Sus cuatro años en la Casa Blanca han sido como un torbellino. Entonces, ¿cuál podría ser el legado de un mandatario que ha marcado profundamente el rumbo del país?
Este miércoles la presidencia de Donald Trump llega a su fin.
Sus cuatro años en la Casa Blanca han sido como un torbellino. Entonces, ¿cuál podría ser el legado de un mandatario que ha marcado profundamente el rumbo del país?
Como hay tantos elementos en juego, le pedimos a destacados historiadores que nos dieran su visión.
Las respuestas fueron editadas por razones de claridad y concisión.
Matthew Continetti es miembro del American Enterprise Institute, un centro de estudios que se ha especializado en el desarrollo del Partido Republicano y el movimiento conservador estadounidense.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
Donald Trump será recordado como el primer presidente que fue sometido a un juicio político (impeachment) dos veces.
Él alimentó el mito de que la elección fue robada, convocó a sus partidarios a Washington para protestar por la certificación del voto del Colegio Electoral, les dijo que solo con la fuerza podrían recuperar su país y se mantuvo al margen, mientras asaltaban el Capitolio de EE. UU. e interferían en el funcionamiento del gobierno constitucional.
Cuando los historiadores escriban sobre su presidencia, lo harán a través del lente de los disturbios.
Se centrarán en la distorsionada relación de Trump con la extrema derecha, su manejo atroz de la letal protesta de Charlottesville en 2017, el aumento del extremismo violento de derecha durante su mandato en el cargo, y la propagación viral de teorías de conspiración malévolas que alentó.
¿Qué más le llama la atención?
Si Donald Trump hubiera seguido el ejemplo de sus predecesores y hubiese concedido el poder de manera amable y pacífica, habría sido recordado como un líder disruptivo, pero un populista consecuente.
Un presidente que, antes de la pandemia, lideró un auge económico, reorientó la opinión de Estados Unidos sobre China, removió a los líderes terroristas del campo de batalla, renovó el programa espacial, aseguró una mayoría originalista (conservadora) en la Corte Suprema de EE. UU., y autorizó la Operation Warp Speed (Operación Máxima Velocidad) para producir una vacuna contra la covid-19 en un tiempo récord.
Laura Belmonte es profesora de historia y decana de la universidad Virginia Tech College of Liberal Arts and Human Sciences. Es especialista en relaciones exteriores y autora de libros sobre diplomacia cultural.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
Su intento de renunciar al liderazgo global y reemplazarlo con un foco más interno, parecido a una mentalidad que mira al país como un fuerte.
No creo que haya tenido éxito, pero la pregunta es qué tan profundo ha sido el daño a la reputación internacional de Estados Unidos, y eso está por verse.
El momento que más me sorprendió fue la conferencia de prensa que tuvo con Vladimir Putin en 2018 en Helsinki, donde se puso del lado de Putin sobre la inteligencia estadounidense con respecto a la interferencia rusa en las elecciones.
No puedo pensar en otro episodio de un presidente poniéndose del lado de un adversario que representa a una sociedad no democrática.
Aquel episodio también es muy emblemático de un asalto mayor a muchas instituciones multilaterales, tratados y acuerdos, como la retirada del acuerdo climático de París, o la retirada del acuerdo nuclear iraní.
¿Qué más le llama la atención?
Trump aplaudió al presidente turco Recep Tayyip Erdogan y al presidente brasileño Jair Bolsonaro, además de reunirse con Kim Jong Un de Corea del Norte, dando un giro al revés para alinear a Estados Unidos con regímenes que son la antítesis de los valores que Estados Unidos dice que quiere promover.
Eso es algo que creo que fue bastante distintivo.
Otro aspecto es haber sacado a Estados Unidos de cualquier papel realmente asertivo en la promoción de los derechos humanos en todo el mundo y cambiar el contenido de los informes anuales de derechos humanos del Departamento de Estado excluyendo muchos temas, como el respeto a las distintas orientaciones sexuales, por ejemplo.
Kathryn Brownell es profesora de historia en la Universidad de Purdue. Sus investigaciones se centran en las relaciones entre los medios, la política y la cultura popular, con énfasis en la presidencia estadounidense.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
Hablando en términos generales, Donald Trump y sus facilitadores en el Partido Republicano y los medios conservadores han puesto a prueba la democracia estadounidense de una manera sin precedentes.
Como historiadora que estudia la intersección entre los medios de comunicación y la presidencia, es realmente sorprendente la forma en que ha convencido a millones de personas de que su versión fabricada de los hechos es cierta.
Lo que sucedió el 6 de enero en el Capitolio es la culminación de más de cuatro años durante los cuales el presidente Trump promovió activamente la desinformación.
Así como Watergate y el impeachment dominaron las interpretaciones históricas del legado de Richard Nixon durante décadas, creo que este momento poselectoral en particular estará a la vanguardia de las evaluaciones históricas de su presidencia.
¿Qué más le llama la atención?
La primera presentación que hizo Kellyanne Conway de la noción de “hechos alternativos” apenas unos días después de que comenzara el gobierno de Trump, cuando se disputaba el tamaño de las multitudes que acudieron a las investiduras de Trump y Barack Obama.
Los presidentes a lo largo del siglo XX han utilizado cada vez más medidas sofisticadas para modificar la interpretación de políticas y eventos a su favor y para controlar la narrativa mediática de sus administraciones.
