Los guatemaltecos acudieron este domingo a las urnas, en una jornada en la que parece haber prevalecido la abstención, para decidir si se somete su antigua disputa territorial con Belice al arbitrio de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El Embajador de Belice en Guatemala, Alexis Rosado se pronunció por esta jornada de la Consulta Popular, donde va ganando el Si.
Con el 60.03% de las Juntas de Mesas Receptoras escrutadas con 1,034,833 votos el SI va ganando, mientras 42,880 votaron que NO.
Los colegios electorales cerraron a las 18H00 locales (00H00 del lunes) tras 11 horas de votación, que transcurrieron “sin reporte de incidentes” de seguridad, según la presidenta del Tribunal Supremo Electoral (TSE), María Eugenia Mijangos.
La consulta definirá si se lleva ante la corte internacional el litigio para definir la frontera no delimitada entre ambos países, denominada zona de adyacencia, donde no existe certeza jurídica.
Mijangos dijo que la participación “ha sido variable”, pero medios locales destacaron que en la mayoría de centros hubo una baja afluencia de personas durante la votación.
El presidente Jimmy Morales, autoridades electorales y funcionarios de gobierno apelaron este domingo al civismo de los guatemaltecos para vencer el abstencionismo que ha prevalecido en dos referendos anteriores, por otros asuntos, que no superaron el 18% de participación.
Vestido con una camiseta de la suspendida selección de fútbol de Guatemala, el gobernante declaró al votar que espera que se resuelva el conflicto territorial con Belice, país con que se tienen “muy buenas relaciones bilaterales”.
“Primeramente Dios, esto se resuelve”, dijo a la AFP Vidal Marroquín, un mecánico de 83 años antes de sufragar en un local del este capital al que acudían pocos votantes. Tres periodistas beliceños trabajaban allí.
Para el referendo fueron convocados más de 7,5 millones de guatemaltecos y se abrieron 19.578 juntas receptoras en los 340 municipios del país.
“¿Está usted de acuerdo con que cualquier reclamo legal de Guatemala en contra de Belice sobre territorios continentales e insulares y cualesquiera áreas marítimas correspondientes a dichos territorios sea sometido a la Corte Internacional de Justicia para su resolución definitiva y que ésta determine las fronteras de los respectivos territorios y áreas de las partes?”, versaba la pregunta, a la que se debía responder Sí o No.
El proceso es vigilado por 385 observadores de diferentes instituciones y 25 países, así como por 39.000 policías.
Guatemala reclama a Belice unos 11.030 km² de territorio, así como centenares de islas e islotes.
La disputa se remonta a 1783, cuando España -que entonces colonizaba lo que hoy es Guatemala- dio esos territorios en concesión a Inglaterra para que explotara madera.
En 2008, Guatemala y Belice acordaron ir a la Corte Internacional de Justicia para poner fin a la controversia de más de dos siglos. Guatemala dará el primer paso con la consulta de este domingo mientras que Belice aún no ha fijado una fecha para su referendo, aunque las autoridades han dicho que podría ser el próximo año.
En la disputa no han faltado acuerdos incumplidos y, según Guatemala, soldados beliceños han ultimado al menos a 10 campesinos guatemaltecos en la zona fronteriza hasta 2016.
Belice, que se independizó del Reino Unido en 1981, estableció sus límites según una convención entre Guatemala y Gran Bretaña en 1859.
Guatemala reconoció la independencia de Belice recién 10 años después, pero mantiene reservas sobre los límites fijados.
El operativo que se dispuso es similar al de una elección presidencial, pero los órganos oficiales prácticamente no hicieron campaña para que la población acuda a las urnas. El presidente Morales trató de movilizar a los guatemaltecos, pero con escaso ánimo debido a la abrupta caída de su popularidad.
El ex vicepresidente Eduardo Stein (2004-2008) subrayó que las estructuras del narcotráfico y otros grupos delictivos están interesados en que gane el No.
De acuerdo con Stein, la situación actual permite que ninguno de los dos gobiernos, ni los habitantes, tengan certeza sobre la demarcación territorial, por lo que en el área existen “corredores de ilegalidad”.
Ello lleva a que el territorio en disputa sea aprovechado “para el narcotráfico, contrabando de armas, trasiego de personas y trata de blancas e incluso para exportación ilegal de bienes culturales, piezas arqueológicas y especies biológicas en peligro de extinción”, sostuvo.