Al menos 65 personas muertas se contabilizan a causa de la potente erupción del volcán de Fuego, que arrasó varios poblados cercanos con una avalancha de lodo y ceniza ardiente.
Según el informe de Conred, la fuerte erupción también dejó 46 heridos, 3.265 evacuados, 1,702,136 afectados y 1.687 albergados en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) los tres más afectados por la erupción del coloso el domingo.
Ese día, el volcán registró una devastadora erupción al expulsar columnas de ceniza y rocas, que también provocó el cierre temporal de las operaciones en el único aeropuerto internacional de Ciudad de Guatemala pero este lunes fue habilitado después de casi 24 recibir vuelos.
El presidente Jimmy Morales decretó tres días de duelo y estado de calamidad en los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, y visitó este lunes la zona devastada y albergues.
Los rescatistas se movilizan entre la desolación por las casas destruidas y plantaciones completamente calcinadas por la furia del volcán, de 3.763 metros de altura, situado a 35 km al suroeste de la capital.
En el corazón de la tragedia, las escenas son catastróficas. Un periodista de la AFP observó al menos tres cuerpos calcinados entre los escombros del caserío San Miguel Los Lotes, vecino de la golpeada aldea El Rodeo, donde socorristas, soldados y policías buscaban sobrevivientes.
Gallinas, patos y perros muertos también yacían entre el lodo y ceniza, mucha aún humeante, mientras que otros animales domésticos eran rescatados por vecinos.
“No me quería ir, sino regresar y no puede hacer nada para salvar a mi familia”, dice a la AFP entre lágrimas Eufemia García, de 48 años, quien busca a tres hijos, su mamá, sobrinos y hermanos.
García, vecina de Los Lotes, comentó que se salvó porque su esposo la sacó del lugar.
“El volcán ha hecho erupción, pero nunca de ésta manera”, comenta a la AFP Gustavo Larios, un albañil de 27 años que junto a varios vecinos y con pañuelo en el rostro recorre las calles del caserío en busca de familiares y amigos desaparecidos.
En imágenes difundidas en la televisión y en redes sociales, se ven enormes columnas de ceniza y en el suelo algunos cadáveres semicubiertos del material expulsado por el volcán, y viviendas y vehículos destruidos.
El secretario de la Conred, Sergio Cabañas, indicó que los fallecidos quedaron atrapados en el material caliente que descendió del volcán.
La erupción concluyó después de 16 horas y media de actividad, pero “existe la probabilidad de una reactivación”, advirtió el Instituto de Vulcanología, recomendando mantener la precaución en las zonas afectadas.
Cabañas no descartó que el número de fallecidos aumente porque hay “personas desaparecidas, pero ignoramos cuántas personas son porque se está haciendo el recuento con las comunidades”.
Muchos sobrevivientes salieron de las zonas afectadas por la erupción con el cuerpo cubierto de ceniza, mientras otros que resultaron heridos eran atendidos por socorristas.
El llamado Grupo de Donantes, integrado por Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Suecia, Suiza, Francia, la Unión Europea así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Estados Americanos y el sistema de la ONU en Guatemala expresaron su solidaridad y respaldo para superar la tragedia.
En El Salvador, el gobierno y organizaciones civiles comenzaron a recoger alimentos, agua y ropa para los afectados en Guatemala, dijo a AFP Alejandra Barrientos, portavoz del gubernamental Centro Internacional de Ferias y Convenciones (CIFCO).
El volcán de Fuego, situado entre Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, había generado su primera erupción de 2018 en enero pasado.
Este volcán provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción en el país, causando la evacuación de unos 10.000 habitantes asentados en poblados al sur del coloso.
En Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (oeste) y Pacaya (20 km al sur de la capital).
Con información de: © Agence France-Presse