Redacción BBC News Mundo
Un juez de California, en Estados unidos, ordenó este martes a las autoridades de ese país que reunieran en un plazo de 30 días a los más de 2.300 niños migrantes que han sido separados de sus padres tras cruzar la frontera con México desde inicios de mayo.
El magistrado emitió el requerimiento en respuesta a una denuncia por las separaciones provocadas por la política de “tolerancia cero” aplicada por el gobierno de Donald Trump con los indocumentados.
A su vez, 17 estados de EE.UU., entre los que se encuentran Washington, Nueva York y California, demandaron a la Administración estadounidense por estas separaciones.
La orden del martes fue emitida por Dana Sabraw, un juez federal en San Diego.
La demandante es la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) en representación de una madre que fue separada de su hija de 6 años cuando llegó a EE.UU. el año pasado.
Los documentos presentados por la ACLU incluyen varios testimonios de padres que no pudieron localizar o comunicarse con sus hijos después de haber sido separados por los agentes fronterizos.
Sabraw ordenó al gobierno que reuniera a los menores de 5 años con sus padres en un plazo de 14 días y a los mayores de esa edad, en 30 días.
En cuanto a la demanda contra el gobierno de Trump presentada por 17 estados, fue presentada en una corte en Seattle, Washington.
El presidente Trump firmó la semana pasada una orden ejecutiva en la que prometía “mantener a las familias (de migrantes detenidos) juntas”.
Pero la demanda alega que esta orden no dicta el final de las separaciones familiares y no dice nada acerca de reunir a las familias que ya fueron separadas.
Los estados involucrados incluyen a Massachusetts, Washington, Nueva York, California, Delaware, Iowa, Illinois, Maryland, Minnesota, Nueva Jersey, Nuevo México, Carolina del Norte, Oregón, Pensilvania, Rhode Island, Vermont y Virginia, más el Distrito de Columbia.
Estos estados buscan una orden judicial que declare las separaciones “contrariasa la Constitución” y, por lo tanto, obligue a reunir a las familias separadas y a acabar con esta práctica, a la que llaman “una afrenta” a su interés en mantener los estándares de cuidado de menores y la preservación de las relaciones entre padres e hijos.
La Fiscal General de Nueva York, Barbara Underwood, dijo en un comunicado de prensa que los niños migrantes retenidos en dicha ciudad tuvieron que ser tratados por depresión y comportamiento suicida.
“Al arrancar a los niños de sus padres y enviarlos a cientos de kilómetros de distancia, la administración Trump ya les causó un trauma inconmensurable y, a la vez, socavó los intereses fundamentales de Nueva York para proteger su salud, seguridad y bienestar”, aseguró.
El vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, advirtió en una conferencia de prensa en Brasil el martes a los inmigrantes indocumentados que no “arriesguen la vida de sus hijos” intentando ingresar ilegalmente a su país.
Dijo que tenía un mensaje “directo del corazón” para aquellos que planean un viaje a Estados Unidos: “Si no puedes venir legalmente, no vengas en absoluto”.
La Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) del Departamento de Salud de EE.UU. confirmó el martes que 2.047 niños migrantes se encontraban bajo su tutela.
Los menores habían sido enviados a celdas de detención, almacenes reconvertidos, tiendas de campaña en el desierto u hogares de acogida alrededor de EE.UU.
El director de la ORR, Scott Lloyd, se negó a decir si su institución todavía está recibiendo niños migrantes apartados de sus familias.
El lunes, el máximo responsable de la seguridad en la frontera estadounidense le dijo a la prensa en Texas que, de forma temporal, había dejado de presentar cargos penales contra quienes entraban al país de manera irregular acompañados de sus hijos.
El comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), Kevin McAleenan, afirmó que esto se hacía para seguir las órdenes de Trump, aunque lo que el presidente había sugerido era detener a las familias juntas.