Los restos de 47 víctimas del conflicto armado fueron inhumados en la aldea Ixtupil, Nebaj, Quiché, tras un proceso de siete años con la Fundación de Antropología Forense de Guatemala.
De las 47 víctimas encontradas en una fosa común, solo 16 fueron identificadas el resto fueron enterradas con un código en sus féretros.
24 de las víctimas eran menores de edad, entre ellos niños que oscilaban entre cero y cuatro años de edad, asesinados en 1981.
Los restos de las víctimas fueron colocados en bolsas de papel y posteriormente en féretros que fueron llevados al cementerio de Ixtupil.