Familias lloran a jóvenes migrantes que murieron en tragedia de Texas (la solidaridad, la despedida y el sepelio programado para el 18 de julio)
Como si fueran a regresar con vida, la comunidad Tzcubal se preparó para recibir los cuerpos de Juan Wilmer Tulul Tepaz, de 14 años, y Jhony Tziquin Tzoc, de 17, los jóvenes migrantes que murieron el pasado 27 de junio dentro de un tráiler en una carretera de San Antonio, Texas, EE. UU.
En las calles había carteles que decían “bienvenido” y “te extrañamos” y las viviendas estaban adornadas con globos y fotografías de los fallecidos en la tragedia en la que murieron 52 migrantes, 21 de ellos guatemaltecos.
En el caso de Jhony, su féretro hizo un recorrido por Tzucubal, aldea que una parte está en Nahualá y la otra en Santa Catarina Ixtahuacán, ambos municipios de Sololá. Fue un homenaje que estuvo amenizado por el coro Jerusalén que en todo el trayecto cantaba alabanzas.
Mucha gente salió al encuentro de Jhony, un joven que se caracterizaba por su entrega a la fe católica y que dedicaba parte de su tiempo a organizar grupos juveniles para que se acercaran a Dios.
Solidaridad
En la casa de Juan Wilmer, a pocas cuadras de la de Jhony (ambos era amigos y solían jugar futbol en el campo de la localidad), también asistió mucha gente para dar el pésame a los padres que estaban inconsolables por la pérdida de su hijo de 14 años.
La solidaridad no faltó puesto que los pobladores aportaron distintos insumos para preparar el almuerzo: hilachas, arroz y tamalitos blancos. Algunos llevaron maíz otros vegetales o aguas gaseosas. Pareciera que en las comunidades del altiplano ya existe una organización para estos tristes eventos por la recurrencia de decesos.
Apenas ayer sepultaron a Melvin Guachiac, un adolescente de 13 años que pereció en la misma tragedia, y Nahualá también se alista para recibir a Manuela Griselda y Carla Catarina Carac Tambriz, de 19 y 24 años, respectivamente, que fueron halladas sin vida a las orillas del río Bravo, en la frontera de México y Estados Unidos, el pasado 19 de junio.
En el lugar donde Juan Wilmer fue velado había hombres, mujeres y niños.
En la tarde su cuerpo fue llevado a la escuela secundaria de la aldea donde se celebró una misa a la cual asistieron decenas de pobladores, entre familiares y amigos.
Ambos adolescentes serán sepultados este lunes a las 10 horas, donde también se espera una multitudinaria asistencia.
La pobreza y falta de oportunidades de desarrollo impulsa a que miles de jóvenes migren hacia EE. UU. Según estimaciones, hasta 300 mil guatemaltecos lo intentan cada año, muchos logran su objetivo a otros los capturan en México o al cruzar la frontera. Pero otros tantos pagan con su vida el sueño de una vida mejor.