El primer informe de Uber sobre reportes de agresión sexual en su servicio sacó a la luz que unas 6.000 personas denunciaron ser víctimas de agresiones sexuales en sus viajes durante 2017 y 2018 en Estados Unidos.
Los miles de casos -un promedio de 8 por día- se dieron en 2.300 millones de servicios que contabilizó la compañía en ese periodo, lo cual significa que 99,9% de los viajes no tuvieron ese problema.
Sin embargo, la cifra se da a conocer en momentos en que Uber está bajo un creciente escrutinio por problemas de seguridad, incluidos otros sucedidos en alguno de los 70 países en los que opera.
El número de casos en EE.UU. aumentó en 2018, con 3.045 reportes ante 2.936 del año previo, pero la tasa de incidentes disminuyó en un 16%, ya que el número de viajes fue mayor, indicó la compañía.
El año pasado se completaron unos 1.300 millones de viajes en EE.UU., frente a los cerca de 1.000 millones en 2017.
Contrario a la presunción general, los pasajeros fueron señalados como los agresores de carácter sexual en casi la mitad de los reportes.
Uber dijo que el informe fue la primera revisión integral de seguridad de su negocio de transporte.
“Publicar voluntariamente un informe que discute estos difíciles problemas de seguridad no es fácil”, señaló Tony West, director legal de Uber en un comunicado.
“La mayoría de las compañías no hablan sobre temas como la violencia sexual porque hacerlo conlleva el riesgo de atraer titulares negativos y críticas públicas. Pero creemos que es hora de un nuevo enfoque”, añadió.
Con 45 viajes por segundo en EE.UU., West considera que Uber no es “inmune a los desafíos de seguridad más graves de la sociedad, incluida la agresión sexual”.
El informe puso en perspectiva los reportes de la policía de Nueva York, la cual recibió 1.125 quejas de delitos sexuales en el sistema de transporte durante 2017 y 2018.
La firma nacida en California le dijo a la BBC que actualmente no hay planes concretos para publicar informes de seguridad de otros países.
Pero fuera de Estados Unidos, la seguridad de pasajeros y conductores también ha estado en la agenda pública.
Incidentes de discriminación e inseguridad han llevado a la compañía a perder su licencia para operar en Londres, una decisión que está siendo apelada en tribunales.
En México, la semana pasada el caso de una joven que se vio obligada a bajar de un Uber por temor a una posible agresión de un conductor atrajo la atención nacional sobre este servicio.
Además, en octubre, Uber y su competidor Lyft se negaron a comparecer ante un comité del Congreso de EE.UU. en una audiencia relacionada con la industria de transporte.
Peter DeFazio, el presidente del Comité de Infraestructura y Transporte, dijo entonces que era “una señal reveladora de que preferirían sufrir un ataque público antes que responder preguntas en el registro sobre sus operaciones”.
Lyft dijo el jueves que está comprometido a publicar su propio informe de seguridad y a compartir información sobre conductores con denuncias, pero no indicó una fecha de publicación estimada.
Por su parte, la directora del Centro Nacional de Recursos contra la Violencia Sexual de EE.UU., Karen Baker, acogió con beneplácito el informe de Uber.
Dijo que “brinda la oportunidad de arrojar luz sobre cómo este intercambio de información anima nuestro trabajo para un futuro más seguro”.
Análisis de Dave Lee, corresponsal de Tecnología de la BBC, Estados Unidos
Este es un documento enormemente significativo que por primera vez detalla en qué medida la economía colaborativa (llamada economía gig) pone a las personas en peligro.
Uber lo describió como un proyecto complejo que tardó dos años en realizarse, con gran parte de ese tiempo dedicado a auditar los datos para garantizar la precisión.
Cabe señalar que, sabiendo que desencadenaría titulares sombríos, la empresa optó por divulgar estos datos voluntariamente.
La firma se ha comprometido a publicar el informe cada dos años.
Ahora que Uber ha demostrado que puede producir estos datos en una forma digerible, debe seguir haciéndolo a intervalos regulares y, gradualmente, para todos sus mercados en todo el mundo.
Esa no es una tarea fácil, pero la empresa puede lograrlo.
La publicación periódica del informe traería atención y urgencia: ¿está mejorando o empeorando el historial de seguridad de Uber? ¿Por qué podría ser así? ¿Son ciertas regiones más seguras que otras? ¿Qué podemos aprender de eso?
La atención también debe dirigirse a las otras empresas de economía gig que existen.
Lyft, que enfrenta una demanda por agresión sexual presentada esta semana, no tiene excusas ahora que su mayor rival ha actuado.
Tras la publicación del informe, Uber prometió trabajar en “nuevos enfoques que elevarán el listón de la seguridad”, por lo que dice que ha implementado algunas medidas:
Y también dijo que trabaja en: