Unicef evalúa la educación en Guatemala ante el impacto de la pandemia que mantiene lejos de las aulas a miles de niños
Unicef evaluó la calidad educativa de Guatemala, al tiempo que alertó del retroceso en educación tras dos años de pandemia.
El director global de Educación y Desarrollo Adolescente del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Robert Jenkins, visitó Guatemala para evaluar la situación de la educación en el país, donde la pandemia ha mantenido fuera de las aulas a miles de estudiantes por más de dos años, y enfatizó que es urgente atender a las niñas y niños “más marginados”.
La visita de Jenkins coincidió con la presentación de informe de Unicef “¿Están aprendiendo realmente los niños?” que alertó de “los graves retrocesos en materia de educación que se acumulan en muchos países tras dos años de pandemia, con horas y horas de clase perdidas y millones de niños en el mundo que aún no han vuelto totalmente a las aulas”.
Dicho estudio analiza el impacto educativo del covid-19 en 23 países pobres y de ingresos medios (donde viven unos 405 millones de niños y niñas en edad escolar) y concluye que, si no se toman medidas, la educación en muchos lugares puede pasar de ser “el gran nivelador” a crear la “gran división” entre los niños que tienen un aprendizaje adecuado y los que no.
“Cuando los niños no pueden interactuar con sus maestros y compañeros directamente, su aprendizaje sufre. Cuando no pueden interactuar con sus maestros y compañeros de ninguna manera, la pérdida puede convertirse en permanente”, advirtió en un comunicado la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
De esa cuenta, la visita del alto funcionario de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a Guatemala se centró en conocer la realidad que viven miles de niños y adolescentes que se han alejado de las aulas desde marzo de 2020, cuando las clases presenciales quedaron suspendidas a causas de la pandemia.
“Es importante llegar a las niñas y niños más marginados, ya que se han visto afectados de manera desproporcionada. Ha sido bueno ver iniciativas para permitir que las niñas y niños se pongan al día con su aprendizaje y también brindar un apoyo integral a los niños a medida que regresan -a las escuelas-” señaló Jenkins, quien también visitó El Salvador y Honduras.
Según Unicef, Jenkins y su comitiva visitaron los programas del Ministerio de Educación que apoya ese organismo en Chirripec, Alta Verapaz, donde se presenciaron programas de educación inicial, educación extraescolar, formación ocupacional, participación de adolescentes y de remozamiento de la infraestructura escolar.
En ese lugar Jenkins se reunió con líderes comunitarios, madres de familia y estudiantes de varios programas.
“También es bueno ver enfoques integrados que incluyen alimentación escolar, agua y saneamiento y otros servicios clave en la escuela” añadió Jenkins, quien destacó que “habilitar caminos flexibles para que los adolescentes continúen aprendiendo fue muy impresionante. Claramente, las niñas y los niños que conocí en este programa tienen metas claras y ambiciosas y fue grandioso ver cuán efectivos están siendo estos programas”.
Agregó: “espero compartir estos ejemplos y mejores prácticas relacionadas con cómo llegar a las niñas y niños más vulnerables y marginados con oportunidades de aprendizaje que vi en Guatemala con otros países”.
Pérdida de tiempo
El informe de Unicef señala que millones de niños han perdido en los últimos dos años más de la mitad de horas lectivas en persona y que, con 23 países donde los centros aún no han reabierto totalmente, el riesgo de abandono escolar se está disparando.
Según datos recopilados en Liberia, un 43 % de los alumnos nunca volvieron a las clases cuando estas se reabrieron en diciembre de 2020 tras meses cerradas. En Uganda, uno de cada 10 niños no retomó sus estudios cuando en enero de este año los colegios pusieron fin a dos años de cierre.
En Sudáfrica, mientras, el número de niños no escolarizados se triplicó entre marzo de 2020 y julio de 2021 y en una encuesta en Kenia se vio que el 16 % de las alumnas y el 8 % de los alumnos de entre 10 y 19 años dejaron las clases durante la pandemia.
Unicef subrayó que los niños no escolarizados tienden a convertirse en las personas más vulnerables y marginadas de la sociedad.
El estudio, además, llama la atención sobre el bajo nivel de aprendizaje de muchos de los estudiantes que sí continuaron con las clases durante la pandemia.
Según sus autores, en los países analizados el ritmo de progreso es ahora mismo tan lento que llevaría siete años para la mayor parte de los alumnos adquirir los niveles básicos de lectura que deberían aprenderse en dos años.
En los 32 países que se estudiaron, un cuarto de los alumnos de octavo curso -alrededor de 14 años- no tenía los niveles de lectura esperados para un estudiante de segundo curso.
Mientras, más de la mitad no alcanzaba el nivel de matemáticas que se espera para ese segundo curso, cuando los alumnos tienen unos 7 años.
“Ahora que la pandemia entra en su tercer año, no podemos permitirnos volver a algo ‘normal’. Necesitamos una nueva normalidad: tener a los niños en las aulas, analizar dónde están en su aprendizaje, darles el apoyo intensivo que necesitan para recuperar lo que han perdido y asegurar que los maestros tienen la preparación y los recursos que necesitan”, señaló Russell.
Con información de EFE