Algunos la han llamado la "opción nuclear", pese a que no involucra armas.
Mientras que la invasión militar lanzada por Rusia en Ucrania continúa, con un saldo que ya supera la centena de muertos, Occidente considera la implementación de más sanciones al régimen del presidente ruso, Vladimir Putin.
Este jueves, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea (UE) anunciaron un paquete de medidas para sancionar a Rusia por sus acciones en Ucrania.
Las medidas incluyen la congelación de activos de varios importantes bancos rusos y de millonarios cercanos a Putin, así como la prohibición de la venta de aeronaves por parte de la Unión Europea a aerolíneas rusas y el cese de operaciones de la aerolínea rusa Aeroflot en Reino Unido.
Pero para el presidente ucraniano, estas sanciones no son suficientes.
“Estamos defendiendo nuestro Estado solos“, aseguró la mañana del viernes. “Como ayer, las fuerzas más poderosas del mundo están mirando desde lejos. ¿Las sanciones de ayer convencieron a Rusia? Escuchamos nuestro cielo y vemos en nuestra tierra que no fueron suficientes”.
Según expertos, una medida que podría golpear fuertemente a Moscú sería cortarles a los bancos de Rusia el acceso a la red SWIFT, una organización con sede en Bélgica.
La Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales, (SWIFT, por sus siglas en inglés) es el principal sistema de mensajería que utilizan los bancos para realizar pagos transfronterizos rápidos y seguros.
Es utilizada por 11.000 entidades bancarias en más de 200 países y permite que el comercio internacional fluya sin problemas.
Creada en 1973, la red SWIFT transmite más de 40 millones de mensajes al día, informando a los usuarios cuando sus pagos se han enviado o cuando los reciben.
Se cree que más del 1% de los millones de dólares que se intercambian gracias a ella involucran transacciones rusas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, pidió que se excluyera a Rusia del sistema este jueves, cuando los líderes de la UE se reunieron para discutir las sanciones.
“No seré diplomático con esto. Todos los que ahora dudan de si se debe excluir a Rusia de SWIFT deben comprender que la sangre de hombres, mujeres y niños ucranianos inocentes también estará en sus manos“, tuiteó Kuleba.
Pero Bruselas se niega a apoyar esta sanción.
Una razón clave de su renuencia a cortarle el acceso de Rusia a la plataforma es que Europa la usa para pagar el gas que le compra a Moscú, por lo que la medida podría causarle problemas al bloque, debido a la gran dependencia de varios países, como Austria, Finlandia, Polonia y Alemania, del gas ruso.
Se cree que Alemania es uno de los principales oponentes a que se excluya a Rusia de SWIFT.
El ministro de Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, aseguró el viernes que la opción solo se usaría como último recurso.
Sin embargo, países como Reino Unido siguen presionando para aplicar esta importante sanción.
“Nos gustaría ir más allá, nos gustaría hacer lo del sistema SWIFT, el sistema financiero que permite a los rusos mover dinero alrededor del mundo para recibir pagos por su gas”, afirmó este viernes Ben Wallace, ministro de Defensa de Reino Unido, durante una intervención en la BBC.
“Desafortunadamente el sistema Swift no está bajo nuestro control. No es una decisión unilateral“, agregó.
Para la politóloga Cynthia Roberts, profesora de ciencias políticas en Hunter College, con la invasión que comenzó este jueves Rusia ha vuelto a demostrar que tiene mayores intereses en Ucrania y está “dispuesta a pagar mayores costos” para imponer su voluntad.
“La elevada retórica de algunos políticos occidentales no está sincronizada con el precio que ellos y las poblaciones occidentales están dispuestos a pagar“, le dice a BBC Mundo.
Swift fue creado por bancos estadounidenses y europeos, que no querían que una sola institución desarrollara su propio sistema y creara un monopolio.
La red es actualmente propiedad conjunta de más de 2.000 bancos e instituciones financieras.
La organización es supervisada por el Banco Nacional de Bélgica, en asociación con los principales bancos centrales de todo el mundo, incluida la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco de Inglaterra.
Cuando Irán fue excluido de la red SWIFT en 2012, como parte de las sanciones por el desarrollo de su polémico programa nuclear, perdió casi la mitad de sus ingresos por exportaciones de petróleo y el 30% del comercio exterior.
Si se decide excluir a Moscú del sistema, las empresas rusas perderían acceso a las transacciones normales e instantáneas que proporciona la red y sus millonarios pagos por la energía y los productos agrícolas que exporta se verían gravemente afectados.
Es probable que los bancos tengan que tratar directamente entre sí, agregando demoras y costos adicionales y, en última instancia, reduciendo los ingresos del gobierno ruso.
Rusia fue amenazada con una expulsión del Swift en 2014 cuando anexó Crimea. Rusia aseguró en aquel momento que la medida equivaldría a una declaración de guerra.
Los aliados occidentales no aprobaron la sanción, pero la amenaza hizo que Rusia desarrollara su propio sistema de transferencias transfronterizas y creó un Sistema Nacional de Tarjetas de Pago, conocido como Mir, para procesar pagos con tarjeta.
Sin embargo, pocos países extranjeros lo utilizan actualmente.
La eliminación de Rusia perjudicaría a las empresas que suministran y compran bienes a Rusia. Alemania sería uno de los países occidentales más perjudicados.
Rusia es el principal proveedor de petróleo y gas natural de la Unión Europea, y encontrar suministros alternativos no sería fácil.
Si bien Occidente sacó a los bancos iraníes del sistema en 2018, la economía rusa es mucho más grande. Rusia es el quinto socio comercial más importante de la UE.
Para la experta Cynthia Roberts hay un problema de intereses propios e “interdependencia”.
“Rusia es una potencia importante y una economía global y algunas sanciones causarán altos niveles de daño mutuo, como (problemas) en el suministro de energía, minerales, trigo, etc.”, explica.
“Las élites rusas han amenazado previamente con represalias en respuesta a medidas como la de sacarlas del SWIFT que podrían ir desde una interrupción en el flujo de gas a ataques cibernéticos por parte de actores no estatales sancionados por el gobierno o incluso por el propio Estado (ruso)”.
Las empresas a las que Rusia debe dinero tendrían que encontrar formas alternativas para recibir los pagos, lo cual podría desatar un caos en el sistema bancario internacional.
Alexei Kudrin, exministro de finanzas de Rusia, sugirió que la economía de Rusia podría reducirse en un 5% si se excluyera del sistema SWIFT.
Pero hay dudas sobre el impacto duradero en la economía rusa. Los bancos rusos podrían enrutar los pagos a través de países que no han impuesto sanciones, como China, que tiene su propio sistema de pagos.
Esto le daría a China un incentivo para reforzar su rival de SWIFT, el CIPS, e impulsar así los pagos transfronterizos en yuanes.
Todo esto podría perjudicar el dominio del dólar estadounidense y su papel preeminente en sistema financiero mundial.
Roberts, del Hunter College, asegura que China y Rusia han estado a la vanguardia de los países que intentan construir un sistema financiero paralelo para limitar su exposición al sistema del dólar y a las instituciones financieras occidentales e intentar proteger sus economías de posibles sanciones.
“Aunque el sistema de mensajes financieros de Rusia es muy rudimentario, el de China está más desarrollado y esto los acercaría aún más y posiblemente conduciría a la creación de una órbita financiera alternativa que, a largo plazo, debilitará el liderazgo y el poder estructural de EE.UU. y el orden occidental”, concluye.
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