Cientos de guatemaltecos despidieron el sábado en las calles de la capital al expresidente Álvaro Arzú, quien falleció el viernes a los 72 años y quien firmó los acuerdos de paz con la exguerrilla en 1996
Cientos de guatemaltecos salieron este sábado a las calles de la capital para despedir al exalcalde de la capital y expresidente Álvaro Arzú, quien firmó los acuerdos de paz con la exguerrilla en 1996.
Arzú, de 72 años, falleció el viernes a causa de un infarto cuando jugaba golf y será sepultado el domingo en un acto familiar privado después de recibir honores en la municipalidad, indicó el vocero de la comuna, Carlos Sandoval.
Arzú fue presidente entre 1996 y 2000 y resultó alcalde de la ciudad de Guatemala en cinco ocasiones, cuatro de ellas consecutivas, incluyendo el período actual.
El féretro, adornado con coronas de flores, fue colocado en la parte trasera de un vehículo militar para realizar un recorrido de varios kilómetros desde su vivienda hacia el Palacio de la Cultura, donde los ciudadanos le rindieron tributo y le dieron el último adiós, observó un periodista de la AFP.
El ataúd con los restos del alcalde fue recibido por los ciudadanos a su llegada a la antigua sede de gobierno con una salva de aplausos y gritos de “¡Viva Arzú!”.
Tres helicópteros y dos aviones de la Fuerza Aérea Guatemalteca sobrevolaron el Palacio.
Después de las honras fúnebres oficiales en un salón del Palacio, los restos del exmandatario fueron trasladados al llamado Patio de la Paz, en el interior de la antigua sede de gobierno y donde Arzú firmó la paz con la exguerrilla para poner fin a 36 años de guerra, el 29 de diciembre de 1996.
Los primeros en hacer valla al féretro fueron los familiare. Luego se abrieron los puertas del Palacio para que comenzaran a llegar ciudadanos.
El actual presidente Jimmy Morales reconoció en un discurso el legado de Arzú por haber firmado la paz y por el “carácter fuerte” que demostró en defensa de Guatemala.
“Lo que todos hemos reconocido y hemos de reconocer es que el carácter del expresidente Arzú siempre fue de un sólo ánimo, nunca tuvo un doble discurso”, afirmó.
Para Morales ese “carácter combativo y sincero lo mostró siempre por su patria y por su familia, luchó hasta el final y vivió y murió a su manera”.
El Ejecutivo declaró tres días de luto nacional y en los edificios públicos se colocaron las banderas a media asta.
Arzú firmó en 1996, cuando ejercía la presidencia del país, los acuerdos de paz para poner fin a la guerra civil que dejó unas 200.000 víctimas entre muertos y desaparecidos, según datos de la ONU.
Sin embargo, en 1998 y bajo su mandato fue asesinado el obispo Juan Gerardi, un reconocido defensor de los derechos humanos, cuatro días después que presentara un informe sobre violaciones cometidas en la guerra, de cuya gran mayoría hizo responsables a las fuerzas estatales.
Por el crimen fueron sentenciados tres militares, incluyendo dos que formaban parte del equipo de seguridad de Arzú.
Varios gobiernos expresaron sus condolencia por el fallecimiento del exgobernante, entre ellos los de Estados Unidos, México y Honduras.
Arzú murió en momentos en que la Fiscalía quería investigarlo por financiamiento electoral ilegal en los comicios de 2015.
El fallecido exmandatario fue polémico por sus explosivas declaraciones, por obstaculizar el ingreso de auditores estatales a la municipalidad que dirigía y por su mala relación con la prensa.
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