Pero la afirmación de que el gobierno tenía derecho a sus propios hechos alternativos, fue mucho más allá de las maniobras que se hacen en política para interpretar los hechos y, en última instancia, presagió las formas en que el gobierno de Trump gobernaría mediante la desinformación.
Trump aprovechó el poder de las redes sociales y desdibujó las líneas entre el entretenimiento y la política de maneras que le permitieron eludir a los críticos y conectarse directamente con sus partidarios sin filtros.
Franklin Roosevelt, John F. Kennedy y Ronald Reagan también utilizaron nuevos medios y un estilo de celebridad para conectarse directamente con la gente de esta manera sin filtros, transformando en última instancia las expectativas y las operaciones de la presidencia que allanaron el camino para Trump.
Mary Frances Berry es profesora de historia estadounidense y pensamiento social en la Universidad de Pensilvania, y se especializa en historia jurídica y política social. De 1980 a 2004, fue miembro de la Comisión de Derechos Civiles de Estados Unidos.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
En lo que hizo con los jueces, Trump ha logrado un cambio duradero que se extenderá por los próximos 20 o 30 años, en cómo las políticas resistirán las pruebas legales y cómo se pueden implementar, sin importar lo que proponga un presidente o un gobierno en particular.
Los tribunales están controlados por los representantes republicanos. A veces los jueces nos sorprenden, pero en su mayor parte, la evidencia histórica es que prácticamente hacen lo que su política y sus antecedentes dicen que harán.
¿Qué más le llama la atención?
Cuando apoyó ese paquete de medidas que ayudó a miembros de la comunidad negra, como el First Step, perdonando a personas, al mismo tiempo que apoyó una enmienda en el proyecto de ley de asignaciones que por primera vez entregó una gran cantidad de recursos a colegios y universidades que históricamente han tenido más estudiantes negros.
Trump puso todas estas cosas juntas, además de crear el primer programa de estímulo para asegurarse de que los empresarios y emprendedores negros obtengan préstamos que antes les costaba conseguir.
El efecto de todo lo anterior, que veremos con el paso del tiempo, se expresó en las elecciones intermedias (o elecciones de medio tiempo), cuando muchos más jóvenes negros votaron por Trump. Y si esa es una tendencia, puede ayudar al Partido Republicano.
Margaret O’Mara es profesora de historia en la Universidad de Washington y se especializa en historia política, económica y metropolitana en la era moderna de Estados Unidos.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
La impugnación que hizo de una victoria electoral muy clara desde el punto de vista constitucional y numérico de Joe Biden.
Hemos tenido muchas transiciones realmente desagradables. Herbert Hoover se mostró increíblemente antipático por haber perdido, pero viajó en automóvil por Pennsylvania Avenue en la investidura. No habló con Franklin Roosevelt todo el tiempo, pero aún así, hubo una transferencia de poder pacífica.
Trump es una manifestación de fuerzas políticas que han estado en movimiento durante medio siglo o más.
Una culminación de lo que estaba sucediendo no solo en el Partido Republicano, sino también en el Partido Demócrata y, en general, en la política estadounidense: una especie de desilusión con el gobierno y las instituciones.
¿Qué más le llama la atención?
Trump es excepcional en muchos sentidos, pero una de las cosas que realmente lo hace destacar, es que fue uno de los pocos presidentes que elegidos sin haber ocupado ningún cargo antes.
Trump puede desaparecer, pero existe una gran frustración con el sistema, ampliamente definido. Cuando te sientes impotente, votas por alguien que promete hacer todo de manera diferente y Trump efectivamente lo hizo.
La presidencia también la hacen las personas que designa el presidente, y una gran cantidad de políticos republicanos experimentados no fueron invitados a unirse a la administración en la primera ronda.
Con el tiempo, su gobierno se ha reducido a una banda de personas leales que, en realidad, no tienen mucha experiencia y no están ideológicamente interesados en la sabiduría de la burocracia gubernamental. Lo que ha sucedido en las entrañas de la burocracia va a requerir un trabajo lento de reconstrucción.
Saikrishna Prakash es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Virginia y se especializa en derecho constitucional, derecho de relaciones exteriores y poderes presidenciales.
¿Cuál es el legado clave de Trump?
Las últimos soplidos de su gobierno son los más trascendentales, ya que ha ejercido un control sobre sus seguidores más devotos y ha comenzado a hablar de postularse nuevamente.
En realidad, en Estados Unidos no se había pensado en temas como la Enmienda 25 o el impeachment desde la época de Bill Clinton.
Es posible que la gente, cuando piense en la presidencia, adopte una postura diferente en el futuro, sabiendo que alguien como Trump podría aparecer. Y es posible que el Congreso delegue menos en el presidente y le quite algo de autoridad.
¿Qué más le llama la atención?
El presidente ha demostrado que hay un electorado que se opone a muchos de los acuerdos comerciales y que hay gente dispuesta a votar por aquellos que nos sacarán de estos acuerdos comerciales o “los harán más justos”.
Trump también ha sugerido que China se ha estado aprovechando de Estados Unidos de formas que son perjudiciales para nuestra seguridad económica y nacional, y creo que hay un consenso detrás de esta opinión.
Nadie quiere ser acusado de ser blando con China, mientras que a nadie le importa que seas “blando” con Canadá, ¿verdad?
Creo que la gente va preferir ser más dura o al menos decir que es más dura con China.
A nivel nacional, Trump tenía un tono populista. Nunca llevó a cabo completamente sus políticas, pero hemos visto a más republicanos adoptando ideas populistas.