Los “graves” daños en dos manifestantes a causa de bombas lacrimógenas lanzadas durante protesta
De acuerdo con reportes médicos, ambos pacientes tienen múltiples fracturas en el rostro.
El Hospital Roosevelt confirmó este lunes 23 de noviembre que los dos manifestantes que sufrieron traumas oculares a causa del impacto de bombas de gases lacrimógenos lanzados presuntamente por la Policía Nacional Civil (PNC) perdieron su ojo izquierdo.
La portavoz del Hospital Roosevelt, Sharon Ávila, confirmó que los médicos del centro asistencial realizaron las enucleaciones (procedimiento quirúrgico que tiene como finalidad la extirpación completa del globo ocular) de un paciente masculino de 29 años y de otro de 21.
Ambos pacientes se encuentran estables, indicó Ávila, sin embargo, el de 30 años de edad continúa “delicado”.
Ambos procedimientos fueron realizados el domingo, indicó la directora de comunicación del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, Julia Barrera.
El vocero de la Policía Nacional Civil, Jorge Aguilar, dijo que esperarán los reportes del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y el Ministerio Público (MP) “para determinar qué fue lo que en realidad pasó y determinar responsabilidades”.
Agregó que aún “no podemos decir que fue una bomba (lacrimógena), porque también habían piedras (lanzadas por los propios manifestantes”, sostuvo el portavoz policial.
“En este caso fueron trasladados al hospital bajo la indicación que habían sido víctimas de explosión cerca de la cara, que le fracturaron además el pómulo. Me imagino que fue una bomba lacrimógena”, subrayó el jefe de cirugía maxilofacial del Hospital Roosevelt, Zagreb Zea, a una radio local.
Por su parte, el comunicador del MP, Juan Luis Pantaleón, comentó que la Fiscalía de Delitos Administrativos “ya investiga el caso relacionado a personas lesionadas” por las manifestaciones del pasado sábado.
La mañana de este lunes, el vicepresidente de Guatemala, Guillermo Castillo, quien mantiene una pugna con el presidente, Alejandro Giammattei, dijo a una emisora de radio local que “fue penoso lo actuado por muchos vándalos infiltrados o no (que quemaron el Congreso), pero hubo exceso de fuerza policial. No es aceptable y lo tengo que decir con mucha claridad”.
El propio vicepresidente había solicitado una “investigación seria” por el “uso excesivo de fuerza policial” en contra de los manifestantes.
Las fuerzas de seguridad detuvieron durante los incidentes a más de 30 personas, sin que posteriormente hayan podido confirmar su participación individual en los hechos violentos.
Los incidentes se registraron en el marco de una masiva convocatoria frente al Palacio Nacional de la Cultura (sede de Gobierno) de más de 10 mil personas para manifestarse en contra de Giammattei y el Congreso guatemalteco tras la aprobación el pasado miércoles del presupuesto del Estado para 2021.
Dicho presupuesto ha sido descrito como “opaco” por expertos tras avalarse de madrugada, sin que los 160 diputados tuvieran acceso al mismo y con amplias reducciones para temas sanitarios y de derechos humanos.
Paralelo a la protesta pacífica en la plaza, con la participación de familias enteras y personas de la tercera edad, en el Congreso centenares de encapuchados quemaron parte de las oficinas del Congreso de la República, lo que desató enfrentamientos de manifestantes con policías y antidisturbios con piedras (de los ciudadanos) y gases lacrimógenos (que lanzó la policía).
Los gases policiales, además, también fueron lanzados a la población que manifestaba de forma pacífica.
Marco Antonio Barrientos, director ejecutivo del Hospital Roosevelt, dijo que el paciente de 29 años tenía múltiples fracturas en el rostro y que por lo fuerte del impacto perdió un ojo. “Se encuentra con buena evolución, responde a preguntas, está tranquilo y con muy buena evolución”, refirió el facultativo.
En cuanto al estado del paciente de 21 años, Barrientos dijo que tiene varias fracturas en el rostro y que fue ingresado a sala de operaciones este lunes. También perdió el ojo izquierdo y su estado de salud es estable, aunque deben permanecer bajo cuidado médicos para descartar cualquier complicación.