuñada también gritaba.
“Entonces oí el sonido de disparos”, relató. “El auto se detuvo y oí el pitido de la puerta abierta. Oí llorar al bebé. Lloró, lloró, lloró. Luego oí [más] disparos”, sostuvo el hombre.
Denis estaba en shock.
Su tía, que estaba en el primer auto y también se llama Irina, trataba desesperadamente de llamar a su hermana, la madre de Denis. Ella no respondía. Trató de llamar a otros en el auto, pero nadie contestaba el teléfono. Irina estaba en pánico. Decidieron regresar.
“De vuelta en el puesto de control”, dijo, “llegamos hasta un soldado y le preguntamos por el auto”. El soldado, contó Irina, señaló una zanja y comentó: “el conductor no obedeció las órdenes y casi atropella a un oficial”.
Irina dijo que les rogó a los soldados que la dejaran a ella y Oleksandr, su esposo, ir hasta el vehículo.
“Dije que había niños allí”, relató Irina. Dos soldados fueron al vehículo. Oleksandr los siguió. El auto, contó, estaba atravesado por balas. “El frente, la parte de atrás y ambos lados tenían agujeros de bala”.
Ivan fue sacado por uno de los soldados. Estaba llorando. “Les dije que [la niña] también estaba allí y corrí hacia el auto. Sofía estaba en el asiento trasero”, dijo Oleksandr. “La miré y tenía un agujero en el pecho”. Los tres adultos -los padres de Oleg y su esposa- habían sido asesinados.
Sofía todavía estaba viva. Ivan estaba en silencio. Irina y Oleksandr llevaron a los niños a su automóvil y partieron hacia un hospital en Nova Kajovka.
Pero los médicos no pudieron salvarlos.
Resultó que a Ivan también le habían disparado. “Le dispararon en la oreja y la bala atravesó la parte posterior de la cabeza. Su rostro estaba limpio, pero la parte posterior de la cabeza estaba cubierta de sangre. Todavía estaba vivo y llorando”, explicó Oleksandr.
“Todo ese tiempo los soldados estuvieron cerca”, agregó, “pero ni siquiera vinieron a ver cómo estaba la gente” en el auto.
Irina está desconsolada. “Todavía no puedo creer que se hayan ido. Ni siquiera entiendo que nos haya pasado esto”, dijo. “Lloro todo el tiempo”.
El ejército ruso solo permitió que la familia recuperara los cuerpos de los adultos al día siguiente. El médico que inspeccionó los cadáveres les dijo que todos habían muerto por múltiples heridas de bala.
La BBC solicitó una declaración sobre este incidente al Ministerio de Defensa de Rusia.
Mientras, la Corte Penal Internacional (CPI) detalló que recopila pruebas sobre presuntos crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio por parte de Rusia en Ucrania.
Y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU votó a favor de establecer una comisión para investigar las presuntas violaciones a los derechos humanos cometidas durante la invasión.
Los soldados rusos ahora cavan trincheras y fortalecen sus posiciones en Nova Kajovka y las aldeas cercanas. La población local vive en constante temor. “No tenía miedo antes”, dijo Irina. “Pero ahora tengo miedo”.
“Había algunos soldados rusos cerca de una farmacia hoy. Estaban revisando los teléfonos de las personas y sus bolsillos. Y les apuntaban con sus armas. Subimos al automóvil y nos alejamos”, contó Irina entre lágrimas.
Oleg continúa con su trabajo en el departamento de policía, a pesar de la pérdida de su esposa e hijos.
“Está haciendo todo lo posible para proteger a nuestros ciudadanos”, sostuvo Denis. “Pero su dolor por no poder proteger a su propia familia mientras defendía a la nación es inimaginable“.
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