Analistas abordan el papel que podrían adoptar las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado.
Trump causó preocupación con su anuncio de incluir a los cárteles del narcotráfico en la lista de terrorismo de EE. UU. Las consecuencias de esa medida y de una posible intervención en México serían impredecibles.
El anuncio de Trump se remite a la petición que hicieron a la Casa Blanca los familiares de las víctimas de la familia mormona LeBaron, -seis niños y tres mujeres-, asesinadas el 4 de noviembre de 2019, a fin de que el Gobierno estadounidense catalogara así a los cárteles.
Como era de suponer, el anuncio de Trump no solo causó polémica, sino que provocó el temor de una intervención militar de EE. UU. en México. El pedido de justicia de las víctimas de la familia LeBaron fue el detonante que llevó a Trump a hacerlo. Sin embargo, “se podría ver como un primer anuncio de campaña para el 2020”, dice a DW Azul Aguiar Aguilar, investigadora en Ciencia Política del Instituto GIGA, de Hamburgo. Trump tiene así “un tema importante para atraer la atención de los votantes de EE. UU., porque está a punto de ser sometido a juicio político”, señala la experta.
Con ella coincide la investigadora Daira Arana Aguilar, experta en Militarización y Seguridad en México y el Triángulo Norte de Centroamérica (TNCA): “Es una declaración electoral que responde a la necesidad de Trump de utilizar como chivo expiatorio a México. Ya lo hizo con el muro y los temas migratorios y con el trato de libre comercio. Ahora le da más fuerza a estas visiones de ‘mano dura’ que buscan contrarrestar la violencia en México, sobre todo cerca de sus fronteras”, explica.
EE. UU. busca desde hace tiempo que se catalogue a los cárteles como grupos terroristas. El intento más reciente fue el del Gobierno de Barack Obama. “Pero este anuncio es desafortunado porque propiciará que en México, al igual que en Centroamérica cuando se declararon terroristas a las pandillas, se fortalezca la militarización de la seguridad pública”, añade Daira Arana Aguilar.
Cárteles como grupos terroristas
Para Azul Aguiar Aguilar, los cárteles cumplen con todas las condiciones para ser catalogados como grupos terroristas. “Ellos controlan gobiernos, municipios, cuerpos de Policía y fiscalías. Tienen un claro interés político en controlar las instituciones del Estado, que normalmente se ganan por votos en una democracia”, subraya.
Como contrapunto, Daira Arana Aguilar opina que “en México, es un error hablar de grupos del narcotráfico totalmente separados del aparato gubernamental. Para ella, estos “no tienen intereses políticos en el sentido ideológico, sino más bien intereses que les permiten continuar con sus operaciones de manera redituable, financieramente hablando”, resalta.
¿Podría concretarse una intervención de EE. UU.?
Al respecto de si se podría concretar una intervención militar, ambas expertas coinciden en que si a Trump una intervención militar contra los grupos del crimen organizado dedicados al narcotráfico le llegara a significar votos y aprobación electoral, seguramente tomaría las medidas necesarias. Pero confían, sin embargo, en el sistema político de Estados Unidos, “que tiene contrapesos al Poder Ejecutivo, como el Congreso y la Suprema Corte, que pueden limitar estas acciones.” Por otra parte, explica Azul Aguiar, “se trata de un asunto muy grave, y este anuncio genera preocupación en todo México, especialmente viniendo de una administración con tintes neofascistas como la de Trump”.
Una intervención militar y directa de este tipo significaría una clara violación a la soberanía nacional de México. Sin embargo, aclara la experta en Militarización Daira Arana Aguilar, “no se puede negar que Estados Unidos mantiene presencia en todo el continente de manera directa e indirecta, y la intervención de este tipo puede generar daños importantes a personas civiles y en materia penal. Sería difícil juzgar militares estadounidenses en México por tales crímenes, si se cometieran, y sería aún más difícil llevarlos ante instancias internacionales.”
Según Azul Aguiar Aguilar, “una intervención de esa naturaleza “iría completamente contra los principios más fundamentales de la democracia, por más vulnerable que sea la democracia en México en este momento”.
Cooperación con la comunidad internacional
A la pregunta sobre cómo podría luchar México de manera más eficaz contra los cárteles de la droga, la experta del GIGA dice que “la comunidad internacional, junto con las organizaciones que se ocupan de las unidades antimafia, tendrían que desarrollar en conjunto con el Gobierno mexicano estrategias más focalizadas para desmantelar la economía y la vida política de esos grupos criminales en varios estados”.
Faltan medidas contra el consumo de drogas en EE. UU., en el caso de México, y también contra la flexibilización de la venta de armas de alto calibre y su distribución por parte de EE. UU., que, desde 2006, ha “provocado un cambio radical en la manera en cómo los cárteles luchan por sus territorios”, señala Azul Aguiar Aguilar.
Se podría comenzar con la mejora de la comunicación y la inteligencia para operaciones policiales más certeras, regulando drogas “suaves”, como la cannabis, que permitan reducir los beneficios económicos que representa la ilegalidad, y ver el consumo de drogas también como un asunto de salud pública, y no solo de seguridad, para reducir las medidas de ‘mano dura’, dice, por su parte, Daira Arana Aguilar.
Para Azul Aguiar Aguilar, la clave estaría en que las organizaciones internacionales antimafia trabajaran en cooperación con el Gobierno mexicano para poder limpiar del narcotráfico hasta el último estamento de la política y la sociedad mexicanas. “Sobre todo, habría que recuperar las instituciones del Estado en varios Gobiernos estatales y en municipios en México”, advierte.
Para ambas expertas, está claro que el gobierno de México, particularmente el presidente AMLO, debería tomar en serio los asuntos de política exterior, sobre todo con Estados Unidos, que no sólo involucran temas comerciales, sino también de seguridad y defensa.
De acuerdo con ambas, AMLO debería buscar fortalecer a sus instituciones de Seguridad y Justicia para reducir la dependencia en materia de inteligencia del gobierno de Estados Unidos y sus agencias, como la DEA y el FBI.