El esperma de los ostrácodos actuales puede ser 100 veces mayor que el de los humanos, lo que ha llevado a los científicos a denominarlo "esperma gigante".
Los restos más antiguos de espermatozoides de los que se tienen constancia se remontan al Cretáceo, hace unos cien millones de años, y han sido descubiertos en el interior de una hembra de un minúsculo crustáceo que quedó atrapada en el ámbar en Myanmar.
Además, el espécimen de crustáceo pertenece a una especie hasta ahora desconocida y ha sido nombrada como Myanmarcypris hui, que pertenece a la clase de los ostrácodos, señala un estudio que publica Proceedings of Royal Society B.
Entre los restos hallados en ámbar, los investigadores localizaron una hembra en cuyo tracto reproductivo se encontraron células espermáticas gigantes, lo que le convierte en el fósil más antiguo en el que se han identificado de forma concluyente células de esperma, explica la Universidad alemana Ludwig-Maximilians, una de las firmantes del estudio.
Aunque se trata de un organismo diminuto, el esperma fosilizado encontrado por los investigadores es cuatro veces mayor que el humano, según el portal de noticias chino “Sixth Tone”.
El esperma de los ostrácodos actuales puede ser 100 veces mayor que el de los humanos, lo que ha llevado a los científicos a denominarlo “esperma gigante”. Las nuevas evidencias halladas en fósiles sugieren que los antiguos ostrácodos desarrollaron ese tipo de “esperma gigante” en el periodo cretácico.
“No sabemos por qué, pero el esperma debe ser muy funcional, de otra forma la selección natural habría eliminado los trazos”, explicó a Sixth Tone uno de los responsables de la investigación china, Wang He, del Instituto de Geología y Paleontología de Nankín.
Los ostrácodos han existido durante 500 millones de años, y se han descrito miles de especies modernas, por lo que encontrar caparazones fosilizados de estos crustáceos no es algo raro.
Sin embargo, los especímenes hallados ahora, al estar conservados en ámbar, permitieron conocer detalles de sus órganos internos, incluidos los reproductivos.
Así, fueron analizados con la ayuda de reconstrucciones de rayos X en 3D asistidas por ordenador y las imágenes revelaron detalles sorprendentes de la anatomía de estos animales, desde sus diminutas extremidades hasta sus órganos reproductivos.
En una de las hembras, los investigadores hallaron esperma maduro, que fue descubierto en los receptáculos donde este se almacenaba después de la cópula, a la espera de ser liberado cuando los óvulos de la hembra maduraran.