Una mujer china que viajó a Múnich por trabajo infectó a sus colegas. Los científicos rastrean la cadena de contagio y concluyen que será difícil contener una pandemia debido a las transmisiones de asintomáticos.
Un equipo de científicos analizó la cadena de contagio iniciada por la primera persona infectada con el nuevo coronavirus en Alemania y descubrió que el tiempo de incubación es de cuatro días, en promedio, o más corto de lo esperado. El estudio del equipo fue publicado en el medio especializado The Lancet Infectious Diseases.
Los científicos concluyeron que la transmisión antes de que aparezcan los síntomas en el transmisor, o poco después, complica enormemente el control de la pandemia de COVID-19.
En al menos uno de los casos, el nuevo coronavirus fue transmitido por una persona asintomática. Es probable que ocurriera lo mismo en otros cinco casos analizados en el estudio.
En al menos cuatro casos, una persona infectó a otras personas desde el primer día que presentó los síntomas. Lo mismo puede ser cierto para cinco casos más.
La primera persona infectada con el nuevo coronavirus en Alemania es una ciudadana china que trabaja para la empresa de piezas de automóviles Webasto en Shanghai. Fue identificada como la “Paciente Cero” en el estudio.
La mujer viajó de Shanghai a Múnich el 19 de enero, poco después de recibir la visita de sus padres, que viven en Wuhan, China, donde se informó por primera vez el virus.
Al llegar a Alemania, la mujer sintió dolor en el pecho y la columna y tomó paracetamol. Sintió fatiga durante su estadía en el país, lo que atribuyó al desfase horario, y tuvo fiebre al regresar a Shanghai.
El 25, ya en China, fue al médico y dio positivo para Sars-Cov-2 al día siguiente. Fue hospitalizada el 27.
La “Paciente Cero” infectó a 16 personas en Alemania, cuatro mujeres y 12 hombres, según el estudio. Diez de estas personas trabajan para Webasto en la sede de la compañía en Gauting, cerca de Munich. El 19 de febrero, este grupo inicial ya era conocido por las autoridades bávaras. Todos los pacientes se recuperaron durante la cuarentena.
El “Paciente Uno” es un hombre de 33 años, empleado de Webasto, que asistió a una reunión de trabajo con su colega china el 20 de enero. La reunión tuvo lugar en una sala de 12 metros cuadrados, y el “Paciente Uno” se sentó junto a la “Paciente Cero”. Las otras dos personas en la sala, que estaban al otro lado de la mesa, no resultaron infectadas. El “Paciente Uno” también tuvo otro contacto rápido con los colegas chinos el día 21. Dos días después, sintió dolor de garganta.
El “Paciente Uno” transmitió la enfermedad a un compañero de trabajo, llamado “Paciente Tres” en el estudio. El 24 de enero, el día después de que el “Paciente Uno” tuvo los primeros síntomas, los dos trabajaron por un corto tiempo en la misma computadora.
El “Paciente Uno” estuvo de baja por enfermedad los días 25 y 26, con una fuerte tos y 39 grados de fiebre, y regresó a trabajar el 27, el mismo día que la noticia de que el colega chino estaba infectado llegó a la compañía alemana. El mismo día, el “Paciente Uno” dio positivo por COVID-19. El caso fue hecho público por el Ministerio de Salud alemán poco antes de la medianoche.
El día 25, el “Paciente Tres” presentó los primeros síntomas. Ese mismo día, conoció al “Paciente Doce” para una reunión de 90 minutos. Luego se encontraron, por la noche, en la casa del “Paciente Tres”. El “Paciente Doce” viajó poco después de vacaciones a España, donde se convirtió en el primer caso registrado en suelo español.
El caso más curioso de contagio es el del “Paciente Cuatro”, que no tuvo contacto con la mujer china, al “Paciente Cinco”. La única vez que se conocieron fue en el comedor de la empresa. El “Paciente Cuatro”, aún asintomático, estaba sentado de espaldas al “Paciente Cinco”, quien se volteó y le pidió a su colega que le pasara el salero. Eso fue suficiente para la transmisión del nuevo coronavirus.