Puerto San José recibe a cientos de guatemaltecos por descanso largo del 1 de noviembre, esto a pesar de estar en alerta roja
Aunque el Día de todos los Santos es una tradición familiar, muchos guatemaltecos decidieron aprovechar el fin de semana largo y viajar al Puerto San José, municipio que está en alerta roja y en donde predominan personas sin mascarilla y sin distanciamiento social.
Cientos de familias guatemaltecas acudieron a las playas del Puerto San José, en Escuintla, para disfrutar del “descanso largo” del 30 de octubre al 1 de noviembre.
Desde tempranas horas de este domingo, la cola en el peaje de la autopista Palín-Escuintla era muy larga. Incluso muchos hicieron más de 45 minutos de cola para poder pagar el peaje y seguir su camino.
La mayoría de los viajeros tenían como destino el Puerto San José para disfrutar del descanso del Día de Todos los Santos que coincidió con el fin de semana.
Este domingo, las playas lucían llenas. Adultos y niños disfrutaron del sol y el calor a la orilla del mar, otros decidieron desafiar las olas y había otros que aprovecharon de la afluencia de personas para sacar sus ventas.
“En estos días se vende más, llegando a unos Q500 o Q600 al día” dijo Ana Suazo, vendedora de conchas, ostras y huevos de parlama en la playa pública.
Lo que predominaba en estas playas es que, a pesar de estar en pandemia, la mayoría guardo la mascarilla e ignoró el distanciamiento social.
Según el último semáforo de Covid-19, el municipio se encuentra bajo alerta roja, con un 27.79% de positividad.
“Como salvavidas no podemos obligarlos a usar mascarilla, solo les podemos recomendar. Son las autoridades las que tendrían que tener más el control de esta situación” mencionó Hugo Fernando Pineda, salvavidas del IGSS.
Ángel Guillén de 58 años es originario de Amatitlán y comentó que desde hace mucho tiempo no salía de vacaciones con su familia y este fin de semana largo fue la ocasión perfecta aprovechando que su cuñado hace este tipo de excursiones cada dos años. Sin embargo, hace dos días murió su madre y ha decidido tomar este tiempo en la playa también para despejar su mente y para relajarse.
“Nosotros tomamos las medidas de precaución, pero uno no puede estar tomando con la mascarilla puesta. Nosotros todos estamos vacunados y nosotros confiamos en nosotros mismos” agregó Guillén.
Al no haber autoridades que puedan controlar el aforo, el distanciamiento social y el uso de la mascarilla, poco se puede hacer para que las personas respeten las medidas.
Para los comerciantes, el recibir a tantos visitantes es positivo pues pueden incrementar sus ingresos que han estado bajos desde que inició la pandemia.