Cuáles son los daños de tomar hidroxicloroquina (como lo hace Donald Trump) para prevenir el coronavirus
Los laboratorios de Estados Unidos tienen a prueba varias vacunas para confirmar su uso para luchar contra el coronavirus.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo el lunes la sorprendente revelación de que está tomando hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria que sus propios expertos gubernamentales dicen que no es adecuado para combatir el nuevo coronavirus.
Trump, cuyas pruebas de la covid-19 han dado negativo y no muestra síntomas de la enfermedad, dijo que había estado tomando el medicamento “durante aproximadamente una semana y media”.
“Tomo una pastilla todos los días”, contó a periodistas en la Casa Blanca, agregando que la combina con zinc.
Cuando se le preguntó por qué, respondió: “Porque creo que es bueno. He escuchado muchas buenas historias” sobre la hidroxicloroquina.
Trump ha mostrado durante semanas interés en promover esta medicación, a pesar de que muchos médicos piensan que no sirve para pacientes con coronavirus y de que los reguladores del gobierno estadounidense advierten que “no ha demostrado ser seguro”.
Los comentarios de Trump sobre la hidroxicloroquina surgieron de la nada. Y no tardaron en volverse titulares el mismo día en que Estados Unidos superó el umbral de los 90.000 muertos de COVID-19, casi un tercio del total mundial desde que la enfermedad fue reportada en diciembre en China.
“Se sorprenderían de la cantidad de personas que lo toman, especialmente los trabajadores de primera línea (…) Resulta que yo lo estoy tomando”, dijo el mandatario a periodistas durante un reunión dedicada a la industria de los restaurantes, en dificultades por la pandemia.
“Lo estoy tomando, hidroxicloroquina, en este momento, sí. Hace un par de semanas comencé a tomarlo”, dijo de repente.
Trump suele minimizar los peligros del nuevo coronavirus. La semana pasada, por ejemplo, aseguró que amenazaba apenas a un pequeño número de personas. También, se ha negado deliberadamente a usar tapabocas, a pesar de las recomendaciones federales y aunque la mayoría de sus asistentes llevan mascarillas en público.
Un edecán de Trump resultó infectado, al igual que Katie Miller, la secretaria de prensa del vicepresidente Mike Pence.
Daños
La hidroxicloroquina se usa para tratar o prevenir la malaria y para tratar afecciones autoinmunes como el lupus y la artritis reumatoide.
Pero desde 2006 no se ha recomendado su uso en la malaria severa debido a problemas de resistencia, particularmente en la región de Oceanía, según la Organización Mundial de la Salud.
La hidroxicloroquina, también conocida por la marca Plaquenil, y su análogo, la cloroquina, se derivan de la quinina, que químicos franceses aislaron en 1820 de la corteza del árbol de la cinchona, según Medicines for Malaria Venture.
En 1934, científicos alemanes crearon la cloroquina sintética como parte de una clase de antipalúdicos.
La hidroxicloroquina es la versión menos tóxica de la cloroquina.
Entre los efectos secundarios indeseados que la hidroxicloroquina suele causar en algunos pacientes que la toman para curar otras enfermedades se encuentran el dolor de cabeza (cefalea), mareos, pérdida del apetito, malestar estomacal, diarrea o dolor de estómago, vómitos y sarpullido (erupciones en la piel), indica la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.
“Imprudente”
Trump aseguró que toma hidroxicloroquina con aprobación del médico de la Casa Blanca. Sin embargo, insistió en que él, no el doctor, dio el primer paso.
“Le pregunté, ¿qué le parece? Dijo, ‘Si a usted le gusta’. Le dije ‘sí, me gustaría'”, contó.
Por la noche, el médico de la Casa Blanca, Sean Conley, dijo que había aceptado que Trump usara el medicamento antiviral “después de numerosas discusiones” entre ellos sobre los pros y los contras de utilizar la medicación.
“Concluimos que el beneficio potencial del tratamiento sobrepasaba el riesgo relativo”, dijo Conley en un comunicado difundido por la Casa Blanca.
Trump dijo que recibió muchas “llamadas positivas” de personas a las que no identificó y que le contaron sobre el medicamento contra la malaria. Mencionó una carta que había recibido de un médico de Nueva York, cuyo nombre tampoco dio, que informó haberle recetado el medicamento a cientos de pacientes y no haber perdido “a ninguno”.
Pero la FDA, la agencia federal que regula los medicamentos en Estados Unidos, advierte contra la administración de hidroxicloroquina para la prevención o el tratamiento del coronavirus, y señala los efectos secundarios como “problemas graves de ritmo cardíaco en pacientes con COVID-19”. La FDA solo autoriza su uso en casos de emergencia.
A principios de este mes, un artículo médico de Nueva York sugirió que la combinación de hidroxicloroquina con el suplemento dietético de sulfato de zinc, que tiene propiedades antivirales, podría crear un tratamiento más efectivo contra el coronavirus.
Pero Matthew Heinz, un médico de Arizona que trabajó en el gobierno de Barack Obama, dijo que los medicamentos como la hidroxicloroquina no son “benignos” y abiertos para un uso no regulado.
“No puedo enfatizar lo suficiente lo imprudente que es alentar a cualquiera a tomar hidroxicloroquina o cualquier otro remedio no probado”, dijo en un comunicado.
Trump señaló que no hay nada que perder al intentar posibles tratamientos.
“Parece tener un impacto, y quizás sí, quizás no, pero si no, uno no se va a enfermar ni a morir”, dijo. “Tomo una pastilla todos los días. En algún momento pararé”.
El presidente dijo nuevamente el lunes que dijo que ha tenido “cero síntomas” de la COVID-19.
“Cada dos días quieren hacerme la prueba, ya saben, por razones obvias. Quiero decir, soy el presidente, así que quieren hacerme la prueba. No quiero que me hagan la prueba, pero me la quieren hacer”, dijo.
“Siempre me ha dado negativo”, agregó.