Castillo, el maestro que puede llevar a la izquierda al poder en Perú
Pedro Castillo, un maestro de escuela rural que salió del anonimato irrumpió con un discurso de izquierda y la promesa de "no más pobres en un país rico", con lo que busca convertirse el domingo en presidente de Perú.
Pedro Castillo, un maestro de escuela rural que salió del anonimato hace cuatro años como líder de una huelga nacional del magisterio, irrumpió con un discurso de izquierda y la promesa de “no más pobres en un país rico”, con lo que busca convertirse el domingo en presidente de Perú.
El candidato de Perú Libre, un minoritario partido izquierdista, llega al balotaje con leve ventaja sobre Keiko Fujimori en los últimos sondeos difundidos luego de que diera el batacazo al ganar con 18,9% la primera vuelta del 11 de abril, que tuvo un récord de 18 postulantes.
De 51 años, Castillo carga con el mérito de canalizar el sentimiento de indignación de una parte de Perú que conectó con su mensaje simple: “No más pobres en un país rico”.
Nació en Puña, un pueblo del distrito de Chota, en la región norteña de Cajamarca, donde vive y trabaja como maestro de una escuela rural desde hace 24 años. Su nombre comenzó a sonar en 2017, cuando lideró una prolongada huelga nacional del magisterio.
Está casado y tiene tres hijos. Su esposa es evangélica, pero él católico. La mezcla de moral conservadora y demandas sociales de cambio ha sintonizado bien en un país donde la religión suele ser un factor electoral.
Acostumbra a citar pasajes bíblicos cuando apela a la moral para justificar su rechazo al aborto, al matrimonio homosexual y la eutanasia.
Con sombrero blanco de copa alta típico de Cajamarca, recorrió pacientemente las regiones de Perú, incluso a caballo, para conseguir votos.
“Castillo es una especie de Lula del campo, sin las dotes sindicalistas del expresidente brasileño, pero demuestra ser un buen comunicador”, dice a la AFP la periodista y analista Sonia Goldenberg.
“Es mucho mejor candidato que Keiko Fujimori para transmitir emociones”, agrega.
Promete crear un millón de empleos en un año y niega que pretenda confiscar los fondos de pensiones de los trabajadores, como aseguran sus críticos.
“El pueblo se siente identificado con una persona que nace del mismo pueblo”, dijo el candidato cuando acudió a caballo a votar en la primera vuelta en Tacabamba (Cajamarca), el medio de transporte tradicional de esa zona rural.
La propuesta electoral de Perú Libre se basó en una tríada: salud, educación y agricultura, los sectores prioritarios para impulsar el desarrollo nacional, según Castillo.
También prevé convocar a una Asamblea Constituyente para redactar en seis meses una nueva carta magna en reemplazo de la actual, que privilegia la economía de libre mercado.
La Constitución de 1993 es un legado del gobierno de derecha populista de Alberto Fujimori (1990-2000), padre de Keiko. La rival de Castillo se opone a cambiar la carta magna.
El candidato promete además expulsar a los extranjeros que cometan delitos, en tácita alusión a los migrantes venezolanos que llegaron desde 2017 y que superan el millón.
“[Daremos un] plazo de 72 horas a extranjeros ilegales para dejar el país, los que han venido a delinquir”, aseguró Castillo, que con el fin de combatir la inseguridad propone que Perú se retire del Pacto de San José para restablecer la pena de muerte a los delincuentes.
Perú Libre es uno de los pocos partidos peruanos de izquierda que defiende al régimen del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro y el candidato ha anunciado que si llega al poder, el país recuperará el control de sus riquezas energéticas y minerales, como el gas, el litio y el oro, ahora bajo control de multinacionales. Sin embargo no ha precisado cómo lo hará.